El peso cada vez mayor del sector financiero en la producción agregada sugiere una continua transformación de la economía dominicana a una más moderna y eficiente, capaz de distribuir mejor el ahorro y los recursos disponibles.
Una muestra es la paulatina integración de Santo Domingo al club de las ciudades que cuentan con un “distrito financiero”, ese exclusivo espacio dentro de las grandes urbes caracterizado por elevados precios del suelo, edificios altos y lujosos y, por supuesto, bancos por doquier.
Para dar con el distrito financiero criollo, hay que adentrarse en las entrañas de la capital, donde las casas no son tan comunes y las manifestaciones de desarrollo abundan. Allí, por los lares de las avenidas Winston Churchill y Abraham Lincoln, la aglomeración de bancos, aseguradoras, asociaciones de ahorro y crédito, y puestos de bolsa confirman que se trata del Distrito Financiero capitalino, uno que no parece demasiado incipiente.
La Asociación de Bancos (ABA) resalta que estas avenidas dan acceso a las 15 instituciones que poseen el 98.5% de los activos de la banca, y a 10 de sus sedes principales, incluyendo la del Banco de Reservas y el Banco BHD León, primero y tercero en tamaño.
Así, la ciudad se une a aquellas que poseen un espacio conocido por todos como el centro de las operaciones financieras. Nueva York tiene a su Wall Street, Londres a La City y Tokio a Ginza.
Según explica la ABA, las entidades financieras de carácter bancario tienden a agruparse en los lugares de la ciudad donde existe mayor flujo de personas que realizan actividades económicas que los convierten en potenciales clientes personales y empresariales.
Ese interés de los bancos los empuja a una carrera por la apertura de sucursales, cajeros automáticos, y el resto de sus productos y servicios, con el fin de obtener la mayor tajada del pastel.
“Esto genera la competencia de los bancos por captar clientes y dar servicios adicionales a los ofrecidos por sus competidores, facilitándoles las operaciones y transacciones que pueden realizar en diferentes instituciones localizadas en dicha área”, comenta la ABA a elDinero.
De esta forma, los demandantes de servicios financieros tienen acceso, en un espacio reducido, a toda la gama de operaciones que les ofrece el mercado.
Algunos lugares del ambiente citadino suelen ser los más idóneos para albergar los distritos financieros. Las principales características son la disposición de buena infraestructura física, vial y de acceso, que facilite el flujo de personas, así como la disponibilidad de suficientes plazas de estacionamiento. A esto se añade la posibilidad de contar con mayores niveles de seguridad y la implementación de alta tecnología de la información y comunicación.
Además de bancos y asociaciones, el distrito financiero de la capital ha experimentado una creciente diversificación, con la aparición de la Bolsa de Valores (BVRD), cuya sede se encuentra próxima a la Winston Churchill, así como de múltiples puestos de bolsa.
Aunque la deuda es el único valor que se intercambia en el mercado, la aprobación a la primera empresa dominicana para acciones, pone al Distrito Financiero a las puertas del intercambio de este tipo de instrumento.
Crecimiento
Durante los últimos ocho años, el sector financiero ha experimentado un continuo crecimiento, así como una mayor participación del Producto Interno Bruto. Las cifras preliminares del Banco Central lo ubican entre los renglones que más se expandió 2014, alcanzando un 8.6%, solo superado por Explotación de Minas y Canteras (20.9%) y Construcción (11.4%). De esta forma, la intermediación financiera ha tenido una importancia protagónica en el engrosamiento interanual de 7.1% del PIB durante los doce meses del año pasado. Lo explica su progresiva participación, que creció 1.5 puntos porcentuales durante los últimos 14 años, pasando de 2.5% en 2000 a 4% en el tercer trimestre de 2014.
La solvencia promedio de la banca múltiple fue de 14.41% en 2014, mientras que la rentabilidad del patrimonio ascendió a 21.64%, con una morosidad de 1.33%. “Todo esto evidencia que al cierre del 2014 tenemos un sistema financiero saneado, rentable y patrimonialmente fortalecido”, revela el último informe de la economía.
El desempeño exhibido por el sector financiero dominicano en 2014 se caracterizó por altos niveles de capitalización, estabilidad, liquidez y solvencia, lo que le permitió seguir contribuyendo con el desarrollo del aparato productivo nacional.
Los datos preliminares al cierre de 2014, en términos anualizados, revelan que los activos totales del sector crecieron en 11.29%, presentando una morosidad en su cartera de crédito de apenas 1.44%, la cual se ha reducido de manera significativa, al compararse con la registrada a diciembre del 2013 que era de un 2.03%. La cobertura de la morosidad pasó de 158.45%, a diciembre del 2013 a 204.13% al cierre del 2014.
El futuro
A juicio de la ABA, las aspiraciones de desarrollo del sector financiero demandan que la economía siga creciendo y que ese crecimiento se traduzca en mayores ingresos para las personas, que la regulación promueva los derechos de los acreedores.
Es necesario continuar con el desarrollo tecnológico y la constante mejora e innovación del sistema bancario, que facilite las transacciones y a su vez, minimice los costos monetarios y de tiempo en beneficio de los usuarios del sistema. “En este contexto, se enmarcan los esfuerzos de nuevas figuras, como el subagente bancario”.
Finalmente, sostiene que es necesario apoyar las estrategias de educación financiera encaminadas a crear confianza y empoderamiento de la población y, de esta manera, promover el acceso y uso de los distintos servicios financieros y así poder mejorar su calidad de vida. Por último, mejoras tributarias que incentiven a las personas al uso de instrumentos financieros y no lo opuesto, como los impuestos al ahorro.