La calidad ha sido el quehacer de Julio Santana. Desde que tiene memoria recuerda haber estado ligado a este concepto, ya que entiende que es fundamental para el desarrollo equilibrado de los seres humanos. Ha tenido la oportunidad de servir al Estado desde diversas entidades. Sin embargo, haber sido, más que un promotor, un redactor de la legislación vigente en esta materia, le da uno de sus más grandes capítulos de satisfacción en su vida profesional.
En una entrevista para elDinero, Santana deja ver cuál es su visión respecto al sistema de calidad que funciona en República Dominicana y, además, explica cómo se puede seguir fortaleciendo desde un ejercicio responsable.
Usted fue el principal redactor y promotor de la Ley 166-12 que crea el Sistema dominicano para la Calidad (Sidocal). ¿Qué fue realmente lo fundamental de este cambio institucional?
Nuestro esfuerzo se centró en facilitar la transición de la Dirección General de Normas y Sistemas de Calidad (Digenor), entidad que tenía todas las facultades y atribuciones de un sistema nacional moderno de la calidad. Era juez y parte, excepto la acreditación.
El objetivo era llegar a un sistema nacional que estuviera en capacidad de ofrecer servicios técnicos voluntarios de alta especialización a la economía nacional y a la sociedad, dando soporte al mismo tiempo a los reguladores en materia de cumplimiento de los reglamentos técnicos.
¿En qué consiste este nuevo sistema en términos de calidad?
Esta transformación cualitativa niega, de hecho, los controles, las inspecciones y ensayos a posteriori, que es a lo que estábamos acostumbrados. Aunque creo que todavía flotan restos de ese pasado punitivo, discrecional e ineficiente, es imperativo que el sistema actual siga avanzando a pasos acelerados en lo que son sus compartimientos técnicos fundamentales, es decir, normalización, metrología, acreditación y evaluación de la conformidad. Esto se refiere a ensayos, calibración, inspección y certificación.
¿Por qué deben las empresas apoyar el fortalecimiento y reconocimiento del Sidocal?
Sin duda, los roles técnicos del Sidocal y del Organismo Dominicano de Acreditación (Odac) resultan fundamentales para seguir fortalecimiento la competitividad de nuestro sistema productivo, así como para facilitar la implementación exitosa de los valiosos componentes de la política y estrategias del desarrollo industrial.
Esa política, con sus consustanciales estrategias, es impensable sin medidas para incrementar la productividad; facilitar el tránsito a la economía del conocimiento (Knowledge Economy), haciendo un mayor y sistemático esfuerzo en innovación e investigación; renovar la base tecnológica de la industria; diversificar la estructura exportadora y los mercados destino; normalizar productos y garantizar mediciones confiables en las cadenas de valor productivas de mayor valor agregado estratégico.
¿Se requiere alguna red robusta de servicios para cumplir con todo esto?
Usted conviene conmigo en que todo ello requiere de los servicios de una red robusta de servicios técnicos de normalización (que en realidad es una función privada), mediciones trazables, acreditación de competencias y evaluación de la conformidad.
Consecuentemente, el Sidocal, bien entendido y mejor respaldado, debería ser uno de los aliados estratégicos de primera línea del sector productivo nacional y, por derivación lógica, de los consumidores y usuarios de sus productos.
Recordemos que medir, normalizar y ensayar, que es lo que se hace en ese sistema, son elementos ciertamente imprescindibles no sólo para asegurar la calidad de los productos industriales y también de los servicios, sino que esas funciones definen hoy la base técnica esencial para el comercio de mercancías y bienes, la protección del consumidor, la salud y el medio ambiente.
¿Por qué su importancia desde el punto de vista práctico?
Sencillamente no podemos imaginarnos que los tornillos se enrosquen adecuadamente en las tuercas, que los celulares funcionen, que los cajeros automáticos de los bancos sean compatibles con todas las tarjetas de débito y crédito, o que los medicamentos contengan la dosificación correcta de sustancias, sin la intervención de los servicios técnicos que ofrecen las infraestructuras o sistemas nacionales de la calidad.
La ineludible demanda de esos servicios se ve hoy incrementada por el hecho objetivo y constatable de la brevedad del ciclo de vida de los productos y el acelerado desarrollo tecnológico del que somos testigos. Es por ello, entre otras razones, por lo que los mercados demandan niveles cada vez más altos de seguridad, confiabilidad, interoperabilidad, sustentabilidad y mejor funcionamiento de los productos y servicios.
¿Qué significado tiene la eficiencia para usted?
