Lo normal es que la tasa de 10 años sea mayor que la de tres meses porque los bonos de largo plazo conllevan mayor riesgo y, para compensar, los inversionistas exigen rentabilidades más altas. Cuando es al revés y la tasa de tres meses es más alta, suele ser una mala señal para la economía.
La curva de rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense se encuentra invertida, es decir, en la actualidad, los títulos a 3 meses (a 25 de marzo de 2019) están generando ligeramente mayor rentabilidad que los bonos del Tesoro estadounidenses a 10 años.
Según Reuters, en los últimos 50 años (con una sola excepción durante este largo período), este escenario ha sido un indicador de que se avecina una recesión en un plazo no mayor a dos años. Realmente, es un fenómeno atípico, ya que la economía norteamericana está creciendo y la pendiente de la curva debería estar inclinada.
Típicamente, las curvas de rendimiento con pendiente ascendente son una extensión natural de los riesgos más altos asociados con los vencimientos a largo plazo. Esto último es positivo para la economía, ya que la inflación sube, lo que significa mayor consumo, y los bancos centrales (en este caso la Reserva Federal) comienzan a subir sus tipos de interés.
Por otro lado, si la curva de rendimiento de los bonos gubernamentales está invertida, no es una buena señal, ya que no se espera que la economía crezca a largo plazo (menor inflación, menos subidas de tipos, los bancos ganan menos margen de interés por sus préstamos a largo plazo y tienen que pagar mayores rentabilidades a los ahorrantes y/o inversionistas a corto plazo).