En sentido general, un dólar estadounidense más débil es positivo para la economía dominicana. Cuando el billete verde se devalúa, disminuye el costo del servicio de la deuda externa, abarata las importaciones y es más económico comprar dólares a nivel local, entre otros. En otro orden, cuando el dólar se fortalece, también podría frenar hasta cierto punto tanto la subida de precios de las materias primas como de los alimentos.
Uno de los factores que ha generado alzas en los precios de los commodities es la relación inversa entre el dólar estadounidense y las materias primas. Entendiblemente, un USD deprimido fomenta la demanda y la importación de bienes y servicios, lo que contribuye a acelerar la recuperación económica mundial. No obstante, el sobrecalentamiento de la actividad comercial ha causado un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Asimismo, la interrupción de la cadena de suministro global ha provocado una presión alcista sobre los precios del consumidor final.
De hecho, en las últimas minutas de la Reserva Federal, pudimos constatar que la máxima autoridad monetaria de EE.UU podría comenzar a retirar las medidas expansivas antes de lo previsto. Incluso, esto último ya ha tenido un impacto directo tanto en la renta variable estadounidense como en el Índice Dólar DXY. El USDX ha subido aproximadamente un 2% desde su punto más bajo en mayo de 2021 frente al cierre del 28 de junio, cuando se situó por encima de los 91 puntos.
Además, el mayor poder adquisitivo del dólar resulta favorable para el turismo dominicano, ya que la gran mayoría de las personas que visitan nuestro país son estadounidenses, que por cierto han sido beneficiados por las ayudas económicas de su gobierno.