El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) consideró que ya es tiempo de que República Dominicana posea una institucionalidad democrática más sólida, una Constitución estable, y que el respeto a la ley sea un precepto inviolable.
Así lo dejó establecido el presidente de la principal organización empresarial del país, Rafael Blanco Canto, durante el discurso central para cerrar la VIII Convención Gran Empresarial 2015, en la que detalló las 47 propuestas emanadas de las consultas realizadas durante cuatro meses a representantes empresariales en todo el país.

El líder empresarial expresó, hablando a nombre de la cúpula empresarial, la necesidad de que a muy corto plazo se ejecute una reforma del régimen electoral, en la que se incluya la Ley de Partidos, que asegure la transparencia de las donaciones privadas, el control de los recursos públicos, la reducción de los tiempos de campaña, el uso más equitativo de los espacios publicitarios, que tiendan a disminuir las costosas campañas políticas y el clientelismo.
Blanco Canto también detalló que es urgente que el Estado sea más eficiente y eficaz, que gaste mejor el dinero de los contribuyentes, que sea más transparente, que se ajuste con mayor rigor a la ley, que trate a los ciudadanos con mayor igualdad, al tiempo de referir que la lucha contra la corrupción también es tarea de todos, incluyendo los empresarios.
“Nos comprometemos con las autoridades a continuar una política de responsabilidad empresarial para combatir esta lacra que nos envilece, y nos empobrece”, dijo el presidente del Conep. A la que estuvo confirmado el presidente Danilo Medina, pero canceló a último momento su participación. Fue representado por José Ramón Peralta, ministro administrativo de la Presidencia.
A continuación el discurso íntegro de Rafael Blanco Canto:
Señores:
Danilo Medina, Presidente de la República
Luis Abinader
Federico Antún Batlle
Guillermo Moreno
Hatuey DeCamps Jiménez
Señores ministros, embajadores, legisladores, funcionarios.
Líderes empresariales, políticos y de la sociedad civil.
Directores de medios y amigos de la prensa.
Señoras y señores. Amigos todos.
Esta tarde tengo el honor de dirigirme a ustedes con ocasión de la clausura de la Octava Gran Convención Empresarial. En esta oportunidad, la convención tiene una connotación especial pues se realiza en el marco de la Cumbre Empresarial de las Américas, celebrada en Panamá en abril de este año, siendo el primer evento-país, en todo el continente que se realiza bajo el lineamiento de los ejes de trabajo del Diálogo Empresarial de las Américas, iniciativa impulsada por el Banco Interamericano de
Desarrollo, razón por la cual este evento fue inaugurado con la presencia del Luis Alberto Moreno, su presidente.
Esta convención es el escenario más importante para el empresariado y los emprendedores dominicanos. Se trata del espacio de concertación más inclusivo y el máximo foro de intercambio y consulta de los sectores económicos del país, el cual tiene por objetivo generar acuerdos y unificar criterios en torno a los temas de mayor interés nacional.
Las convenciones empresariales han sido ricas en propuestas para el desarrollo nacional y siempre nos hemos caracterizado por identificar líneas de acciones puntuales que sirvan como base para lograr las transformaciones que el país necesita. Así fue en el pasado, así es en el presente y será en el futuro. Nuestro compromiso con la RD es total.
Las convenciones empresariales son una expresión de la vocación participativa y democrática del CONEP. En esta oportunidad hemos ido a todo el territorio nacional, realizando encuentros preparatorios en 7 provincias, aplicamos una consulta nacional, realizamos 4 encuentros regionales y se habilitaron 15 mesas de trabajo con más de 60 sesiones. Fueron cientos de horas de trabajo acumuladas por mesa durante un mes y medio. Participaron más de 600 empresarios en representación de los más de 50 gremios empresariales agrupados en el CONEP, aparte de los expertos, asesores y personal de apoyo que han proporcionado el soporte técnico.
Señoras y señores Durante los últimos 50 años nuestro país ha crecido de forma vigorosa y sostenida. En sólo dos generaciones hemos podido pasar de ser una economía de baja renta a convertirnos en una economía de ingreso medio. A lo largo de ese trayecto los avances institucionales, sociales y económicos han sido palpables, pero también insuficientes para superar el reto de alcanzar una economía inclusiva, erradicar la pobreza y lograr un alto grado de desarrollo.
Continuar creciendo y hacerlo de modo inclusivo y sostenible implica mayores desafíos y responsabilidades.
El primer gran reto es exportar bienes y servicios de calidad y diversificados, en montos exponencialmente crecientes, dentro de un contexto mundial complejo y competitivo, lleno de oportunidades, pero también de restricciones y limitantes; insertarnos con contundencia en las cadenas globales de comercio de bienes y servicios con objeto de mejorar los niveles de bienestar social.
