Con frecuencia vemos o escuchamos en los medios de comunicación hablar de una “barrera” en torno a los precios del petróleo. Esto es lo más ilógico desde el punto de vista de la naturaleza de un mercado.
Cuando se trata de oferta y demanda, que es el escenario definido como perfecto para que los seres humanos transen bienes y servicios en un mercado, los precios no tienen barreras hacia arriba ni hacia abajo. Ya sea por la especulación, acaparamiento o por el desempeño natural de la demanda, la cotización es una variable resultante.
Un ejemplo palpable es cuando recientemente el petróleo pasó de los US$50 por barril. La palabra “barrera” apareció en muchas de las notas, como si ese precio era una “camisa de fuerza” o un precio fijado de común acuerdo entre todos los productores. En cuestiones de mercado sólo la oferta y la demanda, amén de la especulación, ponen las reglas. Si no es así, entonces hay colusión y eso, en este contexto, es imposible.