[dropcap]L[/dropcap]a reciprocidad migratoria es un mecanismo que utilizan muchos países con sus pares que no exigen visado o les dan un tratamiento especial a sus ciudadanos. República Dominicana lo implementa con algunas naciones amigas.
Es entendible que Estados Unidos, cuyos ciudadanos no necesitan visado para ingresar a territorio dominicano, no aplique la reciprocidad migratoria con este país. Las razones económicas son suficientes para entenderlo, además de los controles por seguridad. El terrorismo es una amenaza constante para los estadounidenses.
Sin embargo, lo que no se puede entender es que países con características similares a las dominicanas, desde el punto de vista económico, cultural y político, no apliquen reciprocidad migratoria con nuestros ciudadanos. Resulta difícil de entender que los dominicanos estén obligados a obtener un visado para visitar estos países, pero sus ciudadanos ingresan a nuestro territorio sin mayores contratiempos.
Hay casos en los que es entendible, pero hay otros que no hay forma lógica de explicarlo. El Ministerio de Relaciones Exteriores debería “ponerse las pilas” con estos temas. Hay naciones con características muy parecidas a las dominicanas que requieren un visado para ingresar a su territorio, pero nosotros no a ellos.
Ciertamente que necesitamos turistas, pero eso no significa que debemos abrir nuestras puertas de par en par a todo el que llega. No hay que mencionar países. Quien desee ver cuáles Estados no aplican reciprocidad migratoria con República Dominicana sólo deben entrar a la página de Relaciones Exteriores para darse cuenta.
Todo esto se da en un contexto en que miles de inmigrantes llegan en calidad de turistas y luego se quedan más del tiempo permitido. Hay turistas y hay “turistas”.
Los controles migratorios son necesarios y ningún país debe renunciar a ese derecho, especialmente por motivos de seguridad, pero las reglas deben ser iguales para todos.