En el corazón de la conectividad global, los aeropuertos dominicanos están marcando el rumbo hacia un futuro más sostenible. Estos nodos esenciales del transporte aéreo, aunque vitales para el desarrollo económico y turístico del país, enfrentan un dilema: su alto consumo energético y el impacto ambiental que conllevan sus operaciones. Según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), si no se toman medidas significativas, las emisiones de la aviación podrían triplicarse para 2050, con el sector aéreo consumiendo un alarmante 25% del presupuesto global de carbono.
Ante este escenario, la presión por adoptar prácticas más ecológicas se intensifica. Los líderes del sector aeronáutico han comenzado a implementar iniciativas que promueven el uso de energías renovables, con el objetivo de transformar sus instalaciones en aeropuertos modernos y responsables con el medio ambiente. En este contexto, República Dominicana no se queda atrás y avanza decididamente hacia la sostenibilidad.
El director general del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), Héctor Porcella, recientemente nombrado presidente de la Junta de Aviación Civil (JAC) (para asumir en agosto de este año), subrayó a elDinero la relevancia de las aerolíneas y las infraestructuras aeroportuarias en el impulso del turismo nacional: “Son fundamentales para el desarrollo y crecimiento del turismo en República Dominicana. Los operadores aéreos son la principal vía de entrada de turistas al país”.
De su lado, Mónika Infante Henríquez, directora general de Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom) y pionera como primera mujer en presidir el consejo directivo de la Asociación de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI-LAC), también aportó su visión sobre los retos que enfrenta no solo República Dominicana, sino la región. A pesar de las diversas dimensiones que presentan los aeropuertos latinoamericanos, todos comparten desafíos similares.
Infante reflexionó sobre cómo la pandemia del covid-19 se presentó como uno de los mayores obstáculos para el sector, pero destacó que el tráfico aéreo ha mostrado signos significativos de recuperación en toda Latinoamérica. “Hemos aprendido mucho de esta experiencia. Si enfrentamos una crisis similar en el futuro, estaremos mejor preparados como industria”, aseguró a elDinero.
Además, resaltó la creciente demanda del tráfico aéreo y la necesidad imperiosa de expandir la infraestructura aeroportuaria para mantenerse al día con esta tendencia regional.
En un ambicioso proyecto, Aerodom planea construir una planta de energía solar de 1.3 megavatios en el área de la terminal, que se sumarán a los 3.7 megavatios adicionales ya en funcionamiento. Con esto, se espera que el 30% de la energía consumida por el aeropuerto provenga de esta fuente fotovoltaica. “Esto se enmarca dentro del compromiso de sostenibilidad de la empresa, que busca reducir en un 50 % las emisiones del aeropuerto y llegar hasta la neutralidad para el 2050”, afirmó Infante en exclusiva para elDinero.
El fundador y director ejecutivo de Arajet, aerolínea dominicana pionera en bajo costo, Víctor Pacheco Méndez, coincide con Infante en la parte de expansión de la infraestructura. “Los principales retos de nuestros aeropuertos son la modernización y expansión de la infraestructura ya que es clave para apoyar el crecimiento del turismo y para mejorar la competitividad de República Dominicana en el mercado global de la aviación”, precisó Pacheco a este medio.
Al respecto, Porcella destacó que el Gobierno dominicano ha realizado significativas inversiones en los últimos cuatro años en este sector. Estas acciones no solo buscan soluciones a los desafíos del sector, sino que también cumplen con las obligaciones del Estado como signatario del Convenio de Aviación Civil Internacional. Según Porcella, actualmente se trabaja en la ampliación de las infraestructuras aeroportuarias para fortalecer el sistema.
“Estamos implementando medidas para reducir los costos operativos de los operadores locales y simplificando procesos burocráticos, entre otras acciones”, afirmó Porcella. República Dominicana ha mejorado su conectividad aérea con rutas directas desde Estados Unidos, Canadá, Europa y América Latina, lo que ha incrementado el flujo de turistas. No obstante, los principales actores de la industria aeronáutica y portuaria entrevistados por elDinero coinciden en que la modernización de infraestructuras aeroportuarias y la descarbonización es clave para gestionar este crecimiento.
La directora general de Aerodom, en una reciente declaración, señaló que uno de los desafíos clave en la industria aeroportuaria radica en la necesidad de resultar más atractiva para retener y atraer a jóvenes profesionales interesados en desempeñarse en las operaciones aeroportuarias, ofreciendo oportunidades significativas. En sus palabras, resaltó: “Toda la inversión tiene que ir ligada a una optimización o reducción en términos de emisiones y va a llegar un momento en que cada vez será más difícil”.
