[dropcap]L[/dropcap]a evolución de la deuda pública dominicana indica que el Estado ha sabido aprovechar la mejoría de la imagen del país en los mercados financieros internacionales, para financiar sus desequilibrios fiscales con bonos soberanos.
De esta forma, el Gobierno capitaliza un creciente apetito por los títulos dominicanos que, aunque todavía no cuentan con la calificación de “grado de inversión”, ofrecen un riesgo moderado e intereses atractivos en comparación con deuda de países desarrollados, sobre todo en un contexto poscrisis financiera.
Los bonos representan el 58.5% de la deuda externa, equivalente a US$10,004.4 millones, de un total de US$17,085.5 millones.
El segundo acreedor internacional más importante son organismos internacionales, con una participación de un 24%, que asciende US$4,095.6 millones. De esos organismos, los más importantes son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), con deudas que ascienden a 15.6% y 5.3%, respectivamente.
La deuda directa con otros país o bilateral, representa el 14.6% de todos los compromisos externos, que alcanzan los US$2,489.1 millones. Los países a los que se adeuda mayores cantidades son Brasil, Venezuela y España.
En el caso de la deuda interna, los bonos ocupan un papel todavía más preponderante con una tajada del 85.3%, incluyendo la deuda para la capitalización y recapitalización del Banco Central. Estos recursos ascienden a US$7,948.3 millones.
El resto de la deuda interna se compone en un 5.3% por los compromisos de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), que ascendía hasta octubre a US$500 millones.
El otro 9.2% de la deuda interna del Estado es con instituciones financieras locales, equivalente a US$863.3 millones.
Cuando se unen las deudas por bonos del Estado externos e internos, ascienden a US$17,952.3 millones, lo que representa el 68% de la deuda total, que alcanza los US$26.397.17 millones, y 36.91% del producto interno bruto (PIB), según la Dirección General de Crédito Público.
Calificación
Luego de la crisis financiera de 2003, a raíz de la quiebra de tres bancos nacionales, el país cayó en impago de sus compromisos financieros, por lo cual su deuda recibió la peor calificación de riesgo.
Esto, a su vez, disparó el pago de los intereses para el financiamiento.
No obstante, tras años de ajustes internos y el consecuente cumplimiento con el pago de los intereses, la calificación ha mejorado y, con ella, se han reducido los intereses que paga el Estado por sus requerimientos de liquidez. A esto se agregan las acciones para transparentar el gasto.
Grado de inversión
En 2010, el Ministerio de Hacienda elaboró una estrategia para que el país llegue a alcanzar una calificación de riesgo de “grado de inversión”.
Grado de inversión implica que ya no se consideraría la deuda dominicana como especulativa y, por lo tanto, pagaría menores intereses y tendría una prima de riesgo menor.
Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch Ratings otorgan notas a partir de “Baa3”, “BBB-” y “BBB-”, respectivamente, para las deudas consideradas con grado de inversión.
Las autoridades han decidido mejorar la calificación del país con acciones divididas en varios ejes, entre ellos fortalecer la economía y el ámbito institucional.