La semana pasada se produjo un anuncio importante de dos grandes empresas energéticas privadas, una que se especializa en generación eléctrica y suministro de gas natural y la otra especializada en la explotación minera y que también genera electricidad.
El asunto es que el acuerdo, de hacerse realidad para mediados de 2019 como han informado las empresas AES Dominicana y Barrick Pueblo Viejo, implica que la primera construirá un gasoducto que irá desde su terminal de gas natural del puerto de Andrés hacia una zona de la provincia San Pedro de Macorís donde está la planta de generación Quisqueya I, de 215 megavatios, propiedad de la segunda, que actualmente opera con fuel oil y en lo adelante trabajaría con gas natural.
Pero, ¿cuál es la trascendencia de este acuerdo? Resulta que en San Pedro de Macorís hay actualmente plantas eléctricas en operación con capacidad conjunta de 940 megavatios, las cuales operan con fuel oil, combustible dependiente del petróleo que dicho sea de paso está en alza en la actualidad, y que tienen el potencial de convertirse para operar con gas natural.
De hecho, la unidad Quisqueya I, de Barrick, tiene instalados los equipos de conversión a gas natural, sólo necesita el gasoducto y el suministro de ese combustible. Pero además, al lado de Quisqueya I está la planta Quisqueya II, también de 215 megavatios y también equipada para operar con gas natural.
Sin embargo, hay que recordar que Quisqueya II es propiedad de la Empresa de Generación Eléctrica EGE Haina, y que no está incluida en el acuerdo de suministro recién anunciado. Aun así, se puede suponer que de hacerse realidad el proyecto, lo más lógico es que, de seguir subiendo los precios del fuel oil, en algún momento los operadores de Quisqueya II se vean motivados a negociar con AES para ser también suplidos con gas natural más barato y menos contaminante.
En forma adicional, a poca distancia de donde operan las plantas Quisqueya I y Quisqueya II, están otras unidades de generación como la Compañía Eléctrica de San Pedro de Macorís (CESPM), conocida como Cogentrix, que genera 300 megavatios con fuel oil y bien pudiera ser convertida a gas natural en el futuro, si se sabe que ya existe el gasoducto desde la terminal de suministro hacia el parque donde opera.
Otra unidad de generación en la zona de San Pedro de Macorís es la Sultana del Este, con una potencia regular de 150 megavatios a fuel oil y vocación de conversión a gas natural siempre que se cuente con la posibilidad de suministro, tanto del combustible como del medio de transporte, es decir, el gasoducto.
En resumidas cuentas, si agregamos los 60 megavatios que produce la planta Los Orígenes en la zona, podemos contar un total de 940 megavatios en una misma provincia que tienen potencial de convertirse a gas natural y pueden tener mayor motivación si se hace realidad el acuerdo recién anunciado por AES y Barrick Pueblo Viejo, debido a que lo esencial de éste es la construcción del gasoducto desde Andrés hacia San Pedro de Macorís.
Es bueno tomar en cuenta que esos 940 megavatios son operados por empresas de generación privadas, es decir, se trata de un potencial de reducción de costos de generación para beneficio del sector energético, pero que a la vez garantizaría a estas empresas privadas ser más competitivas y así evitar cualquier riesgo de desplazamiento de parte de la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC) que para mediados de 2019 es seguro que estará operando a plena capacidad sus 752 megavatios brutos.
Sin embargo, hay asuntos por resolver, como el hecho de que hay quienes consideran necesaria una nueva terminal de gas natural adicional a la exclusiva de AES, además de que se supone que es a partir de 2020 cuando la región podría acceder contratos favorables de suministro de gas natural, pues en la actualidad no se consigue a precios suficientemente competitivos.
Pero lo importante es el principio, es decir, la construcción del gasoducto, pues esa instalación es la puerta de entrada. Más adelante veremos lo que ha de entrar.