El nuevo plan de salud impulsado por los republicanos en la Cámara de Representantes de EEUU haría que hasta 14 millones de estadounidenses perdieran su cobertura médica para el año próximo y 24 millones para 2026, según un nuevo informe de la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, en inglés).
El estudio era muy esperado ya que la CBO evalúa, de manera independiente, los efectos de los proyectos de ley en el país, tanto a nivel político como económico.
El resultado del informe supone un golpe para el liderazgo conservador, que pretende derogar la ley actual impulsada por el expresidente Barack Obama y reemplazarla por este nuevo plan, pero no ha encontrado consenso en su bancada, especialmente entre los ultraconservadores y el sector más moderado.
No obstante, la propuesta sí logra uno de los principales objetivos de los republicanos, reducir el déficit federal en 337,000 millones de dólares en diez años.
El déficit estadounidense en 2016 alcanzó los 587,000 millones de dólares.
“Los mayores ahorros provendrían de las reducciones en los desembolsos para Medicaid”, el programa para ofrecer acceso sanitario a las personas de bajos recursos, y de “la eliminación de los subsidios de la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés)”, apunta el informe.
“Las reducciones en la cobertura de seguro entre 2018 y 2026 provendrían en gran parte de los cambios en la inscripción a Medicaid, porque algunos estados frenarían su expansión y algunos estados que la hubieran ampliado en el futuro elegirían no hacerlo”, agrega.
Según el estudio, con la ley actual, conocida con Obamacare, en 2026 quedarían 28 millones de personas sin seguro médico en el país, mientras que con el plan republicano ascenderían a casi el doble, 52 millones.
El resultado del informe supone un golpe para el liderazgo conservador, que pretende derogar la ley actual impulsada por el expresidente Barack Obama y reemplazarla por este nuevo plan, pero no ha encontrado consenso en su bancada, especialmente entre los ultraconservadores y el sector más moderado.
Los proyectos de ley en los que se sustenta ya fueron aprobados por los comités correspondientes de la Cámara baja, y se espera que pase al pleno en los próximos días, sin embargo, el mayor escollo lo encontrará en el Senado, donde la mayoría republicana es más estrecha y varios senadores conservadores ya han manifestado su oposición.
La derogación y reemplazo del Obamacare es una de las grandes promesas de campaña del presidente Donald Trump, quien sí respalda la propuesta y ya ha comenzado una ofensiva mediática para defenderlo ante la ciudadanía.
Horas antes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, aseguró que el nuevo plan de salud propuesto por los republicanos permitirá a los estadounidenses elegir a los doctores y los planes de cobertura que prefieran, y que los costes de los seguros médicos empezarán a bajar “en un año o dos”.
Trump se reunió en la Casa Blanca con varias “víctimas” de los efectos de la reforma sanitaria impulsada y firmada en 2010 por su predecesor, Barack Obama, y expresó su frustración porque, a su juicio, “la prensa está haciendo que ‘Obamacare'”, como se conoce popularmente esa ley, “parezca algo bueno”.
“Es un poco como lo que pasa con Obama, cuando se fue (de la Casa Blanca) a la gente le caía bien. Cuando estaba aquí, a la gente no le caía tan bien. Es como funcionan las cosas, es la naturaleza humana”, opinó Trump.
Prometió además que, bajo el plan propuesto por los republicanos para derogar y reemplazar “Obamacare”, los estadounidenses podrán “escoger el plan que quieran, el doctor que quieran”.
“Podrán hacer un montón de cosas que se suponía que el otro plan iba a darles y nunca les dio. Recuerden, no podían elegir su doctor, no podían elegir su plan”, añadió.
Trump afirmó que la nueva ley “desatará el poder del mercado de salud privado para que las aseguradoras puedan competir”, lo que provocará que “los precios bajen, bajen y bajen”.
“Una mayor competencia con menor regulación rebajará por fin el coste de los cuidados médicos, y creo que lo rebajará muy significativamente, pero por desgracia es algo que lleva un tiempo porque tienes que dejar que el mercado haga su trabajo”, indicó.
“Debería llevarnos uno o dos años” rebajar esos precios de la cobertura sanitaria, agregó el mandatario, que también prometió “muchas opciones” de seguros médicos de donde elegir.
Trump escuchó los testimonios de nueve estadounidenses que se consideran perjudicados por “Obamacare”, entre ellos Elías Seife, un programador informático de Miami (Florida) que trabaja como autónomo y que asegura haber tenido “un seguro médico diferente cada año” desde que entró en vigor la actual reforma sanitaria.
“Lo que existe en este momento es insostenible y está dañando a miles y miles de personas, y una de ellas soy yo”, dijo Seife en una entrevista telefónica con Efe tras su reunión en la Casa Blanca.
El empresario le dijo a Trump que sabe “perfectamente lo que es el socialismo” porque sus padres llegaron a Estados Unidos procedentes de “la Cuba comunista”, y que el plan de reforma que trató de instalar inicialmente Obama -sin éxito- era “básicamente” similar al de un país socialista.
Seife aseguró a Efe que, cuando entró en vigor la reforma sanitaria de Obama, le “cancelaron el seguro” médico que tenía como autónomo para él, su mujer y su hija; y desde entonces ha tenido que “cambiar de médico, de plan” y “las medicinas que estaban cubiertas anteriormente ya no estaban cubiertas”.
“(‘Obamacare’) es una cosa que ha sido muy destructiva para la pequeña empresa”, opinó Seife, para quien “no es normal que todos los años suban un 30 o 35 % los costos” de su seguro médico.
Seife confía en encontrar una alternativa en el plan presentado por los republicanos, pese a que hasta ahora no está claro cuánto costará implementarlo ni cuántas personas se quedarán sin seguro médico al derogar “Obamacare”.
“Tengo confianza en que el presidente y su equipo van a hacer lo que es correcto y justo”, destacó el empresario.
Dos comités de la Cámara baja aprobaron la semana pasada la propuesta republicana para derogar la ley sanitaria de Obama, que la Casa Blanca ha definido como la primera de una serie de tres fases para reemplazar el actual sistema de salud.