Hace dos años traje el tema a colación sobre la importancia de los bonos verdes a nivel mundial y los diferentes tipos de emisión que existen en estos instrumentos, pero, partiendo de la premisa de que este es un tema cada vez más relevante en los mercados financieros de todo el mundo, y que la República Dominicana no es la excepción, lo ideal es dedicar tiempo en analizar la realidad de estos bonos.
En el pasar de los tiempos se ha ido incrementando el interés por los inversionistas en este tipo de emisión, las cuales tienen el objetivo de financiar proyectos con impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad. La República Dominicana podría estar relacionado con proyectos de energía renovable, eficiencia energética, transporte limpio, gestión de residuos, entre otros.
Oportunidades
La emisión de bonos verdes atrae a inversionistas que tienen un enfoque en la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa. Esto pretende y puede ampliar la base de clientes e inversionistas disponibles para las empresas e instituciones gubernamentales, lo que puede reducir el costo del financiamiento.
Con este tipo de oferta pública, se requiere un mayor nivel de transparencia y una mejor y más detallada rendición de cuentas en lo que respecta a los proyectos financiados y su impacto ambiental, ayudando a las empresas y al Estado a mejorar su gestión ambiental y aumentar la confianza de los inversionistas y consumidores.
Retos
Este tipo de oferta pública de valores puede llegar a ser costosa en términos de tiempo y recursos. El Estado y el sector empresarial deben de asegurarse de que cumplen con los estándares de bonos verdes de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA) y por los que tiene establecido la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV), lo que puede requerir la contratación de asesores especializados en la materia y la realización de auditorías independientes.
Existe también un riesgo en el que las empresas e instituciones gubernamentales puedan utilizar la emisión de bonos verdes como una estrategia de marketing para mejorar su imagen y no para financiar proyectos sostenibles, mejor conocido como “Greenwashing” (termino común en inglés). Esto podría socavar la confianza de los inversionistas y reducir la demanda por este tipo de instrumentos.
Instrumento utilizado en el marco internacional
Aunque no hay una cifra exacta de cuántas emisiones de bonos verdes existen en el mundo, debido a que este tipo de oferta pública se realiza constantemente y cada vez más son utilizas por grandes multinacionales, de acuerdo con datos del Climate Bonds Initiative (Asociación Internacional de Mercados de Capitales), que es la organización internacional que trabaja la promoción de este tipo de instrumento financiero, se han emitido más de US$500,000 millones en bonos verdes y sostenibles al año 2020, de las cuales podemos mencionar las más grandes:
• Apple en 2016, por un valor de US$1,500 millones, destinado a financiar proyectos de energías renovables y eficiencia energética.
• Amazon en 2020, por un valor de US$10,000 millones, siendo el mayor bono verde emitido por una empresa en la historia.
• Enel en 2019, por un valor de €1,500 millones, destinado a financiar proyectos de energía renovable y de transmisión de energía eléctrica.
• La República de Francia en 2017, por un valor de €7,000 millones, siendo el mayor bono verde emitido por un gobierno.
Esto muestra cómo las empresas y los gobiernos adoptan las emisiones de bonos verdes y/o sostenibles como una herramienta para financiar proyectos de esta índole y fomentar la inversión en la transición hacia una economía baja en carbono.
Regulación y ventajas fiscales
Como parte de la regulación de las emisiones de bonos verdes en el país, encontramos que su marco legal está compuesto por la Ley de Mercado de Valores No. 249-17 y la Ley de Fomento de Energías Renovables y Regímenes Especiales No. 57-07.
Además, el Estado dominicano ha adoptado una serie de políticas y medidas para fomentar la inversión en proyectos sostenibles. Por ejemplo, en 2019, el Banco Central (BCRD) emitió una resolución que establece incentivos fiscales para las emisiones de bonos verdes. Estos beneficios incluyen la exención del Impuesto Sobre la Renta (ISR) para los intereses pagados por los bonos verdes emitidos por empresas e instituciones gubernamentales.
Aparte, hay todo un programa de incentivos para el sector de energías renovables que incluye una exención de Impuestos Sobre la Importación de Equipos y Materiales para proyectos de energía renovable y la posibilidad de solicitar financiamiento con tasas de interés preferenciales.
