El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha confiado en Estambul en que los países productores de petróleo sean capaces de establecer nuevos mecanismos que aseguren mercados y precios del petróleo estables y realistas para un ciclo de diez años.
Mientras, el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo que su país está dispuesto a adherirse a un acuerdo con otros productores de petróleo para congelar o cortar la oferta mundial de crudo, con el fin de estabilizar los precios del barril, aseguró en Estambul su presidente, Vladímir Putin.
“Estamos planteando construir nuevos mecanismos para la estabilidad del mercado energético petrolero para precios realistas y justos de un ciclo de diez años”, aseguró el mandatario venezolano durante su intervención en la 23 edición del Congreso Mundial de la Energía que arranca este lunes en Estambul.
“Ha llegado la oportunidad de que los productores de petróleo de OPEP y No OPEP definitivamente nos pongamos de acuerdo en una ruta” para estabilizar el mercado, dijo Maduro, y llegar a un nivel de precios que permitan inversiones para reponer inventarios y para nuevas tecnologías.
El presidente venezolano se refirió a la reunión informal que el miércoles mantendrán los 14 socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Estambul y confió que de ella salga “un acuerdo que abra la oportunidad de demostrar que sí es posible una nueva alianza de productores”.
“Los dueños del petróleo debemos tener el papel de mando en los nuevos mecanismos para establecer la estabilidad del mercado, garantizar la reposiciones de las inversiones y para garantizar un nuevo ciclo,de precios estables, justos y realistas”, resumió.
Maduro aseguró que en los últimos tiempos los precios del petróleo han estado en sus niveles más bajos de los últimos 40 años, insuficientes para garantizar las inversiones y la expansión del sector y, dijo, a veces incluso por debajo de los costes de producción.
Por eso, dijo, hacen falta nuevos “mecanismos no especulativos, no sujetos a los vaivenes de factores extraños a la actividad económica energética”.
La Rusia de Putin
“Rusia tiene la voluntad de adherirse a los esfuerzos de otros países productores”, dijo Putin durante su intervención en la 23 edición del Congreso Mundial de la Energía.
“Creemos que congelar o incluso reducir la producción petrolera es la única forma para mantener la sostenibilidad de todo el sector energético. Eso va acelerar el reequilibrio del mercado”, afirmó el presidente ruso.
“Rusia está lista para unirse a esfuerzos comunes para limitar la producción e insta a otros exportadores de petróleo a hacer lo mismo”, añadió el mandatario de Rusia, uno de los tres mayores productores mundiales de crudo, junto a Arabia Saudí y Estados Unidos.
Expresó además su apoyo a “la reciente iniciativa de la OPEP (Organizaciones de Países Exportadores de Petróleo) de limitar su producción, y esperamos que en la reunión de la OPEP en noviembre (en Viena) se concreten las medidas para enviar una señal positiva a los mercados y a los inversores”, añadió.
Putin aludió así al preacuerdo alcanzado por la OPEP (organización a la que no pertenece Rusia) hace dos semanas en Argel, de reducir la producción conjunta de sus catorce países miembros hasta dejarla en un nivel de entre 32.5 y 33 millones de barriles diarios (mbd) en 2017.
Aunque aún depende de la concreción de sus detalles en la reunión de la OPEP prevista para el 30 de noviembre en Viena, el pacto ha impulsado al alza los precios del barril en las últimas dos semanas hasta los niveles más altos en un año, en torno a los 50 dólares, aunque aún siguen lejos de los más de 100 dólares/barril que promediaron entre 2011 y mediados de 2014.
El discurso de Putin tuvo lugar pocos minutos después de que, en el mismo foro, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijera que “ha llegado la oportunidad de que los productores de petróleo de OPEP y No-OPEP definitivamente nos pongamos de acuerdo en una ruta” para estabilizar el mercado y llegar a un nivel de precios que permitan inversiones para reponer inventarios y para nuevas tecnologías.
Ambos presidentes aludieron a las dificultades que han supuesto para los países exportadores netos de “oro negro” el desplome de los precios en los dos últimos años, que han reducido drásticamente la inversión en el sector.
Maduro abogó incluso por “nuevos mecanismos (…) para precios realistas y justos de un ciclo de diez años”.