La devastación provocada por el huracán Irma en San Martin es “peor que cualquier zona de guerra” y está “más allá de lo que cualquiera pueda imaginar”, dijo el rey Guillermo Alejandro, de Holanda, en una visita a esa isla holandesa en el Caribe.
“He visto muchas destrucciones en mi época de guerras y muchos desastres naturales, pero nunca he visto algo así. Dondequiera que mire, solo hay destrucción y caos”, afirmó el monarca, en declaraciones recogidas por el diario holandés NU.
Más del 70% de los hogares de San Martin fueron destruidos en la tormenta que se registró la semana pasada, que también dejó sin agua corriente ni red telefónica a grandes zonas de la isla.
El rey aseguró que pudo verlo todo desde el avión en el que llegó el lunes a la isla de San Martin, desde Curazao, y reiteró que “nunca había experimentado algo parecido”.
“Se puede ver cómo la gente está trabajando duro para despejarlo todo. Están diciendo: estamos de pie, juntos, trabajando hombro con hombro, y vamos a reconstruir la isla. Creen en el futuro”, dijo sobre los isleños.
Aún no está claro si esta isla puede beneficiarse de la financiación de la Unión Europea para cubrir los costes de la reconstrucción.
Mientras que la mitad del norte es parte constituyente de Francia, lo que la cualifica automáticamente para las subvenciones de la UE, el resto de San Martín es una nación autónoma dentro del Reino de Holanda y no es oficialmente parte de la Unión.
La eurodiputada holandesa Agnes Jongeriur advirtió a la prensa de que la emergencia y la situación en la que se encuentra San Martin en este momento es más importante que cualquier reglamento.
“Las reglas no importan aquí. La gente de San Martín necesita ayuda. La UE ha asignado 2,000 millones de euros en fondos de Emergencia para el socorro inmediato en caso de catástrofe y para restaurar los elementos esenciales y básicos como el agua potable”, afirmó.
El Parlamento Europeo debatirá mañana miércoles la ayuda a las islas afectadas por el huracán Irma.
El monarca holandés viaja este mismo martes a San Eustaquio y Saba, que también sufrieron daños por la fuerte tormenta -en menor medida que San Martín- y donde la comunicación aún sigue siendo complicada.
Holanda ya donó 1.5 millones de euros a las víctimas del huracán y envió más de 200 soldados para entregar alimentos, agua y medicinas y para ayudar con el rescate de los supervivientes.
El Gobierno holandés también mandó a un equipo de expertos a las tres islas caribeñas para evaluar los daños y elaborar un plan de reconstrucción.
Mientras, en París, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, intentó este martescerrar la polémica política sobre la tardanza en la respuesta de su Gobierno a las destrucciones catastróficas causadas por el huracán Irma en las islas francesas de San Martín y San Bartolomé en el Caribe.
“No es momento de ninguna polémica” porque “el Estado se organizó perfectamente” y “la anticipación fue completa” en cuanto se conoció con precisión el recorrido de Irma por las Antillas, afirmó Macron en una conferencia de prensa a su llegada desde París al aeropuerto de Pointe à Pitre, en Guadalupe, territorio francés próximo a esas dos islas.
“No se puede anticipar lo que no es anticipable”, replicó a las críticas de la oposición, después de haber insistido en que lo que ocurrió fue “una catástrofe natural” de una dimensión “inédita” que no tenía precedentes desde 1931, pero también dijo que no se opondrá a la creación de una comisión de investigación parlamentaria.
Tras confirmar que por ahora se han contabilizado 11 muertos -aunque “es posible” que se encuentren más víctimas porque hay muchos edificios derruidos pendientes de desescombro-, su principal mensaje fue que la prioridad es “la vuelta a la normalidad”, para lo cual se ha puesto en marcha “uno de los mayores puentes aéreos desde la Segunda Guerra Mundial”.
Indicó que para hacer frente a los pillajes “inaceptables” registrados tras el ciclón, ya hay 1,900 agentes de las fuerzas del orden en la parte francesa de San Martín (la otra parte de la isla es de soberanía holandesa).
Dijo que ya han sido evacuadas 2,000 personas de ese territorio y que se va a facilitar “ordenadamente” el transporte de los que quieren irse hacia Guadalupe y hacia la Francia metropolitana, entre otras cosas con un reforzamiento de los vuelos de Air France.
Otra de las prioridades es la puesta en marcha de una planta desalinizadora -la que abastecía de agua corriente quedó inutilizada- “gracias a nuestros amigos españoles” que debería estar en servicio a partir del día 20.
El jefe del Estado, flanqueado por los ministros de Sanidad, Educación y Ultramar, aseguró que “toda Francia y toda la nación está con los que lo han perdido todo”, que después de lo ocurrido la vida “no es totalmente normal” y que, en su desplazamiento hoy en helicóptero a San Martín y San Bartolomé, tiene intención de escuchar el enfado “legítimo” de las víctimas.
Macron nombró el lunes a un delegado para la reconstrucción que, según avanzó, se hará “rápido y bien” con construcciones más sólidas que respondan a las reglas sísmicas y medioambientales: “Quiero que esta reconstrucción sea ejemplar”.
Aunque se resistió a cifrar de forma precisa cuánto le costará al Estado esa reconstrucción, anticipó que el puente aéreo supondrá una cincuentena de millones de euros y que habrá que añadir otro tanto por otros trabajos en infraestructuras.
Sobre los daños materiales, se limitó a recordar las evaluaciones de las aseguradoras, que han estimado que representarán unos 1,200 millones de euros, incluyendo el impacto sobre la temporada turística.
También explicó que tuvo contactos telefónicos con el primer ministro holandés, Mark Rutte, para coordinar esa reconstrucción en la isla de San Martín, en particular para las infraestructuras.