Elegir las inversiones correctas puede resultar desalentador, sobre todo si es la primera vez que inviertes. No importa el activo que elijas, siempre habrá algún riesgo, pero algunos son más arriesgados que otros.
Cuando oigas hablar de una inversión popular con retornos extraordinarios, puedes sentirte tentado a seguir la corriente. Pero ésta no es una buena manera de elegir dónde poner tu dinero. Los valores “de moda” pueden subir de precio rápidamente, pero también se pueden desplomar con la misma velocidad.
Si alguien te ofrece una oportunidad sin riesgo y con recompensas garantizadas, corre muy rápido en dirección contraria. Todas las inversiones conllevan un riesgo, y cuando la gente trata de fingir que las suyas no lo tienen, pueden estar tratando de venderte una estafa. Otros signos comunes de fraude en las inversiones son las tácticas de venta de alta presión, las afirmaciones de información privilegiada (que es ilegal) y los vendedores que no pueden explicar los detalles de la inversión en un inglés sencillo.
Un producto financiero puede ser una buena opción para otra persona y una mala elección para ti. Todo depende de tu tolerancia al riesgo. Por lo general, ésta disminuye a medida que uno envejece, porque si tus inversiones bajan de valor, es posible que no puedas esperar a que se recuperen para generar una ganancia. No tiene sentido invertir fuertemente en acciones de alto riesgo si tienes planeado gastar tus ahorros para la jubilación dentro de unos años. Pero si eres joven, puedes permitirte minimizar tu aversión al riesgo.
Otras banderas rojas es si tienes que pedir dinero prestado para invertir, la inversión es muy complicada, o no puedes convertir el activo en liquidez.