A lo largo de los años el sector agrícola ha buscado como reinventarse mediante soluciones que ayuden a ser más eficientes, aumentar la productividad y reducir el impacto ambiental. Como consecuencia, las empresas se apoyan en las tecnologías para poder dar respuesta a los desafíos.
La evolución digital del sector ha derivado en la agricultura 4.0, que se refiere a la implementación de nuevas tecnologías para la digitalización de procesos agrícolas, permitiendo la conectividad a lo largo de toda la cadena de valor.
En su estudio “Cómo las nuevas tecnologías están transformando los agronegocios en Latinoamérica y el Caribe”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proporciona un análisis donde pronostica como las nuevas tecnologías seguirán dando forma en la región durante la próxima década.
El documento indica que los cultivos inteligentes (smart farming) son un caso en el que se aplican diversas soluciones digitales para maximizar la productividad y reducir los costes: los drones son utilizados para supervisar los campos, recolectando datos sobre la evolución de los cultivos y sus necesidades.
Otros dispositivos como sensores inteligentes permiten recopilar datos acerca de las condiciones de los cultivos, como, por ejemplo, la humedad, temperatura, presencia de enfermedades o del ganado, o sea, información sobre el estado de salud del animal. Adicionalmente, para la automatización de procesos, se utilizan robots para el sembrado reduciendo así el esfuerzo físico y sistemas de presión que riegan y aplican fertilizantes en las cantidades exactas.
Explica que también tendrán un gran impacto, aunque todavía se encuentra en fase de prueba, las blockchain que permite la transferencia digital de información sobre los productos, permitiendo asegurar la trazabilidad de sus características en cualquier fase. Por otro lado, la biotecnología es empleada para producir cultivos con determinadas propiedades nutritivas, obteniendo el consumidor productos más saludables.
Sostiene que para las empresas esta herramienta, que permite rastrear la procedencia de los alimentos de principio a fin, será esencial ya que tienen más información sobre los alimentos y se preocupan por su bienestar físico y por el respeto al medio ambiente.
Nuevos modelos de negocio
A raíz de la pandemia muchos negocios se vieron en la obligación de digitalizarse para continuar con sus operaciones. Refiere que, por el aumento de la penetración de los móviles, el crecimiento del comercio electrónico y la llegada de los pagos digitales, las plataformas de eCommerce del sector agro nacieron para vender y comprar productos agrícolas de manera digital.
El documento describe que esto supone crear nuevos nexos en la cadena de valor, por un lado, los productores entran en contacto con las nuevas tecnologías y digitalizan su negocio. Obtienen, además, el control del producto que le llega al cliente y el ahorro de las comisiones de los intermediarios, esto quiere decir que tienen mayor control para establecer precios.
Cambio climático
El cambio climático es un problema que afecta no solo a la región, sino a todo el planeta. Según el BID, la agricultura es una fuente de contaminación del aire: el ganado representa aproximadamente el 40% de las emisiones globales, los fertilizantes minerales el 16% y la combustión de biomasa y residuos de cultivos el 18% aproximadamente.
Señala que las tecnologías emergentes tienen en el sector un gran potencial para contribuir al medio ambiente con un impacto positivo. Cita el ejemplo de cómo el riego de precisión fomenta el uso responsable del agua. A su vez, las granjas verticales contribuyen a una utilización más eficiente del suelo que disminuye el desperdicio de recursos.
“En los años recientes el sector agrícola ha presenciado el surgimiento de una nueva ola de innovación tecnológica, que ha recibido el nombre de AgTech (tecnología aplicada al sector agrícola), fomentando la aparición de nuevos modelos de negocio”, subraya.