Cientos de personas se manifestaron este domingo por segundo día consecutivo en Jartum para protestar por la escasez y los altos precios de productos básicos como el combustible, el gas para cocinar y, sobre todo, el pan, cuyo valor decidió duplicar el Gobierno sudanés el pasado jueves.
Los manifestantes salieron a la calle en Jartum y las ciudades conurbadas de Omdurman y Jartum Norte y corearon consignas contra la política económica del Gobierno, al que pidieron que proporcione estos productos esenciales y que reduzca sus precios, y en algunos puntos bloquearon carreteras.
En Omdurman, los participantes en las protestas bloquearon las calles con piedras y neumáticos a los que prendieron fuego, lo que hizo intervenir a la Policía que los dispersó con gases lacrimógenos.
Las protestas estallaron en la noche del sábado en varias zonas de la capital sudanesa con la participación de decenas de personas, algunas de las cuales llamaron a derrocar al Gobierno del primer ministro, Abdallá Hamdok.
Sudán vive una crisis crónica que afecta a los precios y al abastecimiento de productos básicos y son habituales cada cierto tiempo las protestas de la población.
Precisamente, la escasez de harina y combustible y la consecuente subida de su coste estuvieron detrás de las protestas que estallaron a finales de 2018 y que culminaron en abril de 2019 con el derrocamiento del dictador Omar al Bashir.
A las altas tasas de inflación, que el pasado mes de diciembre alcanzó el 269 % por ciento y que afecta a otros alimentos básicos como el azúcar y la leche, se suma la devaluación de la moneda nacional, la libra sudanesa.
El jueves pasado, el gobierno de Hamdok decidió aumentar el precio de la gasolina y el del pan, que se incrementó en un 100 % al pasar de 25 a 50 libras el kilo.
Por su parte, la cotización del dólar en el mercado paralelo alcanzó este domingo las 300 libras, frente a las 55 libras del cambio oficial, lo que provocó la devaluación de los ahorros de los ciudadanos y del poder adquisitivo de la moneda nacional.