[dropcap]L[/dropcap]a entrada al mercado local de la Lotería Electrónica Internacional Dominicana (Leidsa), a finales de 1998, marcó un antes y un después en el sector de los juegos de azar. La empresa introdujo el concepto de la lotería electrónica, que es un terminal o computadora que se comunica con un sistema central en tiempo real.
¿Qué ha pasado en estos casi 20 años que tiene Leidsa en operación? ¿Cuántas personas han ganado el loto? ¿Cuáles lugares han sido agraciados con este juego de azar? ¿Dónde ha caído el mayor premio? ¿Qué curiosidades presenta este juego que no han vuelto a suceder? ¿Cuál es el mejor mes para sacarse el loto, según las estadísticas? Las respuestas son explícitas.
Montos entregados vía la Loto y ganadores por demarcación
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La provincia Santo Domingo ha tenido la mejor suerte dentro del principal juego de azar de Leidsa. En esta demarcación los ganadores se dividieron entre los municipios Santo Domingo Este, Norte y Oeste; Boca Chica y Los Alcarrizos. Pedro Brand y Guerra-San Luis no aparecen en los registros con algún ganador. El monto recibido por concepto de loto es de RD$1,437.9 millones, equivalente al 25.7% del total entregado desde 1998. El monto promedio es de RD$23.9 millones.
Los jugadores de la provincia Santiago son los segundos por la mayor cantidad de dinero recibido por concepto del loto. Hasta la fecha de este trabajo, con 56 agraciados, el monto llega a RD$1,211.3 millones, un 21.6% del total. El monto promedio por jugador es de RD$21.6 millones. Muy cerca está el Distrito Nacional, que aunque tiene más ganadores (62), la cantidad obtenida es de RD$1,160.9 millones, para un 20.7% del total y un promedio de RD$18.7 millones.
De las 32 provincias que tiene el país el premio loto ha llegado a 26, o sea, al 81.2% del territorio dominicano. El mayor monto entregado hasta la fecha fue en la provincia Espaillat, que le correspondió a José Bernardo Antonio Tejada, quien ganó RD$218 millones con la combinación 5-13-16-28-34-36-5, el 20 de agosto de 2014, convirtiéndose en el millonario 201.
Entre las provincias Santo Domingo, Santiago y el Distrito Nacional han obtenido RD$3,810.2 millones, equivalente al 68% del monto entregado por el juego loto. El resto, o sea, 32%, ha sido distribuido en las otras 23 demarcaciones que han resultado agraciadas.
El Distrito Nacional también resultó ganador de RD$25.1 millones que obtuvo Francisco José Reyes por juego Kino TV. En los primeros años de establecido el loto hubo cinco ocasiones en los que los ganadores no fueron personas físicas, sino instituciones bancarias, según consta en los registros de la empresa colgados en su página. El 23 de julio de 2003 el Banco BHD, representado por Rafael Nicolás Fermín, ganó RD$45 millones; el 7 de octubre de 2000 el Banco Osaka obtuvo RD$20 millones, representado por Rafael Núñez; el 3 de junio de 200 el BNV, representado por Cristina García, también ganó el loto por RD$8 millones.
El BHD volvió a ganar el 11 de marzo de 2000 el acumulado del loto por RD$28 millones, pero un año antes, el 4 de septiembre, lo había hecho el Banco Popular por 40 millones. El último registro de una institución financiera obtener el premio le correspondió de nuevo al BHD, esta vez en La Vega. Fue por RD$10 millones y estuvo representado, nuevamente, por Rafael Nicolás Fermín.

De los poco más de 250 ganadores del loto que registra Leidsa (hay algunas impresiones en la información de su página), marzo ha sido el mes con la mejor probabilidad, con con 84 veces, es decir, cerca de un 33.3%. Los años con más ganadores son 2009 y 2015 (24); 2011 con 20, 2008 con 18 ganadores y 2016 con 17. En lo que va de 2017 ha habido 7 ganadores del loto. En 1998 hubo 11 agraciados.
Contexto
El gerente general de Leidsa, Wilgin Peña, lo tiene bien claro: el sector funciona bajo esquemas de informalidad que habrá que ponerle un freno. No obstante, dice que no sucede igual con esa empresa, pues las autoridades tienen conocimiento en tiempo real de lo que sucede.
“Las transacciones que ocurren en el punto de venta se almacenan en un totalizador en tiempo real. De ahí es que parte el concepto de lotería electrónica. Se puede acceder al totalizador mediante terminales de apuestas o por vía de una interface web, que es lo que se utiliza hoy. Leidsa tuvo la iniciativa de traer el concepto que ya era estandarizado en sociedades más avanzadas que la nuestra, tales como Suiza, Estados Unidos, Alemania y otros”, explica.
A su entender, lo novedoso está en que inmediatamente se implementa un sistema electrónico el Estado puede fiscalizar, como en esencia lo hace con la empresa Leidsa, ya que la institución encargada también tiene un terminal habilitado y por ende pueden ver todo. Afirma que Leidsa también envía reportes escritos a las autoridades que también es validado con la información que ellos manejan.