De su lado, el viceministro ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), Max Puig, sostuvo que este país ha tomado medidas significativas para reducir el impacto ambiental del sector aeronáutico, centrando sus esfuerzos en la colaboración institucional, el desarrollo de combustibles alternativos sostenibles y la implementación de medidas de mitigación.
Explicó que la Declaración Conjunta de Punta Cana establece una hoja de ruta clara para el desarrollo y uso de combustibles alternativos sostenibles para la aviación. Las instituciones firmantes comprometidas a evaluar anualmente esta implementación incluye: al IDAC al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Mimarena), a la Junta de Aviación Civil (JAC), a la Comisión Nacional de Energía (CNE), a la Dirección de Aeroportuaria (DA), al CNCCMDL, a la Corporación de Empresas Aeronáuticas (CEA) y al Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM).
Puig, durante la ceremonia de firma del compromiso, subrayó la relevancia estratégica de esta declaración y el papel crucial que juega República Dominicana en el ámbito de la aviación civil internacional. “No habrá mundo sin aviación, y será cada vez más aéreo; sin embargo, este proceso debe ser cada vez más sostenible”, afirmó.
Acciones puntuales de mitigación
En un contexto donde la lucha contra el cambio climático se convierte en una prioridad global, el enfoque de Latinoamérica hacia la descarbonización del transporte aéreo destaca como un ejemplo a seguir. Tal como lo señaló Infante, “Latinoamérica ha sido pionera en certificar sus aeropuertos bajo la Certificación de Acreditación de Carbono de la ACI”.
Esta iniciativa subraya el compromiso de los aeropuertos dominicanos no solo con el transporte, sino también con su rol fundamental en la preservación del medio ambiente. Aerodom, responsable de operar seis de los siete aeropuertos del país, ha tomado medidas concretas en este sentido, equipando todas sus instalaciones con paneles solares.
“Hay aeropuertos pequeños que son casi autónomos en términos de consumo energético”, destacó Infante, evidenciando el avance hacia una mayor sostenibilidad. Los aeropuertos gestionados por Aerodom están bajo un contrato de concesión estatal que se extiende hasta 2060.
Este grupo incluye destacados puntos de entrada como el Aeropuerto Internacional Las Américas José Francisco Peña Gómez en Santo Domingo (AILA) y el Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón, en Puerto Plata. Con una gestión que abarca aproximadamente cinco millones de pasajeros y más de 76,610 movimientos anuales de aeronaves, Aerodom conecta a República Dominicana con 58 ciudades a través de 49 aerolíneas.
El director del IDAC y el viceministro ejecutivo del Consejo para el Cambio Climático han presentado un ambicioso plan que busca reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas por la aviación civil internacional. Este esfuerzo se articula mediante la creación de grupos de trabajo que dividen tareas y unifican resultados dentro de un marco estratégico bien definido.
Las estrategias implementadas son diversas y abarcan desde la optimización de los procedimientos de navegación aérea hasta la adopción del programa CORSIA y la promoción del uso de combustibles sostenibles para la aviación. “Este trabajo no solo lo realiza el IDAC, sino que es fruto del esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados”, enfatizó Porcella, resaltando la importancia del trabajo colaborativo para alcanzar los objetivos propuestos.
En el ámbito local, los siete aeropuertos internacionales del país trazan su ruta hacia una transición energética sostenible. Al cierre de 2023, los seis aeropuertos bajo la administración de Aerodom contaban con 20,539 paneles solares, generando anualmente más de 10 millones de kWh. En 2024, se incorporarán capacidades adicionales que elevarán la generación total a 8.9 MWp. La inversión realizada por Aerodom supera los US$4.5 millones en parques solares únicamente en el Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA). La última expansión involucra una inversión adicional de US$1.18 millones, ejecutada por el contratista IMCA.
Por su parte, el Grupo Punta Cana ha firmado un convenio con Eurelius para implementar un proyecto solar que generará más del 50% de la energía consumida en Punta Cana. Este proyecto no solo incluye paneles fotovoltaicos, sino también un sistema de almacenamiento energético capaz de mitigar las variaciones climáticas diarias.
Se estima que esta iniciativa evitará la emisión anual de más de 25,000 toneladas de CO2 y contribuirá a reducir los costos energéticos. Con más de 30 MWp en producción solar y más de 50 MWh en almacenamiento mediante baterías, este esfuerzo resalta el firme compromiso del Grupo Punta Cana con el medio ambiente.
