El anuncio del presidente electo de EEUU, Donald Trump, de que cuando asuma el poder se retirará del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) ha dividido a los firmantes sobre la posibilidad de sacar adelante el tratado sin la mayor economía del grupo.
El Gobierno chino mostró este martes su apoyo a una mayor integración económica en la región Asia-Pacífico, tras el anuncio del presidente del presidente electo de EEUU, Donald Trump, de retirar a su país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).
Tras el anuncio de Trump de que retirará a EEUU del TPP, algunos países se plantean continuar con la puesta en marcha de ese acuerdo sin la mayor economía mundial, mientras que otros apuestan por buscar tratados alternativos, como el Acuerdo Integral Económico Regional (RCEP), que incluye a China y excluye a la potencia norteamericana.
Trump confirmó, en un vídeo de dos minutos y medio en el que adelanta algunas de las primeras medidas que adoptará como presidente, su intención de retirar a la nación del TPP, un pacto que calificó de “desastre potencial” para Estados Unidos.
El Gobierno chino mostró este martes su apoyo a una mayor integración económica en la región Asia-Pacífico, tras el anuncio del presidente del presidente electo de EEUU, Donald Trump, de retirar a su país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).
“Estamos abiertos a todos los acuerdos que son positivos para la integración, la facilitación del comercio y la paz y la prosperidad en Asia-Pacífico”, dijo Geng Suang, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, en una rueda de prensa en Pekín.
El portavoz chino recordó que, en la reciente cumbre de Lima del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), los líderes de esa agrupación acordaron “profundizar la integración económica y oponerse al proteccionismo comercial”, un mensaje que calificó como “positivo para el desarrollo económico”.
China -añadió el portavoz- contribuyó a las negociaciones del APEC que resultaron en esa declaración, en la que se defendieron también los acuerdos de libre comercio en Asia-Pacífico.
Geng reclamó que los futuros tratados eviten la fragmentación, en referencia a la exclusión de China del TPP -que incluye a doce países de la cuenca del Pacífico-, y pidió que cumplan las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y ayuden a mantener el vigente sistema comercial multilateral.
“Esperamos que todos los acuerdos se refuercen entre ellos, en lugar de debilitarse. Deberíamos evitar la fragmentación de los acuerdos de libre comercio o su politización”, insistió.
Geng insistió en que China no inició el RCEP, sino que fueron los diez países agrupados en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) los que lo propusieron y han mantenido abiertas las negociaciones, aunque reconoció que Pekín aspira a que esas conversaciones “pueden llevar a resultados tempranos”.
El TTP fue firmado en junio de 2005 por Chile, Brunei, Nueva Zelanda y Singapur, con el objetivo de crear una futura zona de libre comercio interregional entre Asia y América. A él se unieron Perú, Australia, EEUU, Vietnam, Malasia, Canadá, Japón y México.
Las negociaciones del TPP, promovido por EEUU, fueron un elemento clave de la política exterior del todavía presidente estadounidense, Barack Obama, uno de cuyos objetivos fue priorizar la relación con la región de Asia-Pacífico para hacer frente a la influencia de China, que no forma parte del acuerdo.
El 5 de octubre de 2015 finalizaron unas arduas y largas negociaciones que sentaban las bases del acuerdo comercial más ambicioso entre los 12 países miembros, que representan cerca del 40% del producto interior bruto (PIB) mundial.
Los últimos obstáculos versaron sobre el acceso a los mercados de productos lácteos, las cuotas agrícolas, la automoción, las leyes de propiedad intelectual y los plazos de patentes farmacéuticas.
Este acuerdo elimina las tarifas para la importación de vehículos extranjeros si al menos un 45 % está producido en los países de la región, además de liberalizar parte de los sectores agrícolas de países altamente proteccionistas como Japón o Canadá.
El TPP, que tiene que ser ratificado por los parlamentos de sus 12 miembros, se firmó finalmente el pasado 4 de febrero en Auckland.
Australia también se ha unido este martes a los países que mantienen su apuesta por la viabilidad del TPP, tras el anuncio de Donald Trump.
El primer ministro australiano, el liberal Malcolm Turnbull, señaló que el TTP es un “importante compromiso estratégico” para los países firmantes y destacó los beneficios que en particular ofrece a Australia.
“Desde el punto de vista de Australia, está claro que obtener un acceso mayor para las exportaciones australianas (…) a esos grandes mercados es manifiestamente de nuestro interés”, dijo Turnbull a la agencia local AAP.
Para su entrada en vigor, el pacto estaba pendiente de que los parlamentos de los países miembros lo ratificasen, situación que se ha vuelto imposible sin Estados Unidos porque su economía representa cerca de dos tercios del PIB combinado del grupo.
Para Japón, “el TPP no tiene sentido sin Estados Unidos. El equilibrio fundamental de ventajas (comerciales) se vendría abajo, y renegociarlo de la misma manera resulta imposible”, dijo hoy el ministro portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshihide Suga.
El Gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, consideraba esta iniciativa comercial un importante acicate para aprobar reformas estructurales pendientes.
Por su parte, el ministro australiano de Comercio, Steve Ciobo, opinó que aún hay posibilidades de que Trump cambie de opinión: “solamente hay que dar a los estadounidenses tiempo suficiente para sopesar los pro y las contras”.
Algunos de los países firmantes del TPP, como Singapur, Chile, México o Perú, creen que aún puede sacarse adelante el acuerdo con reformas; otros, como Malasia o Vietnam, han empezado a buscar alternativas.
“El TPP sin Estados Unidos significa un nuevo acuerdo. Significa que doce menos uno tendrán que reunirse y firmar un acuerdo con nuevas cláusulas de entrada en vigor. Y eso significa nuevas negociaciones, lo que no resultará fácil”, opinó el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Perú el fin de semana pasado.
En esa misma cumbre, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, el presidente mexicano, Enrique Peña Niego, y el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, defendieron proseguir con la iniciativa comercial si Trump retiraba a Estados Unidos.
El primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, anunció la semana pasada que su Ejecutivo ni se molestaría en proponer al Parlamento la ratificación del TPP.
El ministro de Comercio Internacional de Malasia, Mustapa Mohamed, indicó recientemente que su país examinaba el Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP, siglas en inglés), que impulsa China, dada la situación internacional de “incertidumbre”.
El RCEP surgió en 2012 como un proyecto para Australia, China, Corea del Sur, India, Japón, Nueva Zelanda y los diez países miembros de Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que comprende a Birmania (Myanmar), Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Este grupo representa alrededor del 45% de la población mundial y tiene un PIB combinado de 21.3 billones de dólares.