Estados Unidos se encuentra en la etapa final de concreción del Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés). Este acuerdo va a reconfigurar los flujos comerciales globales, creando un bloque comercial que representa casi el 40% del comercio global. Esto pondrá presiones adicionales sobre la economía dominicana, la cual erróneamente ha pospuesto las reformas fundamentales que se necesitan para apalancar el crecimiento del aparato productivo nacional.
El segundo gran reto es la composición de nuestro crecimiento. Desde hace un buen tiempo las divisas generadas por exportaciones, el turismo y la inversión extranjera, no son suficientes para financiar las importaciones totales. Tampoco lo fueran si se añadieran las remesas. De ahí que resulte impostergable crear las condiciones para que la economía alcance un crecimiento de calidad basado en la expansión de los sectores transables con el exterior, sin menoscabo de los demás sectores de la economía.
El tercer gran reto es lograr finanzas públicas sostenibles. La situación se ha convertido en una trampa difícil de superar, puesto que todos los años el PIB crece, pero la actividad productiva, sobre todo formal, no crece en la misma proporción del mismo.
Sin embargo, se ve obligada en virtud del régimen fiscal vigente a contribuir muy por encima de la carga fiscal promedio. Cada cierto tiempo se aumentan los impuestos, pero la presión tributaria no reacciona. Lo peor es que estamos inmersos en déficit fiscales continuos que se han venido acumulando en los últimos años, que dan lugar a una espiral de endeudamiento público externo e interno. Lo enervante es que ni la sociedad está satisfecha con la calidad y transparencia del gasto público ni tampoco el gobierno con monto de los ingresos.
Superar esta situación será una de las grandes misiones del Pacto Fiscal que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo. Pero de nada serviría convocarlo si la discusión se convirtiera en un espacio de retórica. El diálogo debe realizarse entre partes verdaderamente representativas y con delegación clara. En él debemos buscar resultados muy concretos que permitan crecer sanamente e iniciar un programa de desmonte gradual del endeudamiento público.
El cuarto reto es el empleo, agravado por la expansión demográfica y el inevitable desplazamiento de mano de obra por los avances tecnológicos, como bien nos comentaba ayer el Presidente del BID, Luis Alberto Moreno. En la actualidad más de la mitad de los dominicanos tienen menos de 25 años. Según las proyecciones de la Oficina Nacional de Estadísticas, en los próximos 25 años la población dominicana se acercará a la cifra de 13 millones de habitantes. Esto implica que habrá que generar puestos de trabajos para una cantidad extraordinaria de jóvenes. Hoy tenemos un crecimiento con generación de poco empleo, lo que implica que debemos hacer un cambio de modelo.
Tendremos que ser bastante ingeniosos y laboriosos para que nuestra economía crezca produciendo empleo formal.
El quinto gran reto es la educación. Uno de los grandes logros de este gobierno ha sido la asignación presupuestaria del 4% del PIB. Esta mayor asignación debe estar acompañada de medidas que permitan acometer objetivos muy concretos: a) elevar la calidad de los profesores; b) lograr una oferta formativa a nivel técnico y superior acorde con las demandas del sector productivo y las nuevas tecnologías; c) alcanzar el aprendizaje de varios idiomas; d) fomentar la investigación y el desarrollo; e e) impulsar una cultura de la innovación, que incentive la creatividad y el emprendimiento.
Pero ante todo, este país necesita con urgencia aprender a pensar y a innovar, a reconocer el mérito del que se arriesga, fracasa y vuelve a intentarlo.
Necesitamos que crezca la vocación de emprendimiento; necesitamos que nuestros jóvenes deseen crear sus negocios, ser dueños de su destino. Emprender es el camino para el desarrollo. Y necesitamos un clima que favorezca y estimule la libre empresa, la innovación, la creación y el riesgo. Estimulemos la permanencia en el país de nuestros talentos jóvenes.
Ahora bien, para superar estos retos no sólo es necesario la acción y vocación de un gobierno. Se requiere de grandes niveles de cooperación y colaboración social que permitan que todo el liderazgo nacional se comprometa. Se requiere una gran Alianza Público-Privada que permita trabajar e invertir conjuntamente en el desarrollo nacional. Esta es la visión del CONEP y a la que queremos invitar a todos los sectores de la vida nacional.
Señoras y señores
Nuestra sociedad está cambiando a un ritmo muy acelerado, lo cual es el resultado de las tecnologías del conocimiento y la información, pero también de las aspiraciones crecientes de nuestro jóvenes, muchos de ellos profesionales con nivel del postgrado formados en el extranjero, los que no encuentran cómo insertarse en la sociedad y en la actividad productiva.

