Tenemos que aprender a vivir con el coronavirus. El covid-19 nos cambió a todos. Nuestros hábitos, nuestra forma de interacción, e incluso hasta que valoramos como esencial. La cuarentena, medida que ha demostrado ser efectiva en nuestro país para frenar la aceleración del virus, ha fortalecido nuestra vida y nuestros lazos familiares. Nos acercamos a nuestra primera semana retomando otro ámbito de nuestra vida, el retorno a nuestro trabajo.
El gobierno dominicano ha planteado un desconfinamiento bajo un plan de distanciamiento social inteligente. Este plan busca que retomemos el ámbito laboral de nuestras vidas, de manera gradual (en cuatro fases) y con nuevos protocolos. Esto
El presidente Danilo Medina en su discurso del 17 de mayo, hablaba de que debemos aprender a vivir en “covidianidad”. Y es que cómo él explicaba en el discurso “frenar la epidemia no es lo mismo que eliminarla. Eso solo será posible cuando el mundo cuente con una vacuna efectiva”. Los expertos han establecido que el mejor de los escenarios para conseguir una vacuna son 18 meses. Por lo tanto, tenemos que re-pensarnos. Porque como he abordado en otras ocasiones, esto es un virus. Es como cuando hay un brote gripal y uno escucha “ese es el virus que anda”. Ese virus, hoy, es el coronavirus.
¿Cómo se ha hecho la re-apertura?
Hemos iniciado este proceso de re-apertura siguiendo las metodologías y las experiencias técnicas recomendadas. Como he establecido anteriormente; no es sólo ver el ritmo de contagio, sino ver también “readiness” o la capacidad de respuesta que tienen los sistemas de salud de cada país.
La nueva normalidad debe contar con tres elementos estratégicos que normalicen nuestra vida familiar y laboral (y quizás la social). Por un lado, los gobiernos deben contar con inteligencia sanitaria que permita determinar la re-apertura o cierre de sectores económicos de acuerdo a criterios epidemiológicos.
En el caso de República Dominicana, el C5i es un centro de tecnología avanzada que permite tener dichos elementos. Por otro lado, se debe contar con la co-responsabilidad de los sectores productivos para tener una re-apertura gradual, ordenada, sensata, y con nuevos protocolos. También contar con la flexibilidad del empresariado de estar dispuestos a modificar modelos de negocios, e incluso volver a cerrar, dependiendo del estatus de la epidemia. Por último, utilizar la tecnología para permitir un sistema eficiente de generar mapas de rastreo ante los nuevos casos a ser descubiertos, que brinden información a tiempo y pertinente. Algunos países han utilizado aplicaciones en sus celulares que realizan mapas de actores potencialmente contagiados en sólo minutos, al confirmarse que un ciudadano tiene el coronavirus.
Un decálogo para esta nueva normalidad
No ha habido un proceso de desconfinamiento estándar, en ningún país del mundo. Los gobiernos han tenido que ir aprendiendo el cómo prevenir el virus, y ahora cómo vivir en “covidianidad”. Hace poco, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó el reporte “Del confinamiento a la reapertura: consideraciones estratégicas para el reinicio de las actividades en América Latina y el Caribe en el marco del covid-19”. En este reporte se establece que hay algunos consensos en cómo hacer estos procesos de desconfinamiento, como por ejemplo el uso de mascarillas y equipos de protección personal para todos los grupos poblacionales. Pero en muchos otros temas, como qué sectores productivos y empresas priorizar en re-apertura, no ha habido una práctica común.
Colombia hace poco inició su plan de distanciamiento social inteligente. El presidente Duque estableció lo que llamó un “decálogo” de la nueva normalidad en Colombia. Así, Iván Duque propuso unas ideas generales y con lenguaje sencillo para poder traer algo de normalidad a esta situación no normal.
La confianza de haber sido (por corto tiempo) colega de Iván, antes de iniciar su carrera política en Colombia, y las experiencias del BID; me atrevo a usar esta genialidad y proponer un decálogo de esta nueva normalidad para República Dominicana.
- Incentivar y promover el trabajo remoto en todas las posiciones que se pueda, siempre que se pueda. Mientras más gente en casa, mejor.
- Reducir el porcentaje de empleados que trabajan al mismo tiempo y en un mismo espacio. Hay que rotar con nuevos turnos de trabajo.
- Repensar los “turnos”. Como dije en el punto anterior, habrán menos empleados al mismo tiempo lo que implica una mayor rotación. Deben haber turnos diferenciados para entrar al trabajo, para comer, para salir, y para reunirse. Incluso, podrían crearse nuevos “turnos” que impliquen mayor higiene personal.
- Las mascarillas será el nuevo accesorio de vestimenta. Algunos le llaman tapabocas o bozal, pero será algo que todos usemos. Es una medida de protección personal imprescindible.
- Tendrá que haber higienización constante y con mayor profundidad. Será importante la higiene individual y en el lugar del trabajo. Y no es complejo, es que la empresa tenga más estaciones de lavado de manos, y el empleado se lave las manos más frecuentemente (quizás sea un nuevo “turno de lavado de manos”).
- Prioridad al comercio electrónico, al pickup y al delivery. Siempre que se pueda, se debe priorizar y preferir. Y ojo, muchas veces el comercio electrónico se resuelve con WhatsApp y buenos criterios.
- Las “citas” serán esenciales. Para muchos servicios, las citas serán como una religión. No habrán servicios personales sin citas. Nada de “pásate por allá” porque la sala de espera no debe estar.
- Habrán protocolos “antes de entrar”. Empleados y clientes tendrán que cumplir nuevos procesos antes de abrir una puerta. Algunos comercios medirán temperaturas, otros pedirán lavado de manos, y todos exigirán mascarillas.
- Reportes al primer síntoma de un empleado. La corresponsabilidad es clave. Al primer síntoma, la empresa debe reportar el caso para hacer mapa de contagio.
- Abrir y cerrar puede ser parte de la nueva normalidad. Siempre se priorizará la vida. No es ilógico que se abra y se cierra dependiendo de cómo esté el desarrollo de la epidemia. Ha pasado en otros países que han tenido desconfinamiento. Recordemos que ese “virus que anda” hoy es el coronavirus, el cual es contagioso y mortal para algunos.