El presidente y director ejecutivo del Grupo Punta Cana, Frank Elías Rainieri, subrayó: “Esto confirma nuestro compromiso con el cuidado del medioambiente y la comunidad”. La planta fotovoltaica estará ubicada en el Aeropuerto Internacional Punta Cana (PUJ), reservando espacio para futuras expansiones. “Con este nuevo proyecto damos un gran salto hacia la reducción del impacto ambiental”, puntualizó Rainieri.
Desde su inicio con la instalación de paneles solares en diversas instalaciones, Grupo Punta Cana avanza decididamente hacia una generación energética más limpia y sostenible.
Asimismo, Infante, de Aerodom, destacó el compromiso de numerosas empresas privadas con la sostenibilidad ambiental, enfatizando la cohesión y el progreso evidentes dentro de la industria. Afirmó sentirse orgullosa del avance conjunto en términos de capacidad, preparación para el crecimiento del tráfico, enfoque en la experiencia del pasajero y sostenibilidad por parte de todos los aeropuertos del país. En este sentido, expresó su satisfacción por las acciones emprendidas tanto por Aerodom como por otros operadores aéreos, subrayando el trabajo conjunto realizado en beneficio de la infraestructura aeroportuaria nacional.
Modernización aeroportuaria
Para el gerente general de Fiduciaria Reservas, Andrés Vander Horst, la modernización y mejora en la infraestructura aeroportuaria puede contribuir a fortalecer la competitividad a nivel regional. “Nuestro país tiene siete aeropuertos internacionales y en este momento se está en proceso de iniciar la construcción del aeropuerto de Cabo Rojo que sería un octavo”, recordó Vander Horst a elDinero.
“Una isla como la nuestra que vive del turismo es importantísimo tener una estructura aeroportuaria eficiente, ágil y productiva, porque vamos a seguir viviendo de eso, pero no solo para aprovechar el tema del desarrollo turístico, sino también para sacarle provecho a nuestra posición geográfica con el tema logístico”,
Agregó que cada día más la logística y todo lo que tiene que ver con el comercio internacional amerita no solo tener aeropuertos sino también aeropuerto. Si seguimos invirtiendo en puertos eficientes y modernos y una infraestructura aeroportuaria sería una combinación perfecta una infraestructura logística que le sacara provecho”.
“El país amerita ser cada día más a hacer evaluaciones importantes a nivel de la resiliencia que podríamos tener en una posición (geográfica) que si bien es cierto es privilegiada también es una posición vulnerable desde el punto de vista de contingencias medioambientales, sobre todo la gran cantidad de huracanes que impactaron, porque es necesario invertir en infraestructuras más resilientes”, recalcó a elDinero.
Al respecto, el titular del IDAC dijo que la reciente inauguración de la terminal B del aeropuerto de Punta Cana, con una inversión superior a RD$5,000 millones, es solo una muestra del compromiso del país con la modernización de su infraestructura aeroportuaria. A esta inversión se suman los más de US$850 millones destinados a la mejora de seis aeropuertos en Cabo Rojo, en la provincia de Pedernales, lo que evidencia un esfuerzo significativo en este ámbito.
Las estadísticas respaldan este esfuerzo. Las instalaciones aeroportuarias dominicanas, incluyendo Punta Cana, Las Américas, Puerto Plata, El Catey y La Isabela, han recibido altas calificaciones por parte de los turistas. Según la “Encuesta de Opinión, Actitud y Motivación a Extranjeros no Residentes” del Banco Central de República Dominicana (BCRD), un 46.6% de los encuestados calificó positivamente las instalaciones y un 46.2% los servicios aeroportuarios al llegar o salir del país, lo que se traduce en una satisfacción general notable del 93.4%.
En tanto, en el Aeropuerto Internacional Las Américas, se están llevando a cabo ambiciosos planes de remodelación con una inversión que supera los US$30 millones. Este proyecto busca modernizar la terminal y mejorar la experiencia del viajero.
Entre las iniciativas se encuentra la instalación de un nuevo sistema de manejo de equipajes y un enfoque en sostenibilidad con la construcción de una planta solar. Además, se proyecta construir una nueva terminal para 2025 con una inversión estimada de US$250 millones, capaz de manejar hasta 4 millones de pasajeros al año. “Estas acciones no solo benefician al turismo, sino que también demuestran un compromiso hacia un futuro más sostenible y eficiente”, destacó la directora general de Aerodom.
