La presión social, aquella fuerza moral o influencia ejercida sobre una persona o varias para condicionar su comportamiento, no sólo puede afectar su autoestima, también sus finanzas personales si gasta más de lo que puede, por responder a intereses particulares o por quedar bien ante los ojos de los demás.
Lo frecuente es que en un grupo de amigos o colegas de edades cercanas estén pasando por etapas similares o, incluso, tengan salarios dentro de un mismo rango. Sin embargo, existen diferencias financieras que pueden generar momentos incómodos.
Expertos financieros indican que ceder ante las peticiones de terceros, condicionar su consumo y más en tiempos festivos, o querer mantener un estilo de vida que no corresponde con su nivel de ingresos, podría pasarle factura a su billetera.
Si usted está en un círculo familiar o de amigos en donde siente que compra productos que no necesita solo por insistencia de otros o le invitan a cenar o compartir a lugares que estén fuera de su presupuesto, es momento de analizar si la presión social está influenciándole. Pamela Pichardo, de Edufinanzas, recuerda que cuidar su presupuesto personal antes que complacer a terceros es un deber innegociable.
“En el presente podríamos ceder ante la presión social y vivir de las apariencias para quedar bien con los demás, pero mañana habrá que pagarlo con intereses y con creces”, explica Pichardo.
Datos de la Encuesta de Cultura Económica y Financiera del Banco Central indican que un 67% de las veces que los gastos sobrepasaban los ingresos, se acude al endeudamiento.
Pichardo cita que los tres medios de financiamiento a los que se acude con mayor frecuencia son informales como tomar un artículo y pagarlo luego (fiao), préstamos a relacionados y créditos de prestamistas. Este último con una tasa de interés muy elevada.
Los analistas financieros exhortan a identificar sus gastos fijos y variables. Esto le permitirá llevar un registro de sus consumos para saber qué cuota debe destinar a cada partida.
Asimismo, anotar todos los consumos será crucial para detectar aquellos “gastos hormiga” que tanto daño le hacen a sus finanzas y que muchas veces pasan desapercibidos mientras desajustan su presupuesto.
Otro elemento a tomar en cuenta es la realización de un presupuesto. A través de su elaboración se podría llevar un control de los ingresos y egresos de forma ordenada.
Si sus amigos o allegados le invitan a un lugar que excede su capacidad de pago o que no le permitirá cumplir con sus otros compromisos económicos, sugerir lugares y actividades que estén al alcance de sus posibilidades es una excelente opción.
Otras opciones
Conocer su realidad. Ser consciente de su estatus financiero le permitirá ser honesto consigo y saber cuándo se puede ceder y cuándo no.
Ahorrar. No descuide sus ahorros para salir de fiesta. Lo ideal es destinar al menos un 10% de sus ingresos al ahorro regular.
Invertir. Con el capital obtenido del ahorro puede invertir en activos que le generen mayores ingresos, o en un negocio factible.
Destinar un momento específico para las salidas. Así evitará sobresaltos y situaciones que le provoquen más pérdidas que placer.
No use las tarjetas de crédito como una extensión de su dinero. En ocasiones es mejor salir solo con el efectivo que se piensa gastar.
Adiós a las compras compulsivas. No le siga atrás a los gustos o estilos de vida de amigos. Manténgase dentro de sus posibilidades.
Saber decir no. Esta práctica le ayudará a priorizar sus ingresos. Recuerde que no se puede “bailar en todas las fiestas”.