[dropcap]S[/dropcap]egún la teoría económica, las funciones del Estado están vinculadas a la estabilidad macroeconómica, al cobro de impuestos, redistribución del ingreso, seguridad nacional y seguridad ciudadana.
Para el ejercicio de estas funciones, el Estado se organiza y se estructura, al tiempo que crea la institucionalidad, vía la promulgación de leyes y reglamentos que le dan la base legal para su desempeño. Pero este Estado comúnmente toma la forma del Gobierno que lo administra, pudiendo ser democrático, en algunos casos, dictatorial en otros y populista de vez en cuando.
Si la institucionalidad de un país es fuerte, e impera la democracia, es probable que los gobiernos electos también sean democráticos y tengan una vocación de desarrollo; pero si la institucionalidad es débil, entonces cualquier cosa puede ocurrir con el gobierno que administre el aparato estatal.
Una de las consecuencias que puede acarrear la debilidad institucional de un país es la aparición de dictaduras que, casi en su totalidad, socaban la economía, restringen las libertades públicas y crean un ambiente adverso al desarrollo.
Hay ejemplos contrarios, pero son los menos. Otra consecuencia posible es la aparición de gobiernos con tinte populista, los cuales tienden a crear una confusión masiva entre pueblo y Estado, y terminan destruyendo todo lo que encuentran a su paso, bajo la justificación mesiánica de eliminar la pobreza. Para potencializar lo anterior, pretenden casi siempre perpetuarse en el Estado por cualquier vía y caiga quien caiga. Nicolás Maduro es un ejemplo emblemático de lo anterior.
Otro elemento importante vinculado a esto, es que el populismo se vuelve enemigo de la estabilidad de la economía, pues su afán por complacer a un pueblo al que dice representar, lo lleva a enfrentarse al gran capital, a satanizar el mercado y a cerrar las puertas de todo lo que huela a imperialismo yanqui. Esto, obviamente, es la primera acción que va creando las bases del deterioro económico y social que vendrá después. Alza desenfrenada en los precios de los bienes y servicios, depreciación incontrolable de la tasa de cambio, y reducción significativa en el ritmo de expansión de la economía, constituyen algunas manifestaciones y resultados de las medidas populistas.
En nombre de la pobreza, también se abusa en el establecimiento de impuestos a todo lo que genere ganancia o utilidad, lo que poca a poco va minando la inversión privada. La utilización de la fuerza pública es otra expresión común del populismo, la que se utiliza igual para el mismo pueblo que toma como excusa. De esta manera, el populismo, según los antecedentes latinoamericanos, conduce a más pobreza que la que prometió disminuir.