El oro se cotiza por encima de los US$2,160 la onza en el mercado internacional. Es un precio que obedece a un contexto de incertidumbre a nivel global, principalmente por los conflictos en Medio Oriente y la posibilidad de que haya algún contagio en la región. También, los analistas relacionan la subida en la cotización del oro a dos factores más: la compra que hace China para protegerse de la inestabilidad global y a la posibilidad de que las tasas de interés se mantengan aún sin cambio.
En todo caso, si analizamos la historia de los mercados, este metal siempre ha sido un commoditie refugio. Su valor en el mercado viene nado, además, porque verdaderamente es un metal útil y versátil, que se utiliza en múltiples actividades humanas y tecnológicas. Durante mucho tiempo también fue el referente para el valor de las monedas.
Atendiendo al valor que ha tenido el oro (y que de seguro tendrá en el futuro), República Dominicana debería pensar en recibir una proporción de los beneficios de la actividad minera en especie, es decir, en oro y en otros metales.
No tiene que ser mucho, pues entendemos que República Dominicana tiene necesidades urgentes (ahora) de recursos, ya que el déficit forma parte de nuestro día a día. Sin embargo, ahorrar en oro y en otros metales podría ser una estrategia que podría generarle mayor certidumbre a nuestra economía, toda vez que tenemos un sistema democrático y político estableces que traen certidumbre social y confianza a los agentes económicos.
No tiene que ser mucho, repito, pero sí lo suficiente para dar una señal de que nuestro país transita por el camino de la planificación y fortalecimiento con miras al futuro. Las grandes potencias mundiales acuden al oro como refugio y gran parte de sus reservas en están en oro porque representa una alternativa segura de inversión.
Aquí tenemos algunas explotaciones mineras (y vendrán más) que pudieran ser importantes aún más para la economía, tomando en cuenta que extraen de nuestro subsuelo recursos que tienen un valor a futuro superior a su valor presente. Otros países sin oro lo compran para protegerse ante la inestabilidad que con frecuencia tiene el mercado internacional, principalmente el petrolero.
Para esto quizá no sea necesario modificar el contrato, ya que sólo se haría una equivalencia del valor del oro a depositar en el Banco Central. No tiene nada fuera de lo normal.
Nuestro Banco Central, que ha desempeñado un papel preponderante en la estabilidad macroeconómica del país y en la recuperación económica poscovid, bien pudiera ir fortaleciendo aún más sus reservas, tenerlas en custodia y, si fuera necesario, disponer de ellas según sean las circunstancias.
Ahora hay un poco de oro en reservas, pero eso es poco para una economía que convive en un entorno cargado de volatilidad por los diversos conflictos en zonas clave del planeta.
En vez de US$15,000 millones en reservas, como es ahora, podríamos tener más según sea el valor del oro. ¿Usted qué cree?