Detalle de los siete proyectos en los que Aerodom invierte US$30 millones para modernizar el AILA, con el objetivo de potenciar su infraestructura y servicios:
1- Renovación y ampliación de estacionamientos: Se plantea la incorporación de 400 nuevos espacios, así como mejoras en la pavimentación y distribución vehicular para atender la creciente demanda.
2- Ampliación del parque solar: La construcción de una planta de energía solar de 1.3 megavatios, sumada a los 3.7 megavatios existentes, permitirá que el 30% de la energía consumida provenga de fuentes fotovoltaicas.
3- Implementación de sobretecho y recuperación de aguas pluviales: Mediante una cubierta metálica en la terminal norte, se buscará recolectar agua de lluvia para reducir el consumo de agua fresca y mejorar la protección térmica.
4- Renovación de plafones en la terminal: Con un enfoque en la estética y las conexiones eléctricas, se abarcará un área extensa de 16,000 metros cuadrados para realzar la imagen del aeropuerto.
5- Modernización de atrios y áreas de check-in: Tanto las zonas de salidas como llegadas serán objeto de mejoras para embellecer y optimizar la experiencia en el aeropuerto.
6- Implementación de revestimientos ventilados: Con el objetivo de mejorar la climatización, eficiencia en el mantenimiento y prevenir filtraciones, se procederá al revestimiento con material aislante en las fachadas exteriores.
7- Nuevo Sistema de Manejo de Equipajes: Una compleja actualización del sistema actual garantizará mayor seguridad y eficiencia en el transporte del equipaje, desde el mostrador hasta la aeronave, fortaleciendo así los servicios ofrecidos.
Hacia los combustibles alternativos
Desde 2018, República Dominicana ha impulsado el desarrollo de combustibles sostenibles para la aviación. Este esfuerzo fue motivado por un estudio realizado por la OACI y la Unión Europea, que destacó el potencial del país para producir combustibles a partir de caña de azúcar. En abril de 2023, se firmó la Declaración de Santo Domingo, un acuerdo entre once instituciones estatales que busca promover el uso de combustibles alternativos y asegurar estándares internacionales de sostenibilidad.
El IDAC afirmó que ha intensificado sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante políticas y estudios sobre combustibles sostenibles derivados de desechos sólidos. “La producción de estos combustibles es viable en el país, especialmente utilizando caña de azúcar, aunque se han presentado algunas barreras tecnológicas”, dijo Porcella.
La reciente declaración también dio origen a una mesa técnica sobre combustibles sostenibles, que se reúne periódicamente para impulsar esta iniciativa, marcando un paso significativo hacia un futuro más sostenible en el sector aeronáutico.
En el año 2022, la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa) reportó una producción mensual de 180,000 barriles de Jet A1, superando así la demanda nacional de 150,000 barriles mensuales. Este desbalance entre producción y demanda revela un panorama interesante en el sector de combustibles de aviación en el país. Un análisis comparativo realizado con los datos proporcionados por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) indica que Refidomsa es responsable del suministro del 50% al 55 % del total de combustibles para aviación vendidos en la República Dominicana. El restante porcentaje se obtiene a través de importaciones realizadas por otras empresas autorizadas, quienes también participan en la comercialización del producto.
Próximos pasos hacia la sostenibilidad en la aviación dominicana
De acuerdo con Puig, titular del Consejo de Cambio Climático, los próximos pasos en la industria de la caña de azúcar se centran en la investigación y validación de tecnologías para la producción de biocombustibles sostenibles. “Se están llevando a cabo investigaciones y validaciones de tecnologías en la industria de la caña de azúcar para la producción de biocombustibles sostenibles”, afirmó Puig, resaltando el compromiso del sector.
El siguiente paso es la creación de competencias, que incluye el desarrollo de esquemas de Certificación de Combustibles Sostenibles para la Aviación (SAF). Según Puig, esto implica “desarrollo de competencias y capacidades en esquemas de certificación de combustibles sostenibles, asegurando el cumplimiento con estándares internacionales”.
Además, se contempla la adaptación del Sistema Regulatorio y Logístico, alineándose con las regulaciones internacionales. Este proceso abarca “la adaptación del sistema regulatorio y logístico considerando todas las regulaciones aplicables a nivel internacional, como ASTM, DEF STAN y AFQRJO”, destacó el funcionario.
Prevé la asistencia técnica y económica a través de un proyecto piloto. En este sentido, explicó que se trata de implementar un proyecto piloto para combustibles alternativos en la aviación civil a mediano plazo, evaluando su viabilidad y escalabilidad para asegurar un futuro más sostenible.
