Pocos días faltan para terminar el 2023 y, como siempre, convendría realizar un balance sobre lo ocurrido durante estos doce meses, tanto en el orden económico, político como social. Sin embargo, debemos analizar, de entrada, el contexto internacional en el que se desenvolvió la economía dominicana, y los efectos que sobre esta tuvieron los acontecimientos en otras latitudes y que impactaron a nuestro país.
Por ejemplo, la guerra que han venido librando desde el 2022 Ucrania y Rusia, ha seguido su agitado curso durante este 2023, aunque han bajado las tensiones entre las potencias que venían apoyando a uno y otro país. Por demás, se redujeron los impactos iniciales en los precios de las materias primas y los insumos que provenían de la zona de guerra, lo que representó un alivio para los productores del resto del mundo y, en particular, para los productores dominicanos que utilizan dichos insumos.
Lamentablemente, el estallido de otra guerra en octubre de 2023, esta vez entre Israel y el Grupo Hamas, trajo nuevas incertidumbres a nivel internacional, esperándose que nuevos aumentos en los precios del petróleo ocurran, con nuevos impactos en las economías que son importadoras netas de combustible.
A pesar del difícil entorno externo en el que se ha desenvuelto la economía dominicana en este año que casi finaliza, los pronósticos apuntan a que terminará creciendo entre un 2.5% y un 3% en términos reales. Esta expansión esperada del PIB, aunque no es el nivel al que nos tiene acostumbrado, pero se puede decir que es aceptable bajos las condiciones internacionales actuales.
En el mismo orden económico, cuando llegue el 31 de diciembre de este 2023, al parecer, sacaremos buenas notas en lo relacionado con la implementación de la política monetaria, y también en la gestión de la política fiscal, marco de actuación que posibilitó, entre otras cosas, una estabilidad macroeconómica envidiable, destacándose la vuelta de la inflación al rango meta establecido en el programa monetario del Banco Central, un nivel de tasa de interés acorde con la dinámica actual de la economía, y una tasa de cambio que, aunque fluctuó en ciertos períodos del año, no hubo de qué preocuparse. Los datos con relación a la expansión del turismo, especialmente en lo atinente a la cantidad de turistas al 2023, será otra nota a destacar como punto positivo, lo mismo que con las remesas internacionales que, nueva vez, estarán rondando los US$10, 000 millones.
En el plano político, aunque con el evidente transfuguismo que existe actualmente en el país, y que hace pensar que es un mercado de compra y venta de dirigentes políticos, el sistema de partidos continúa siendo sólido, aunque algunos expertos entienden que, de continuar ese derrotero, se podría caer en una crisis política en el futuro cercano. No obstante, la demostración de fortaleza que dio la Junta Central Electoral durante la organización y supervisión de las primarias del Partido Revolucionario Moderno ofrece ciertas garantías de cara a los comicios del 2024.
En el plano social, los datos del Ministerio de Economía apuntan a que, durante los últimos dos años, la pobreza monetaria disminuyó a un 23.4% en abril-junio de 2023, así como la pobreza en general. Por el lado de los temas en donde, según se observa, tendremos que volver a estudiar, es en transporte, delincuencia, criminalidad, inseguridad ciudadana, todos ellos sin resolverse, a pesar de la cháchara.