Desde el inicio de la crisis sanitaria, básicamente todos los entes reguladores a nivel mundial han implementado medidas monetarias y fiscales laxas para reactivar sus respectivas economías. Esto último genera un efecto devaluatorio en la moneda de cualquier país, aunque no ha sido el caso con el peso en lo que va de 2021.
La estabilidad cambiaria que hemos visto durante casi ocho meses es realmente impresionante dadas las circunstancias adversas que República Dominicana ha tenido que enfrentar por la pandemia.
La depreciación del peso frente al billete verde fue de un 5.1% en 2019 y de un 9.2% en 2020, pero lleva aproximadamente ocho meses estable e incluso fortaleciéndose contra el dólar (+ 0.40% desde agosto 2020) en el contexto doméstico.
Muchas personas se preguntarán cómo puede apreciarse el DOP contra el USD, y, sobre todo, en medio de una crisis sin precedentes. La debilidad actual del dólar en los mercados internacionales se debe primordialmente a las agresivas políticas de estímulo monetario y fiscal por parte de las autoridades estadounidenses. Además, el BCRD realizó inyecciones de divisas por un monto de alrededor de US$6,996 millones el año pasado para mantener la estabilidad de la tasa de cambio.
En adición a las intervenciones oportunas del BCRD en el mercado cambiario, con excepción del turismo por razones obvias, los principales generadores de divisas del país tuvieron mejor desempeño de lo esperado en 2020. Y cabe resaltar que las reservas internacionales, a febrero de 2020, se han incrementado hasta situarse en torno a los US$12 mil millones, aproximadamente un 15% del PIB.
Todo apunta a que el dólar seguirá débil este año, lo que en sentido general favorece a la economía dominicana.