Señala que según establece la Ley 253-12 de Reforma Fiscal, los ganadores del loto están en la escala mayor, pues se les retiene un 25% del premio y se envía mediante cheque certificado a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). No obstante, dice, hay otros premios que llevan impuestos, pues entre RD$100,001 y RD$500,000 pagan un 10%; de RD$500,001 hasta RD$1,000,000 se le deduce un 15% y de esta cantidad en adelante es que se retiene un 25%.
Peña detalla que mediante contrato de las empresas concesionarias del Estado dominicano se establece una serie de impuestos.
En los primeros 15 años de existencia la empresa tributó poco más de RD$5,000 millones. La empresa paga un 24% de las ventas brutas de los sorteos de Loto Millonario, así como un 2.5% de las ventas brutas de los sorteos de Loto Pool, Súper Bingo, Súper Kino TV y Pega 3.
El ejecutivo de Leidsa destaca que a partir de la entrada en vigencia de la Ley 139-11 la DGII también recibe el pago de parte de Leidsa de una licencia anual por cada uno de los puntos de ventas autorizados en todo el país, recursos que anteriormente llegaban a la Lotería Nacional. Según la tabla que publicó la DGII, este año pagará alrededor de RD$78 millones sólo por este concepto.
Según un documento de la empresa, las importaciones de terminales, piezas, material gastable, equipos y otros instrumentos cumplen con todas las normas y requisitos aduanales al pagar las cargas y gravámenes exigidos por la Dirección General de Aduanas (DGA).
Peña explica que la Lotería Nacional ahora tiene una función sui generis en el sentido de que es una entidad competidora a través de sus juegos de billetes y quinielas, pues también realiza el sorteo con las bancas de loterías y las concesionarias. “Cada concesionario debe pagar por punto de venta una licencia anual”, refiere.
Defiende que por ser Leidsa una empresa que se maneja electrónicamente el Estado tiene un conocimiento directo de todas sus operaciones y qué debe pagar. Sin embargo, apunta que con las bancas de loterías no tienen la facilidad de fiscalizarlos. Destaca que entre los mismos banqueros hay cifras desproporcionadas de oferta y demanda, pero que al final nadie sabe cuántos puntos de venta operan.
El ejecutivo de la principal lotería electrónica del país refiere que el estándar regional por la densidad poblacional es de un punto de lotería por cada 1,300 a 2,000 habitantes, pero que en República Dominicana está entre aproximadamente un punto de venta por menos de 300 habitantes.
El gerente general de Leidsa estima que en el país no deberían operar más de 10,000 puntos de venta para mantener los estándares internacionales y hacer que la actividad sea rentable para todos los participantes. “Aquí hay cinco o seis veces lo que debería haber”, apunta.
Peña, que admite que podría entrar en el terreno especulativo, señala que “o se juega más de lo que se presenta o los beneficios de muchos de esos puntos de venta (bancas de lotería) o parte de su rentabilidad sólo se puede ubicar en la evasión, ya que para nadie es un secreto la falta de control del Estado”.
A su entender, la informalidad con que opera el sector de juegos de azar constituye uno de los principales retos, principalmente porque perjudica al Estado y a las empresas que, como Leidsa, operan con transparencia y con las herramientas tecnológicas para ser fiscalizadas.
Dispuesta a la fiscalización
Wilgin Peña afirma que esa empresa es abanderada de la transparencia, por lo que apoya que ese sector sea regulado y fiscalizado dentro de una ley de lavado de activos. Pide lo mismo para los demás participantes del sector.
“Con nosotros el Estado tiene todos los mecanismos para fiscalizarnos de forma adecuada y hacer los cruces de datos correspondientes. Ahora bien, esta limitante la tendrá con todos los otros concesionarios porque no tiene forma de hacer algún cruce de información ni monitorear, pues muchos de ellos se manejan con el efectivo, y a través de bancos del sistema financiero”, sostuvo.
Incluso, indica, una señal que habla clarísimo de la informalidad es que algunas de las concesionarias pagan dividendos por encima de lo que establecen las normas establecidas. Explica que en los premios de quinielas, por ejemplo, se deben pagar RD$60, RD$8 y RD$4, pues de cada RD$100 se devuelven RD$72.
Explica que los RD$28, según las normas, son para pagar comisión a los clientes, cubrir costos operativos, margen de riesgo y el beneficio que puede sacar la empresa a fin de año.
Requisitos de instalación
¿Qué determina instalar o quitar un punto de venta? Wilgin Peña explica que hay diversos factores. Para quitar un punto de venta, además del cierre o quiebra de un negocio, está que una empresa con una terminal pierda su personería jurídica, pues si se registró como farmacia y luego aparece como un supermercado pequeño eso es razón para sacarlo de la red.
Otra razón es que el propietario del negocio no cumpla con los depósitos de la venta en la cuenta, la cual está en el Banco de Reservas, que le permite al Estado tener mayor información respecto a las operaciones o ingresos de la empresa.
El director ejecutivo de Leidsa indica que el Estado tiene acceso a las tres concesionarias: Leidsa, Loteka y Loto Real, pero no así con las bancas de loterías.
Dice que el origen del desorden está en la informalidad en que opera el sector. No duda en decir que la evasión es fomentada por la informalidad en que opera el sector de juegos de azar en el país.