Es por todo esto que es preciso que utilicemos esta campaña electoral, no como un proceso fútil y repetitivo de descalificación de los contrarios, sino para profundizar el debate sobre los temas sensibles del desarrollo social, institucional y económico del país. Un proceso que facilite articular todos juntos un plan compartido para la construcción de una mejor República Dominicana.
Con el propósito de contribuir con este proceso hoy presentamos al país 47 propuestas que lo que buscan en esencia es propiciar un nuevo modelo social, institucional y económico.
¿Cuál es nuestra visión? ¿Qué es lo que proponemos?
1. Una institucionalidad democrática más sólida, con una Constitución estable, y el respeto a la ley como precepto inviolable. A muy corto plazo, la reforma del régimen electoral, que incluya una nueva Ley Electoral y una Ley de Partidos Políticos, que asegure la transparencia de las donaciones privadas, el control de los recursos públicos, la reducción de los tiempos de campaña, el uso más equitativo de los espacios publicitarios, que tiendan a disminuir las costosas campañas políticas y el clientelismo.
2.
2. Un Estado más eficiente y eficaz, que gaste mejor el dinero de los contribuyentes, que sea más transparente, que se ajuste con mayor rigor a la ley, que trate a los ciudadanos con mayor igualdad. La lucha contra la corrupción también es tarea de todos, incluyendo los empresarios. Nos comprometemos con las autoridades a continuar una política de responsabilidad empresarial para combatir esta lacra que nos envilece, y nos empobrece.
3. Una economía, y una regulación, que no castigue la iniciativa privada, sino que la premie y estimule. Más amigable a los nuevos negocios, en donde sea rápido y fácil emprender. En donde una empresa pueda constituirse en un sólo día a través de una verdadera ventanilla única. Que permita la internacionalización de nuestro aparato productivo.
4. Unos pasivos laborales más acordes con las posibilidades de competir y procesos menos agresivos. Una economía más formal e incluyente, con una mejor seguridad social. Mayor formación técnica y profesional para nuestros ciudadanos.
5. Un clima de negocios más seguro, con un régimen de tenencia de la propiedad confiable. Que permita a los ciudadanos acceder con mayor facilidad a financiamiento, superando el actual 56% de propiedades inmobiliarias que no están registradas.
6. Una política exterior más estratégica, constante, inteligente y agresiva en la defensa y promoción de la imagen del país en el exterior, y una gestión integral de los intereses nacionales, políticos y económicos. Un cuerpo diplomático más profesional, organizado y disciplinado.
7. Un plan de inversión gigantesco en la frontera que permita convertir la zona más ancha de nuestro territorio en un eje de generación de riquezas y empleo, que reduzca las presiones migratorias sobre nuestros cascos urbanos y zonas de mayor dinamismo económico actuales. Una estrategia de inversión público-privada que estimule que los dominicanos vayan a vivir y a trabajar en la frontera. Inversión en infraestructura que ayude a formalizar el comercio, que aumente las exportaciones y que permita acceder a mejores servicios públicos.
8. Una plataforma única de promoción de las exportaciones, el turismo, la inversión, nuestra cultura, y también nuestro pasatiempo nacional, el béisbol, para lo cual es necesario lanzar sin dilación una estrategia Marca País co-gestionada por el sector público y el privado.
9. La creación del Foro Económico del Caribe Hispano que incluya a Colombia, Venezuela, Centroamérica, México, Cuba y Puerto Rico, con el objetivo de lanzar una plataforma común de promoción y cooperación económica en diversos órdenes, como el turismo y nuestra cultura común.
10. Aprovechar todo nuestro potencial geoestratégico para convertirnos en el HUB del Caribe y dotar a la ciudad de Santo Domingo de un centro ferial y de convenciones, que atraiga este tipo de eventos, lo que beneficiará grandemente las potencialidades turísticas y económicas de la ciudad capital.
11. Un sistema de transporte de cargas y de pasajeros abierto, eficiente, menos costoso y más digno. Una muy necesaria reforma para mejorar la calidad de vida del pueblo y para aumentar la competitividad del país en los mercados internacionales.
12. En cuanto al Pacto Eléctrico, de no lograrse los objetivos propuestos el País estaría perdiendo una magnífica oportunidad de resolver este problema ancestral, mejorar la calidad de vida del dominicano y la competitividad del país. Además, de eliminar el déficit tradicional del sector eléctrico que afecta negativamente la posición fiscal del gobierno.
Señoras y señores
La Asamblea General de las Naciones Unidas acaba de aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2015-2030. Para su consecución ha fijado como estrategia fundamental la colaboración Estados-Empresas-Sociedad Civil. Generemos hoy una gran alianza público-privada, que sume las mejores ideas y brazos del país. Elaboremos todos juntos un Plan por República Dominicana.
Y más que nunca: Emprende Dominicana y ganemos el futuro!
Muchas gracias!