Haití vive desde días de luto por las víctimas del huracán Matthew, que causó devastadores daños aún en evaluación porque muchas de las zonas más afectadas siguen incomunicadas, mientras se inicia el reparto de la ayuda.
El presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, viajó ayer al país vecino y, al reunirse con el presidente interino Jocelerme Privert, prometió ayuda para los afectados por el huracán. Medina se reunirá este lunes con su equipo de ministros para determinar la ayuda que se enviará a Haití, que en principio será madera, zinc y maquinarias.
El papa Francisco expresó su “confianza en el sentido de solidaridad” de la comunidad internacional y de las comunidades católicas para asistir a la población de Haití.
La prioridad de las autoridades es llegar hasta las localidades más golpeadas y dar respuesta a los miles de afectados de la catástrofe, para evitar un eventual brote de cólera, que ya afectó al país tras el terremoto de 2010, y que se agrave la crisis humanitaria.
Según el último balance provisional de la Protección Civil, Matthew dejó a su paso por Haití 336 muertos, cuatro desaparecidos, 211 heridos y 61,537 personas en albergues. Sin embargo, fuentes de organismos de socorro y autoridades locales aseguran que las víctimas sobrepasan los 800. El mayor número de muertos se registra en los departamentos de Grand Anse (suroeste), con 191 víctimas fatales, y el sur, con 78, según el informe de Protección Civil.
Pero Frednel Kedler, funcionario del gobierno en Grand Anse, dijo a Efe que solo en la capital de este departamento, Jeremie, el ciclón causó 420 muertos y 58 desaparecidos. Jeremie está destruida y la mayoría de la gente está prácticamente en las calles después de que Matthew afectara severamente sus casas el pasado martes, según Kedler. Esta ciudad está en una situación desastrosa y el huracán afectó alrededor del 70% de las infraestructuras escolares, añadió.
El único hospital de Jeremie está destruido en su mayor parte y solo funcionan las emergencias pero con pocos materiales y sin energía, afirmó Kedler. El acceso al departamento de Grand Anse, en el suroeste, severamente afectado, está limitado al transporte aéreo. El Gobierno haitiano ha asegurado que la situación es catastrófica en el sur del país y ha apelado a la ayuda internacional, que ya ha prometido el envío de ayuda a la nación.
La Oficina de la ONU para la Coordinación Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló que 750.000 personas necesitan ayuda de emergencia en Haití tras el paso del huracán.
El suroeste de Haití se encuentra muy devastado y muchas comunidades siguen sin contacto con el resto del país, que tenía previsto celebrar elecciones generales este domingo y se han aplazado sin fecha.
En el aeropuerto de Jeremie, capital del departamento de Grand Anse (suroeste), y severamente afectada por el ciclón, decenas de personas, desesperadas, buscan alguna ayuda, según observó Efe. “Las ONGs y el Gobierno vienen y van sin traer nada de ayuda inmediata. Estoy desde hace dos días tratando de encontrar algo para comer”, dijo a Efe Paul Gerôme, padre de cuatro niños.
La comunidad internacional ha empezado a enviar ayuda a los afectados después de que el presidente interino, Jocelerme Privert, al visitar Jeremie, apelara a la solidaridad extranjera. Privert reconoció que las necesidades son muchas y aseguró que asistirán a los afectados para evitar que la crisis empeore, al tiempo que invitó a ser solidarios “en este momento difícil” por el que atraviesa Haití.
Países como España, Estados Unidos, Venezuela, México, Cuba, Colombia, Francia y la Unión Europea han prometido ayuda a Haití para hacer frente a la situación provocada por Matthew, que ha generado en el país la peor crisis desde el sismo de 2010.
A Puerto Príncipe ya ha llegado uno de los cinco aviones de Estados Unidos para entregar 480 toneladas de ayuda para unos 100,000 afectados por Matthew, que ha provocado en este país la peor crisis tras el terremoto de 2010 que dejó unos 300,000 muertos.
Algunas organizaciones no gubernamentales han pedido una movilización internacional para ayudar al país que se prepara para un eventual brote de cólera.
Unicef señaló que Haití tiene uno de los niveles de incidencia de cólera más altos del mundo y que se estima que uno de cada tres afectados es niño, así como alertó de la amenaza de las enfermedades que se transmiten a través del agua.
Desde octubre de 2010, Haití ha reportado más de 790,000 casos de cólera con más de 9.300 muertes, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La Oficina de la ONU para la Coordinación Asuntos Humanitarios (OCHA) ha informado de que 750,000 personas necesitan ayuda de emergencia en Haití.
En el caso de Oxfam, los materiales se empezaron a repartir el viernes, después de que un primer camión lograra llegar a algunos de los puntos más castigados, como Les Cayes, Cavaillon, Camp Perrin, y Saint-Louis-du-Sud para atender las necesidades más perentorias.
Oxfam realiza esta labor en coordinación con las autoridades de protección civil locales, que son las que entregan los materiales, y que están “haciendo el máximo esfuerzo, a pesar de sus limitaciones”, explicó a Efe la portavoz de Emergencias de Oxfam Intermón, María José Agejas, que trabaja en estos días sobre el terreno.
El primer cargamento consiste en kits de higiene para evitar enfermedades de origen hídrico derivadas de la falta de salubridad del agua, así como la malaria, el zika y el chikungunya, contagiadas por mosquitos, que encuentran aquí un perfecto caldo de cultivo.
Además de pastillas potabilizadoras, cubos para transportar y almacenar agua limpia, jabón y otros materiales, también se están instalando depósitos de agua, uno de ellos en un orfelinato de Cavaillon, donde viven más de 80 niños.
Es fundamental combinar la ayuda material con formación básica en higiene para evitar un repunte del cólera, que ya ha empezado a cebarse con la población en Jeremie, capital del departamento de Grand’Anse.
Herramientas para desescombro, techos de plástico para que la gente esté cubierta temporalmente, hasta que puedan colocar unos definitivos, son otros de los elementos que ya se han facilitado en esta área, donde también se ha iniciado la evaluación de infraestructuras básicas, como centros de salud y escuelas para colaborar con la reconstrucción de manera inmediata.
La idea, según Agejas, es trabajar con las organizaciones locales, que conocen bien el terreno, para ir de su mano en las labores de ayuda humanitaria, que debe llegar a una cantidad de población todavía indeterminada, pero que, en cualquier caso, es de cientos de miles.
La mayoría de las escuelas están dañadas en el departamento Sur. En poblaciones como Torbeck, las aulas no estarán habilitadas en al menos un mes, y la electricidad puede tardar meses en volver.
Pero esto es solo la punta del iceberg, porque una buena parte de los destrozos aún no se han cuantificado, dado que a algunas zonas aún no hay acceso.
Es una ruta dura de cubrir, la del sur, donde los vecinos continúan trabajando en el desescombro de la vía.
Por esas carreteras y caminos estaba previsto que circularan vehículos para hacer una entrega muy diferente, la de los materiales electorales para celebrar el proceso electoral que este domingo debería haber tenido lugar en el país y que Matthew se ha encargado de truncar, después de varios aplazamientos y la cancelación de los resultados de los comicios de octubre de 2015 por supuestas irregularidades.
Así, las patrullas de la Minustah se encuentran con una tarea muy diferente a la que debería haber desarrollado en estos días, igual que los colegios, en lugar de ser centros electorales, son albergues que alojan a miles de damnificados.