La Dirección General de Contrataciones Públicas ha sometido un proyecto de reforma de su estructura jurídica. La entidad, según explica su director Carlos Pimentel Florenzán en una carta dirigida a este medio, busca adoptar un marco regulatorio moderno que impulse las contrataciones públicas como una herramienta para el desarrollo sostenible y procure la excelencia y transparencia a la par de contrarrestar las prácticas corruptas en la administración públicas.
Este tipo de iniciativa, especialmente cuando se originan en la misma institución que identifica algunas debilidades en su estructura jurídica para actuar como espera la sociedad, merecen el reconocimiento.
Sin embargo, es bueno saber que la actitud siempre será una variable a tomar en cuenta cuando se trata del combate a la corrupción. Aristóteles prefería hombres buenos gobernando, que buenas leyes para gobernar.