La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) comunicaron este martes que trabajan en la creación de ventiladores de bajo costo para asistir a pacientes de covid-19 que presenten fallos respiratorios graves.
Las facultades de Ciencia e Ingeniería y Arquitectura de la UASD desarrollaron un prototipo de ventilador mecánico basado en el proyecto Oxygen, de la compañía española Profty, el cual esperan presentarlo pronto a las autoridades sanitarias correspondientes para su uso en hospitales que alojen pacientes infectados.
La rectora de la academia, Emma Polanco Melo, explicó que el equipo se encuentra en una fase de prueba y calibración, y que el equipo de docentes y estudiantes universitarios que trabajó en su elaboración operan bajo la supervisión de la decana de la facultad de ciencias de la salud, Rosel Fernández.
Polanco espera que el proyecto de la UASD ayude a suplir la demanda de los ventiladores mecánicos en el país y otros insumos médicos, como las mascarillas quirúrgicas, como próxima contribución que realizará la facultad de ingeniería y arquitectura en conjunto con la facultad de artes.
Por su parte, el Intec tiene la meta de suplir la demanda de 3,000 ventiladores mecánicos que necesitan los centros hospitalarios, tras la creación de un diseño de respirador mecánico denominado Airway Mask Bag Unit, (Ambur). o bolsa autoinflable para ventilación asistida.
El respirador desarrollado por el Instituto se ha basado en el prototipo estadounidense E-VENT, el cual cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, siglas en inglés).
La entidad reportó que tras haber probado su dispositivo en el Laboratorio de Simulación del Intec (Simlab), pudieron aplicar el respirador con éxito en un paciente interno en una sala de cuidados intensivos de un centro de salud del Distrito Nacional.
El equipo de trabajo del Intec, conformado también con la ayuda de estudiantes en curso, egresados y colaboradores, han sostenido reuniones con distintas instituciones para localizar fuentes de financiamiento, ya que se necesitan alrededor de US$800 para la fabricación de cada aparato, un costo menor con relación a los costos de ensamblaje del mismo producto tras su importación.