[dropcap]C[/dropcap]omo en los análisis de mercado y levantamientos de data regulares para productos de consumo masivo, servicios u otros, hagamos un análisis tomando como fuente la reciente encuesta de Penn, Shoen & Berland.
El escenario político nacional es este: Leonel Fernández, Danilo Medina, un Partido Revolucionario Moderno (PRM) que no se define, un Partido Revolucionario Dominicano (PRD) moribundo, un Guillermo Moreno que más que por ideales y propuestas es valorado como “voto castigador” y un Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que trata de salir de las cenizas.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es valorado como el partido de mayor simpatía con una aprobación de 60% de la población votante.
La imagen más fuerte dentro del PLD, sin tomar en cuenta a Danilo Medina, la ostenta Leonel Fernández; y a lo externo igualmente es el candidato que sale mejor posicionado con 35%, sin embargo, tendría que ir a una segunda vuelta, si las elecciones fueran ese día.
El Supermán de las simpatías políticas en la sociedad es Danilo Medina, el cual aún no define su postura oficial acerca de repostularse o no, y que tiene el obstáculo de que la Constitución no lo permite. El presidente Danilo Medina aparece con nada menos que un 74% y aún no manifiesta su deseo de ser candidato.
Tómese en cuenta que las simpatías que arrastra Medina están muy por encima de las simpatías del propio partido oficial PLD, lo que presenta un escenario favorable para lo que pudiéramos llamar “la marca PLD”; por la razón de que el 60% de valoración positiva del PLD, sobre un 74% de valoración de Danilo, proponen fortalezas que pueden ser bien utilizadas para la estrategia de posicionamiento creciente del PLD a futuro.
A mi modo de ver ese 74% de aceptación del Presidente, debe crecer en una posible repostulación y una modificación de la constitución. Esto propondría una victoria para nada sorpresiva del PLD y Danilo, contundente y aplastante como ninguna otra.
Leonel, el líder que ha hecho historia con sus victorias en primera vuelta, hoy enfrenta un escenario que nunca había pisado. Sus simpatías han caído dramáticamente, las encuestas por primera vez, después de su primer gobierno, no lo dan como el más fuerte, o mejor valorado. Sus batallas anteriores fueron empujadas por el descalabro fundamental de la economía durante el gobierno del PRD y el presidente Hipólito Mejía.
Hizo uso de sus dotes de líder de masas, de gran comunicador, y de gran entendedor de las ventajas estratégicas en una campaña. Además de que propuso un estilo diferenciador y moderno de gobernar la República Dominicana, después del modelo tradicional de gobierno establecido por el fenecido Dr. Joaquín Balaguer.
Y es puro marketing, después que compramos el producto, lo utilizamos y lo primero que resalta en la siquis del consumidor es el cambio, lo nuevo que propone y esas precisamente son las propuestas de valor de un producto. Pero más tarde el consumidor puede encontrar puntos críticos que cambien la manera de pensar acerca de “si lo vuelvo a comprar”.
No es menos cierto de que la comunicación estratégica de marketing político, utilizando las herramientas correctas para levantar data, de lo que la gente quiere, o lo que anda buscando, si aún no lo ha encontrado, pudieran cambiar el curso del panorama actual en el caso del expresidente Leonel Fernández y me parece que ya él se ha dado cuenta, a propósito del “chicharrón, la tambora y los domplines”.
En el marco de la corriente y en el escenario actual, según levanta la encuesta Leonel es el ganador pero en segunda vuelta. Se impondría aún con un 65% de rechazo por parte de la población votante, a través estrategias políticas, y tomemos en cuenta que sus adversarios son mucho más débiles, según la encuesta.
Pero todo esto anterior, no borra lo que la gente quiere ahora, al parecer quieren a Danilo cuatro años más.
Será la sencillez, la humildad, el control del gasto corriente, la sinceridad para enmendar errores, las visitas sorpresas de los domingos, la visión, la entrega, el crecimiento del turismo, la diferenciación marcada en un estilo único. O el increíblemente bien utilizado recurso estratégico de marketing político, que comenzó en aquella campaña y aún continúa en su gobierno: continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho.