Cuando una empresa muy grande produce y vende un producto en un mercado determinado y otra mucho más pequeña tiene en producción y venta el mismo producto, se puede dar el caso de que la más grande decida reducir sus precios hasta por debajo del costo para controlar el mercado y asfixiar a la más pequeña.
Una vez quebrada la más pequeña, la grande se queda sola en el mercado y vuelve a colocar los precios de sus productos a niveles de rentabilidad y hasta puede imponer el precio en el mercado.
También puede darse el caso de que una empresa muy grande llegue del exterior a un mercado pequeño como República Dominicana donde una empresa local tiene dominio del mercado con su producto.
La multinacional, con mayor poder y economía de escala, puede entrar al mercado y competir con precio durante un tiempo determinado, incluso con precios por debajo de costo de producción, hasta provocar la quiebra por falta de ventas de la empresa local y su producto.
Existe además el caso de que una empresa con un producto cuya marca es la preferida del mercado, con una penetración de casi el 100% en las ventas, a la vez comercializa otros productos distintos que no tienen gran participación de mercado.
Es posible que esa empresa condicione a sus clientes (colmados, colmadones, bares, discotecas, restaurantes, supermercados) a que solo les venderán las cantidades que desean del producto líder que goza de gran demanda y que es imprescindible en sus negocios, sí y solo sí les compran también cantidades importantes de los otros productos que comercializa y que no son los de mayor venta.
De esa forma, esa empresa estaría utilizado uno de sus productos, con liderazgo de mercado, para obligar a sus clientes a comprarle otros de sus productos con poca o baja demanda del mercado.
En ese caso, esa empresa estaría perjudicando a las demás empresas de los otros productos distintos a su producto líder, que pierden mercado no porque sus productos sean menos preferidos, sino porque hay una fuerza que incide para imponer los otros, aunque no sean los preferidos.
En todos estos casos se evidencian manifestaciones de posición de dominio de mercado y de competencia desleal, acciones que son a todas luces ilegales o en el menos malo de los casos, acciones inmorales o antiéticas.
De lo que estamos seguros es de que en cualquiera de los casos, no solo se perjudica a la competencia empresarial de un sector en particular, sino que también se perjudica directa e indirectamente a los que menos responsabilidad o culpa tienen de esas guerras económicas: los consumidores, es decir, usted, yo y todos los demás.
Para enfrentar la competencia desleal y los efectos negativos sobre la economía y los consumidores, en República Dominicana existen tres instituciones sobre ordenamiento de mercado: Comisión de Defensa de la Comercial (CDC), Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (ProCompetencia) y el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (ProConsumidor).
Lo importante aquí es que estas instituciones cumplan con sus deberes de velar por la libre y legal competencia con base en el respeto a derechos adquiridos, velar por el fortalecimiento de la industria nacional, pero a la vez impedir que un beneficio hacia un lado implique un perjuicio hacia otro.
Por ejemplo, se dan casos en que la CDC impone medidas contra productos importados que pudieran competir en precio de forma desleal con productos de la industria nacional.
Pero resulta que la industria nacional que la CDC está protegiendo tiene una posición de monopolio en el país, lo cual implica que esa protección que recibe del órgano estatal correspondiente, se traduce en un perjuicio para los consumidores, quienes se ven en la obligación de comprar los productos a precios impuestos por una posición monopólica que a su vez es protegida contra las importaciones de productos similares o mejores que pudieran entrar más baratos al mercado.
En esos casos, a la hora de proteger a la industria local de productos importados, es necesario tomar en cuenta que esa industria local no sea un monopolio.
El mercado es complejo de ordenar y muy difícil de regular.