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@estebandelgadoq
Hace algunas semanas, durante la celebración del 67 aniversario del Banco Central, su gobernador Héctor Valdez Albizu presentó algunos datos sobre el crecimiento de la economía y las perspectivas positivas del país.
Uno de los datos presentados por Valdez Albizu se refiere a que en el período agosto 2012-agosto 2014, es decir, en los dos primeros años de gestión de Danilo Medina, se habrían creado alrededor de 235,600 nuevos empleos formales en el país.
El dato se produjo pocos días antes de que la Contraloría General de la República diera a conocer un documento en el que señala que a agosto de 2012 en el Gobierno Central (excluye las entidades autónomas y descentralizadas del Estado) habían 365,760 empleados y que al cabo de dos años creció a 440,898 empleados, para un aumento de 20.5%.
El dato permite determinar que de los 235,600 nuevos empleos formales a que hace referencia en Banco Central, 75,158 (31.9%) se crearon en el Estado, por lo que no son empleos fruto de un aumento de la productividad y crecimiento económico del país, sino de un incremento de la burocracia estatal.
Pero si se toma como referencia el hecho de que, según una publicación de Diario Libre, a noviembre de 2012 la nómina pública total era de 626,563 empleados, y que posiblemente las entidades autónomas y descentralizadas también han creado “nuevos empleos formales” entre agosto de 2012 y agosto de 2014, es posible que el porcentaje de participación del Estado en los nuevos puestos de trabajo sea mucho mayor que la tercera parte de los empleos creados.
Es muy lamentable que el ritmo de generación de nuevos empleos formales en el país en los últimos dos años sea aportado en más de una tercera parte por entidades del Estado, pues se combinan dos hechos negativos: el primero es que se han creado demasiado empleos improductivos en el sector público con el consecuente aumento de la burocracia estatal. El segundo factor negativo es el hecho de que el sector privado sigue muy lento en su proceso de generación de nuevos empleos formales, a pesar de que las cifras del Banco Central dan cuenta de un crecimiento favorable de la economía que superaría el promedio de 5% anual desde 2012 hasta ahora.
Volviendo con los datos de la Contraloría sobre la creación de nuevos empleos formales en el Gobierno Central (repito, sin incluir los de entidades autónomas y descentralizadas del Estado), vemos que en dos años se crearon 75,138 nuevos empleos. Esa cantidad, dividida entre los 24 meses de los dos años analizados, equivale a un promedio de 6,261 nuevos empleos mensuales, o lo que es lo mismo, 209 empleados nuevos cada día. Eso es, nueve empleados nuevos que vienen abultando la nómina pública cada hora, asumiendo que se trata de una maquinita que no se detiene ni días feriados, ni en la madrugada.
El presidente Danilo Medina tiene como meta la generación de 400,000 nuevos empleos durante su gestión de cuatro años. Al cabo de dos años ya lleva 235,600, lo que podría estar por encima de la meta a medio período. Pero si esa meta implica que un tercio o más de los nuevos empleos sean generados por el propio Estado, los resultados no serían tan favorables como se desea en términos de impacto en el desarrollo económico y social del país.