Los avances de la tecnología aplicada a los teléfonos inteligentes han impulsado a las entidades de intermediación financiera (EIF) de República Dominicana a desarrollar aplicaciones móviles para satisfacer las necesidades de los usuarios, evitar fraudes financieros y abaratar costos de operación, dando paso a nuevas herramientas de pago.
En el año 2012 se lanzó la primera aplicación móvil en el mercado financiero dominicano. Su acogida fue paulatina, pero hoy día resulta casi imposible concebir alguna operación bancaria sin la intermediación de dispositivos electrónicos.
Entre las aplicaciones más conocidas están: Banco BHD León, IABRD, Citi Mobile Collect, BPD Móvil, APPAPMóvil, Ofertas BHD León, *960# y tPago. Todas tienen funciones específicas. El Banco Central tiene una aplicación que se destaca por su inclusión a personas con discapacidad visual.
En la actualidad, 29 de las 49 entidades de intermediación financiera en República Dominicana cuentan con este servicio, representando un 59%, y en lo que va del 2021 han reportado dos millones de usuarios activos en sus aplicaciones móviles. De esa cantidad, los usuarios con edades de 18 a 24 años (30.4%) son los más asiduos con las aplicaciones móviles de los bancos dominicanos. En tanto, los de 25 a 34 años ocupan el segundo lugar, con un 29.4%.
Esos datos se desprenden del primer Ranking de Digitalización de la Banca Dominicana, realizado por la Superintendencia de Bancos (SB), con cierre al primer trimestre del 2021.
Por segmentos
Los medios de pagos y transacciones financieras digitales están diseñados por segmentos (uso personal y de negocios) son los más utilizados (35%) durante la pandemia. Luego le sigue el teleservicio, con un 31%. En tercer lugar está la banca en línea, con un 25%. Este incremento obedece a que los usuarios eligen este medio para reducir desplazamientos al momento de realizar transacciones bancarias o pagar servicios.
El informe destaca que el 100% de los bancos múltiples cuenta con aplicaciones para su segmento de banca personal (94%), exceptuando a Citibank, debido a que su oferta en el país solo cubre el segmento de negocios.
En el caso de las asociaciones de ahorros y préstamos (AAyP), el 80% posee la aplicación para uso personal y el 30% la ofrece al segmento negocios. En tanto, el 57% de los bancos de ahorro y crédito (BAC) ofrece este canal para personal y un 21% lo hace para empresas. Respecto a los servicios, estas aplicaciones brindan la mayoría de las transacciones que están disponibles en la banca en línea.
Aunque existen servicios exclusivos para la aplicación móvil, como la gestión de turnos y citas, disponible en un 18% de los bancos múltiples y un 10% de las AAyP; depósito de cheques con captura de imagen, el cual está disponible en un 18% de los bancos, y los pagos con código QR, disponible en pocas entidades.
En tanto, en el renglón negocios están: depósito de cheques; gestión de beneficiarios; pago de nómina, suplidores y flotilla; pago con cheques de administración; pago de productos bancarios, servicios y facturas; solicitudes bloqueo y desbloqueo de valores; Solicitud envío de estados y NCF; transferencias internacionales, entre otras opciones.
Barreras
Pese a que las aplicaciones móviles de las EIF gozan de alta valoración por su seguridad (90%), este canal alterno aún tiene barreras por derribar.
De acuerdo al sondeo realizado a los usuarios de servicios financieros, se determinó que el factor “facilidad de uso” es uno de los principales desafíos para lograr la adopción total de las aplicaciones móviles, al igual que otros canales alternos digitales.
El informe de la SB indica que la percepción de dificultad (para una parte de los usuarios) de algunas actividades o aspectos específicos de estos canales, se divide en “dificultad media y dificultad alta”.
Entre ellas están: realizar transacciones vía aplicación móvil (15% dificultad media y 3% alta), navegar por la aplicación (16% y 12); hacer transacciones vía banca en línea (17% y 3%); navegar por la banca en línea (19% y 3%).
En tanto, en lenguaje utilizado un 19% lo percibe como dificultad media y un 4% alta. La contratación del servicio, ocupa un 26% y 10%; acceso a información de productos y servicios, un 34% y 12%.
Mientras que el acceso a tarifario solo presenta dificultad media, con un 43%.