La responsabilidad y el compromiso con la patria deben estar ante todo. El Estado no es un pedazo de tierra en el que viven seres humanos. Esto sería muy simplista. Su existencia implica una estructura institucional, con la Constitución en primer orden, y luego la convivencia de poderes independientes que se respetan sus roles en un escenario donde la democracia pone las reglas.
Todos sabemos, y lo hemos venido pregonando desde hace muchos años, que República Dominicana necesita una reforma tributaria integral, es decir, que no deje a nadie fuera. Esto significa, por supuesto, que habrá sacrificios desde todos los puntos de vista y sectores, incluyendo el gobierno y quienes están llamados a ser los contribuyentes.
¿Por qué digo esto? Porque el viceministro de Planificación e Inversión Pública del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Pavel Isa Contreras, un economista al que respetamos por su coherencia, ha afirmado que hasta que no se consolide una recuperación de la economía no será posible plantear una reforma tributaria.
Particularmente estoy de acuerdo con la posición que ha venido filtrando la administración de Luis Abinader respecto a la “impertinencia” de aplicar o hablar de reforma fiscal en un contexto de crisis económico como consecuencia de la pandemia del covid-19. Esto es lógico que se reconozca. Ahora bien, ¿por qué no discutir una reforma seria ahora y postergar su implementación una vez pase este momento tan difícil para nuestra economía? Creo que la crisis puede posponer su aplicación, pero no su discusión. Y debe ser ahora porque luego, cuando se acercan los meses de campaña electoral, pasará como siempre: llegará el temor a perder popularidad y apoyo en la población porque las reformas tributarias no resultan ser asimiladas por el electorado.
Creo que la segunda mitad de este 2021 es un tiempo idóneo para dar a conocer el proyecto de reforma que tiene el Gobierno. Hay que ponerlo en conocimiento público, pues de esa forma habrá opiniones y participa toda la sociedad. Por supuesto, estoy de acuerdo con que haya un borrador cuasi final, casi de común acuerdo con los principales sectores económicos, incluyendo los trabajadores y/o consumidores.
La reforma, para que sea integral, no sólo debe tener sentados en la mesa del diálogo a los representantes tradicionales y que históricamente han decidido por la mayoría. Ya los tiempos son muy diferentes. Lo digo porque el Presidente sabe que la ciudadanía está hoy día más empoderada y su capacidad de decisión supera por mucho cuando llega a las urnas. Pavel Isa, ahora en su condición de funcionario del Estado, ha afirmado que en el lado tributario el desafío es cómo recaudar sin lastimar a los pobres. Bueno, este reto hay que saberlo superar, pero la reforma que nos merecemos debe llegar, aunque el contexto actual sólo invite a su discusión (por el momento).
Por suerte, y deja ver clarísima su capacidad y experiencia, Pavel Isa sostiene que se puede plantear una discusión al respecto, crear un debate y propiciar un entendimiento, pero cualquier esfuerzo grande o pequeño tendrá que ser cuando la recuperación económica esté consolidada. Estoy de acuerdo.