A pesar de que representan un reto para los docentes y estudiantes, las clases virtuales suponen una oportunidad para ampliar sus conocimientos tecnológicos y, por ende, desarrollar habilidades acordes a la demanda del mercado actual.
Gracias a la implementación de esta modalidad, los estudiantes han tenido que integrar diseño gráfico, manejo de programas para presentaciones dinámicas, grabación y edición de vídeos, entre otros.
Sin embargo, estas oportunidades se pueden ver empañadas por la falta de equipos y el acceso a herramientas por parte de los educadores y alumnos. “Fue un cambio total de paradigma, en donde algunos estudiantes no se han preparado con las herramientas tecnológicas que amerita la educación virtual y un gran porcentaje de los docentes se han resistido al cambio, pues tienen poco dominio de la tecnología”, explica Kesia Ferrera, profesora de informática en cuarto y sexto de secundaria.
Dentro de las herramientas que Ferrera ha integrado en sus clases están Classroom, Google Meet, Formulario de Google, Edmodo y el paquete de oficina de Google (documentos, presentaciones y hojas de cálculo).
La estudiante Marielis Rivas, que cursa el segundo de secundaria, afirma que ha aprendido a editar vídeos y a hacer gráficos utilizando programas digitales. Pero, destaca, siente que sus profesores no han aprovechado los recursos disponibles. “Algunos maestros no saben manejar las plataformas y las usan de una manera que realmente no aporta al aprendizaje”, explica Rivas.
A pesar de que ha tenido la oportunidad de integrar aplicaciones para desarrollar sus asignaciones, Iruam Herrera, estudiante de secundaria, prefiere las clases presenciales antes que las virtuales.
En este contexto de pandemia la implementación de la tecnología es clave para la continuidad de las clases. Richard Delgado, director regional de Oracle Academy para América Latina, destaca que “es fundamental trabajar arduamente por promover programas educativos más variados que despierten el interés por la tecnología en los estudiantes y que actúen como guía para un camino de aprendizaje y que proporcionen insumos para que las mentes creativas creen cada vez más innovaciones”.
Riesgos
Al integrar nuevas herramientas digitales en su formación académica, ya sean en línea o descargadas, los estudiantes están expuestos a los ciberataques, ya que pueden acceder a páginas y aplicaciones diseñadas para el robo de información.
El country mánager de Fortinet República Dominicana, Claudio Núñez, exhorta a los tutores y maestros a educar a los niños y jóvenes sobre los riesgos que tiene el mundo digital y las amenazas a las que están expuestos.
Asegura que los dispositivos conectados a internet son una parte importante para la vida de los niños y que con la llegada de la pandemia del covid-19 se han hecho más necesarios en aspectos como la escuela y la interacción con amigos o familia.
Sin embargo, “aunque la virtualidad es una realidad que contribuye al desarrollo académico y personal de los más pequeños, también trae consigo una mayor vulnerabilidad a los ataques cibernéticos”.
Núñez argumenta que se debe advertir sobre las estrategias de ciberataques que existen en la actualidad, como las estafas digitales y los ataques basados en telefonía, los cuales tienen como finalidad robar datos personales, bancarios y otras informaciones sensibles.
Medidas
Tanto los estudiantes como los docentes pueden ser víctimas de los delincuentes cibernéticos. Por tal razón, es necesario que se desarrollen mecánicos que protejan los datos.
“Para evitar que los estudiantes sean víctimas de un ciberataque, los padres y maestros deben monitorear su actividad en línea, independientemente de que el dispositivo cuente con todas las herramientas de seguridad (antivirus, actualizaciones, entre otros)”, señala Núñez.
Agrega que, por la ingenuidad de los más jóvenes, “es importante estar al pendiente de que no se están abriendo paso a situaciones que puedan ponerlos en riesgo. Aparte de las soluciones que nos permiten verificar el historial de visitas en el buscador, también se sugiere mantener los dispositivos en un lugar visible donde los padres puedan intervenir fácilmente si ven un mal uso del internet por parte de sus hijos”.