Yo soy de los que comparte la siguiente convicción: una sociedad que funciona con eficiencia creciente no solo requiere de una infraestructura vial, de producción y distribución de energía, de servicios básicos en educación y salud, sino también de un sistema formalmente organizado y reconocido en sus competencias técnicas que asegure la calidad de los productos y servicios.
¿Qué se necesita para echar a andar nuestra infraestructura de calidad?
Ponerla a tono enfrenta muchos obstáculos y el principal es la cultura anti-normas que prevalece en nuestro país. Los comportamientos de este tipo son de difícil erradicación porque contienen una substancia de carácter atávico combinada con deficiencias y falencias institucionales.
Por ello siempre he creído que la calidad debe ser llevada a las escuelas, como una disciplina más, porque sobre ella hay mucho que enseñar en este país, comenzando con el entendimiento del Sidocal, sistema que es totalmente desconocido hasta en el ámbito académico superior. No obstante, es mucho que lo que podemos hacer. Lo primero sería un diagnóstico nacional que nos ofrezca una fotografía objetiva del estado de la industria en materia de normalización, mediciones, ensayos y certificaciones de calidad.
¿Qué se puede esperar una vez en implementación?
Sus resultados definirían las estrategias a seguir y los recursos necesarios para alcanzar los resultados deseados en cuanto al desarrollo de las competencias técnicas necesarias; la precisión de las necesidades puntuales de normalización, la organización de los laboratorios de calibración y ensayos de mayor demanda nacional y el establecimiento del esquema más apropiado de la jerarquía nacional de la trazabilidad metrológica.
También la estructura de certificación de productos, procesos, sistema e instalaciones; la acreditación de ensayos de alta prioridad nacional y el fortalecimiento de los servicios de metrología legal (contenido en productos preempacados, instrumentos de pesaje de funcionamiento no automático y automático, surtidores de combustible líquido, entre otros), tanto en la fase de evaluación de la conformidad con sujeción a lo dispuesto en los reglamentos técnicos metrológicos aplicables, como en la de instrumentos de medición en servicio. En relación con los reglamentos metrológicos, debemos reconocer que tenemos de frente una enorme tarea pendiente.
¿Qué se puede decir del programa planteado de mejoras y reformas?
En general, en la realización del diagnóstico y ejecución del programa de mejoras y reformas del Sidocal, de conformidad con las necesidades reales de la industria, el comercio y los servicios, la asistencia técnica y la cooperación extranjera no reembolsable resultan imprescindibles, es decir, la infraestructura de calidad del país puede ser sustancialmente fortalecida en el mediano plazo con una inversión relativa mínima de nuestros contribuyentes, siempre en compañía del sector industrial y contando con el apoyo político del Gobierno.
En este sentido, es de suma importancia la participación de las instituciones líderes del Sidocal en los proyectos e iniciativas regionales, la celebración de foros y seminarios sobre temas específicos relevantes y el máximo aprovechamiento de las membrecías en los organismos internacionales por las que el Estado paga mucho dinero.
¿La pandemia del covid-19 refuerza o debilita sus consideraciones sobre la necesidad de reforzar las funciones técnicas del Sidocal?
Creemos que los procesos de elaboración y revisión de las guías y protocolos generales y sectoriales para la reinserción laboral, la garantía de condiciones de trabajo seguras y salubres para los trabajadores (seguridad y salud ocupacional); la normalización de los lugares de trabajo, la gestión de la seguridad, higiene, inocuidad y manipulación de los alimentos; la evaluación de los puntos críticos de control en las empresas; el aseguramiento y la innovación respecto al engranaje de los sistemas de gestión de la calidad en los establecimientos sanitarios y la normalización del teletrabajo, entre muchos otros aspectos, tienen que ver claramente con la infraestructura de la calidad.
¿Qué se puede hacer para enfrentar los efectos de la pandemia en esta materia?
Al margen de la norma internacional para la implantación de sistemas de gestión de la calidad (ISO 9001), el sistema mundial de normalización ofrece una oferta bastante amplia de normas técnicas útiles para enfrentar las nefastas consecuencias de la pandemia que enfrentamos.
Ellas suman, según mi último dato, más de 80 normas sobre calidad, industria, seguridad y protección, administración, salud y medicina, medio ambiente y energía, servicios y tecnologías de la información. Recordemos que el Sidocal ofrece servicios transversales y todos los actores económicos y sociales componen sus grupos meta. El asunto es ser proactivos y profundos conocedores de los temas implicados, en alineación con los planes y estrategias del gobierno.