Las emisiones de bonos soberanos, sobre todo por parte de países en vías de desarrollo, es una práctica común para financiar los déficits presupuestarios. Es decir, lo que un gobierno no pudo recaudar a través de ingresos fiscales, lo compensa con colocaciones de deuda en el mercado internacional de capitales.
República Dominicana (RD) no es la excepción, por lo que resulta muy importante entender que las emisiones de bonos soberanos forma parte de una estrategia de balancear las arcas públicas.
La composición de la deuda externa dominicana ha cambiado, ya que el portafolio se encuentra poco expuesto a variaciones en las tasas de interés e incluso también ha disminuido el riesgo cambiario con la primera colocación histórica de bonos soberanos este año. Desde el 2013 hasta junio 2018, RD ha emitido bonos soberanos por un monto de US$12 billones, a plazos de entre 5 y 30 años, pagando una rentabilidad promedio de 6.25% (por debajo de muchos países en AL) en 2018 (debemos recordar que las subidas de tipos de interés por parte de la Fed encarecen las emisiones de bonos soberanos, siendo un factor exógeno).
La demanda para invertir en bonos soberanos dominicanos ha superado con creces a la oferta, incluyendo la emisión que se realizó en pesos, siendo el primer país de grado no inversión en colocar deuda con su propia moneda en el exterior. El spread de nuestros bonos soberanos ha disminuido desde el 2013, donde en algunas ocasiones se situó por encima de los 500 puntos básicos.
En fin, también es muy importante proceder con cautela, incrementar la recaudación fiscal, invertir los recursos en los sectores productivos del país y evitar emisiones innecesarias de cara al futuro.