Los charamicos se han convertido en el símbolo que personifica la llegada de la Navidad en el país. En Santo Domingo las calles se visten de colores con esas figuras emblemáticas de la época. Jorge Rincón, propietario de una fábrica que tiene más de 30 años vendiendo esas figuras ornamentales, asegura que sus principales clientes son las grandes empresas y hoteles.
Desde enero, 18 personas trabajan en la fábrica elaborando a mano los charamicos que se venden en varios puntos de la avenida Winston Churchill, en el centro de la capital.
Los arbolitos tradicionales y las luces también adornan los centros comerciales de la ciudad, donde acuden las personas a realizar sus compras navideñas o en busca de un lugar de esparcimiento.
Esas plazas colocan, además, una escenografía con objetos que representan la época navideña.