El adverbio no, es decir, la negación de algo o a algo, no existe más que para negar su propia existencia. En la práctica cotidiana de los dominicanos, a juzgar por lo que vemos en nuestras calles y accionar de todo el que tiene la posibilidad de actuar, no aparece esta palabra. Sólo está para negarse a sí misma. No existe.
¿Cómo se demuestra esta premisa? Y que quede claro: hablo de premisa para no fallarle al principio de defensa que tiene todo ente social con conciencia. ¿Existe el no en la idiosincrasia dominicana? Todo indica que no. Sólo sale a la luz como negación de su existencia.
Aunque es una de las primeras palabras utilizadas para normar la conducta del ser humano, como se demuestra en los diez mandamientos, se puede afirmar, con toda la seguridad que pueda caber en la razón, que es, al mismo tiempo, la más inobservada. El ser humano desafía lo prohibido. Adán, influenciado por Eva, según describe la Biblia, fue el primero en hacerlo al acompañar a su pareja en el pecado original. El libre albedrío le achaca su decisión de desobedecer al Creador.
En lo que respecta la realidad de la sociedad dominicana, prácticamente sin excepción, el adverbio no es pasado por alto de una forma olímpica. ¿Qué sucede cuando vemos un letrero que dice no estacione? Vehículos estacionados incluso debajo de la misma señal de tránsito.
¿Qué vemos cuando vemos que la calle es de una sola vía? Vemos vehículos de todo tipo rompiendo la regla, algunos “robándose un pedacito” para no dar una “vuelta larga”. Los puentes peatonales invitan a los ciudadanos a no cruzar la autopista, por lo peligroso que es, pero a diario se ven accidentes por la gran cantidad que no hace caso. La luz roja indica no cruzar, pero luego de cambio desde el color amarillo se ve cómo cruzan varios vehículos. La señal de “no obstaculizar el cruce” tampoco es existe para la mayoría. Los carriles para seguir derecho no son para doblar la izquierda, en teoría, pero aquí no importa.
Otro no frecuentemente inobservado o negado es el que dice “no usar celulares mientras manejas”. ¿Cuántas personas usan su teléfono mientras conducen? Posiblemente todos hemos violentado esta disposición, la cual busca salvar vidas.
El hecho de decir “no robarás” tampoco impide que tengamos corruptos al por mayor y detalle. La justicia no debe hacerse de la vista gorda ante estos casos, pero no hace su papel adecuadamente, a pesar de que está para sancionar.
El tema se adapta perfectamente en economía. En un mercado también se dan prácticas que niegan la existencia del adverbio no. Basta con mencionar que especular está prohibido porque distorsiona y afecta a los consumidores.
¿Están prohibidos los fraudes en cualquiera de sus manifestaciones? ¿Cuántos bancos han sido cerrados por fraude en nuestro país? No se puede cometer este delito, pero sólo hay que mirar la historia reciente de nuestro país darnos cuenta que aquí tampoco se respeta el adverbio no. ¿Se pueden lavar activos en nuestro país? Bueno, supongo que en ningún lugar está permitido. Sin embargo, ¿qué sucede? A pesar no ser permitido, es una práctica recurrente.