[dropcap]P[/dropcap]escadores de la provincia Juan Sánchez Ramírez apuestan por la piscicultura como medio económico para el sustento de sus familias e impulsar la mejoría de la región.
La iniciativa del proyecto se remonta a 2002, según Andrés Leonardo Romero, presidente de la asociación de pisciculturistas. Sin embargo, para el 2007 quedó devastado tras el paso de las tormentas Noel y Olga. En 2013 la asociación recibe el apoyo de la empresa minera Barrick Pueblo Viejo con la aportación de un millón de pesos.
Con este aporte se construyeron 20 jaulas, valoradas en RD$50,000 cada una. Además, gracias a un préstamo de RD$8 millones por parte del Gobierno dominicano, los pescadores pueden solventar mejor el proyecto, beneficiando no sólo a los miembros de la asociación, sino a otras sociedades de los alrededores.
Las jaulas permiten una producción segura de peces de alta calidad y de mayor valor comercial, que garantizan no solo ingresos para los pescadores, sino para los comerciantes de otras comunidades vecinas, de acuerdo a informaciones ofrecidas por la Barrick.
Romero señala que de la inversión realizada por el Estado solo han recibido RD$3.1 millones que han cambiado la forma en la que laboran, a pesar de que este es solo el primer desembolso.
“En la actualidad tenemos 65 hombres que pertenecen a la asociación, aunque sólo 40 se dedican directamente a la labor de pesca”, afirma.
La tilapia, el pez que producen, conlleva una crianza de siete meses y una inversión de cuatro sacos de alimentos con valor de RD$1,980 cada uno.
“De acuerdo a la población de peces que se tiene se calculan las ventajas de libras a producir; mientras mayor es el espacio en que se desarrollan los peces, mayor es el crecimiento de los mismos, si hay demasiados la vida se hace menos sostenible para el crecimiento”, explica.
El pasado 2 de marzo se realizó la primera feria de pescado de la provincia, en la cual se pudo apreciar la primera cosecha de esta crianza de peces.
Según el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), República Dominicana importa entre 30 y 35 mil toneladas de pescados y mariscos, lo que representa cerca de US$80 millones.
Localmente se producen alrededor de 14 mil toneladas, tanto de pesca de captura como de acuicultura, que es aquella que se produce en estanques y jaulas.
Mujeres
“Las mujeres también son beneficiadas con esta inversión, pues tienen la posibilidad de formarse en cursos en diferentes disciplinas que contribuyen al mejoramiento de la provincia. Además hay varios proyectos donde ellas son las protagonista”, afirma Soraya Cepeda, superintendente de Responsabilidad Social de Barrick Gold. Uno de los proyectos, según explicó, es la “reutilización de la parte exterior de los cocos, para tejerlos y utilizarlas para potenciar la limpieza medioambiental en diferentes ámbitos”.
Cepeda señala que este proyecto nació en una alianza con la asociación de pescadores de Hatillo, a través del programa de desarrollo comunitario de la Barrick. La compañía tiene como eje fundamental la divulgación vinculadas a programas de desarrollo comunitario en la zona donde opera.
Producción
La provincia Juan Sánchez Ramírez se ha distinguido en los últimos años por el cultivo de piñas (produce el 74% de las piñas del país) cuyo festival se celebra en octubre. Productores, turistas y público en general se congregan en la Feria de la Piña de Cevicos.
En Cotuí también se produce el 17% del arroz que se cosecha en República Dominicana y se procesa el 47% del total del cereal.
Los molinos, factorías y las aldeas donde “pilonean” el cereal y así como la Presa de Hatillo, con su inmenso espejo de agua (el más grande del Caribe) hacen de esta zona un atractivo de producción del sector y, al mismo tiempo, fortalecen el valor de la zona como actractivo ecoturístico.
Historia y aventura
La provincia Juan Sánchez Ramírez, ubicada a casi 120 kilómetros al norte de Santo Domingo, es una zona para desarrollar un turismo alterno, el ecoturismo, iniciando con la Presa de Hatillo, el lago artificial más grande del país y uno de los más grandes de las Antillas, con más de 40 kilómetros cuadrados.
En la Presa de Hatillo opera el Ferry de Cotuí, barco dedicado a quienes les gusta estar en convivencia con la naturaleza. Esta embarcación fue concebida por el cotuisano Raúl Fernández en febrero de 2000, con el objetivo de dar a conocer el potencial de su provincia a través de una de las fuentes de agua.
En esta zona se encuentran las “guácaras taínas”, tabernas indígenas de gran importancia arqueológica e históricas. La del Hoyo de Sanabe está ubicada en la montaña Peñón de la Sabana, en el extremo oeste del lago.
El municipio cabecera de la provincia, Cotuí, es reconocido por sus permanentes actividades culturales a partir de los años de 1970.
Las sierras de Yamasá y Pietra atraviesan la provincia de noroeste a sureste. El punto de mayor altura, La Navisa, tiene 680 metros, adecuado para la práctica de montañismo y senderismo.
Los paisajes de la comunidad de Fantino, al noroeste de Cotuí, en el valle de La Vega Real, con sus verdes arrozales y plantaciones de cacao, cítricos y café, brindan un escenario perfecto para las fotografías.
Los balnearios del río Yuna, que atraviesa la provincia a lo largo de 15 kilómetros y es el segundo más caudaloso del país, son también una refrescante opción para turistas nacionales y extranjeros.