Herramienta de oferta pública con espacio de crecimiento en el país
Partiendo de que en el mundo hay más de US$500,000 millones en emisiones de bonos verdes, la única emisión que se ha llevado a cabo en República Dominicana hasta el momento es de renta fija, es decir, el emisor acuerda pagar una tasa de interés fija a los inversionistas durante la vida del bono y, a su vencimiento, el emisor devuelve el capital invertido, destacando que, aunque los bonos verdes son de renta fija, el impacto social y ambiental positivo que generan los proyectos sostenibles financiados por estos bonos pueden ser un factor importante en la decisión de inversión por parte de los inversionistas, además de la rentabilidad que ofrecen.
• Fideicomiso de Oferta Pública de Valores Larimar I, de la Fiduciaria Popular en 2016, por un valor de US$100 millones hasta el año 2036, teniendo como principal activo subyacente los derechos económicos de la Empresa Generadora de Electricidad Haina, S.A. Incluye a aquellos que forman parte del acuerdo de venta de energía suscrito con la CDEEE, cuyo objeto es la venta de la energía generada por ese parque.
Esta es la primera oferta pública de valores en el país de este tipo y que cumple con los estándares establecidos por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales, con una calificación de riesgo A por Feller Rate Dominicana. Recién se acabó de aprobar su segunda emisión de oferta pública en bonos verdes por un monto de hasta RD$2,500 millones.
Del mismo modo, existen empresas públicas, privadas y fideicomisos, que pudieran aprovechar las ventajas de este instrumento financiero, como, por ejemplo:
• Fideicomiso DO Sostenible: Es un fideicomiso público para la gestión integral de residuos sólidos, que busca lograr vertederos con estándares internacionales para la correcta gestión de desechos, como lo son rellenos sanitarios y plantas de valorización. Con la emisión de oferta pública en bonos verdes, el fideicomiso promovería la inversión en proyectos sostenibles en todo el país, fomentando la cultura de la responsabilidad social empresarial y el compromiso con la sostenibilidad ambiental. Tendría un efecto multiplicador, impulsando y fortaleciendo la economía verde.
• Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD): Siendo el responsable de la gestión del agua potable y el saneamiento en la ciudad de Santo Domingo y sus municipios aledaños, puede implementar proyectos sostenibles similares a la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales en Haina, realizando la colocación de bonos verdes por medio a la figura del Fideicomiso, para financiar este tipo de iniciativas.
• Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (Anamar): Institución encargada de la gestión del medio ambiente marino y costero del país. Ha llevado a cabo proyectos como la restauración de arrecifes de coral en la bahía de Samaná, pudiendo emitir bonos verdes para financiar iniciativas similares.
• Grupo Punta Cana: Uno de los desarrolladores turísticos más grandes en el país, que ha llevado a cabo proyectos sostenibles como la implementación de energía solar en varios de sus resorts, y la conservación de la biodiversidad en sus propiedades.
• Grupo Rica: Grupo empresarial con presencia en varios sectores, incluyendo la agricultura, la energía y las bienes raíces. El grupo ha llevado a cabo iniciativas sostenibles en el pasado, como la producción de energía a partir de biomasa en su planta de cogeneración, y podría emitir bonos verdes para financiar proyectos similares en el futuro.
En conclusión, las emisiones de Bonos Verdes presentan diversas oportunidades para el sector empresarial y las instituciones gubernamentales, siendo una herramienta efectiva para financiar proyectos sostenibles y mejorar la gestión ambiental, que, para garantizar el éxito de una colocación de oferta pública de valores de este tipo, es importante el serio compromiso con la sostenibilidad y que cumplan con los estándares establecidos.
Si bien existen desafíos, el marco regulatorio respalda este tipo de emisión y ofrece beneficios fiscales para los emisores. Y, tomando en cuenta la reciente calificación de riesgo emitida por Standard & Poor’s, que por primera vez en la historia el país pasa de BB- a BB, nos convertimos en un país estable, de excelente manejo en la administración pública, que se refleja en su capacidad de mantener altas tasas de crecimiento económico, fortalecimiento en la planificación fiscal y el manejo de la deuda pública, para el llamado de inversionistas extranjeros que puedan colocar sus recursos para estos fines.