Los Bonos Verdes son títulos valores emitidos por instituciones públicas o privadas con el objetivo de recaudar fondos e invertir en proyectos que fomenten la conservación del medio ambiente. Los fondos generados a través de Bonos Verdes se destinan a financiar proyectos de energía limpia, construcción de presas u otras actividades que reduzca el impacto negativo al medio ambiente.
Muy similar a otros instrumentos de renta fija, los Bonos Verdes pagan cupones periódicos a los inversionistas o se comercializan con un descuento (al término del plazo pues se la paga el valor facial al inversionista). La mayoría de los Bonos Verdes son emitidos única y exclusivamente con el objetivo de invertir los fondos generados por los mismos en proyectos asociados con energía renovable o con temas ambientales.
Algunos de los diferentes tipos de Bonos Verdes son los bonos de proyectos, donde los fondos se custodian en una empresa separada para invertir en un proyecto específico. También está el bono respaldado por activos, donde se titulariza una cartera de activos (como por ejemplo una cartera de préstamos destinados a financiar proyectos de energía renovable) en un solo instrumento de renta fija, que genere flujos de caja. Y el tercer tipo de Bono Verde podrían ser cédulas hipotecarias o bonos respaldados por hipotecas.
Algunas de las ventajas de realizar emisiones de Bonos Verdes es que facilita la inversión por parte de las AFPs, gobiernos, y fondos soberanos de inversión, en proyectos de alta prioridad política para los inversionistas (y los Bonos Verdes tienen el mismo nivel de riesgo y rendimientos que bonos ordinarios). Otro beneficio sería proveer una fuente de financiación directa para el Gobierno con posibles exenciones fiscales.