[dropcap]A[/dropcap]lemania es un país que se reconoce por sus productos y servicios de muy alta calidad, aunque a un mayor costo que otros países. Sin embargo, el debate –a nivel mundial– que se ha suscitado contrapone las extensas regulaciones en la economía, con las justificaciones de poderes económicos como Alemania, contra la tendencia de apertura de las economías con la finalidad de facilitar el comercio internacional.
Para citar un ejemplo, un panadero en Alemania, luego de 18 meses de estudio e invertir más de US$2,200 en capacitación, recibió la certificación para confeccionar dos tipos de magdalenas (cupcakes). Es decir, luego de todo el entrenamiento que ha recibido, el panadero no puede comercializar un pan baguette o un pastel de bosque negro (postre tradicional en Alemania).
Las regulaciones alemanas protegen a más de 150 diferentes profesiones (incluyendo, además de los panaderos, a los instructores de esquiar, peluqueros, etc.), y establecen cuantiosas reglas y onerosos requisitos para cualquier persona que desea participar en dicha profesión. Asimismo, las autoridades alemanas le dan estricto seguimiento al cumplimiento de dichas normas.
La posición de los alemanes ha sido que este tipo de regulación no tiene intención de proteger de manera indebida a la economía, sino más bien de asegurar la calidad de los productos en el mercado alemán, así como ofrecerle buenos empleos a personas que no cuentan con educación superior.
En cambio, los economistas estiman que una de las razones por las cuales la productividad y el crecimiento económico en el país han sido muy bajos durante los últimos años se debe, precisamente, a las extensas regulaciones, las cuales limitan la flexibilidad económica.
Sin embargo, Alemania ha sido uno de los principales oponentes a la liberalización del sector de servicios en Europa, oposición que se debe a la protección que ofrece dentro de su propia economía. Por ende, con la finalidad de proteger la clase media alemana, este país ha tomado una decisión de estado de establecer una amplia gama de regulaciones como forma de lograr esta meta.
Es interesante que potencias económicas mundiales como Alemania protejan a su economía de esta manera. Aunque nuestro parecer es que se deben tomar medidas razonables en República Dominicana para promover el comercio internacional, también es necesario tomar el ejemplo de los países desarrollados en el sentido de que el fomento a la industria nacional debe formar parte de cualquier discusión de apertura de nuestra economía.
Sin embargo, nuestra economía y el nivel de capacitación de la fuerza laboral no son iguales que la de Alemania, por lo que este modelo no debe ser emulado por completo en República Dominicana, aunque pueda servir de ejemplo.