Uno de los sectores que más ha contribuido al proceso de recuperación de la economía dominicana tras el embate provocado por el covid-19 a nivel social y sanitario ha sido el agropecuario. Los productores han jugado un papel de primera línea en el abastecimiento de la población y en el mantenimiento de la seguridad alimentaria bajo un escenario de incertidumbre global.
Sin embargo, esto no significa que quedara exento de los efectos coyunturales ocasionados por la pandemia. La escasez de mano de obra, el alza en los precios de commodities, fertilizantes y otros insumos, la pérdida de capital de trabajo y una mayor oferta sobre la demanda son algunas de las problemáticas que más preocupan a los productores a pocos días de concluir el 2021, de acuerdo a una consulta realizada por elDinero.
Bajo este contexto, ¿Cómo evalúan que será el 2022? En términos de ventas y producción, muchos esperan el nuevo año con optimismo, como es el caso del empresario y productor Oliverio Espaillat, quien destacó que el 2021 ha sido un año “muy bueno” por los rendimientos que ha tenido uno de los rubros de mayor importancia en la dieta de los dominicanos: El arroz. A este resultado, se le sumó un clima favorable y un acceso a mejores materiales genéticos.

“En el 2022 tenemos los retos de incrementar la productividad, de seguir disminuyendo los costos e incrementar los rendimientos, apoyándonos en la tecnología genética” y en la mecanización de las tareas agrícolas, enfatizó. Como aspecto negativo, resaltó el alza en los precios de herbicidas, fungicidas, insecticidas y fertilizantes. Estos últimos se incrementaron “en un 300%” debido a la crisis económica, aunque reconoció la labor de las autoridades agropecuarias de subsidiar el costo de este insumo, para lo cual se necesitó una inversión de RD$1,700 millones.
Por su parte, el empresario José Fernández Badía espera que el 2022 sea un mejor año para incrementar la producción en el sector cacaotero que, debido a factores climáticos, vio reducida en más de 10,000 toneladas la cosecha del 2021, que concluirá en unas 75,000 toneladas cuando el año pasado se habían alcanzado alrededor de 88,000.
Consideró que los productores deberán impulsar aún más la oferta orgánica como aspecto diferenciador del cacao dominicano ante la competencia de otros países como Ecuador, que están ofreciendo el rubro a un menor precio. Además, espera que para el próximo año las autoridades brinden el apoyo al sector prometido por el presidente Luis Abinader , que mejoren la fiscalización del producto al momento de ser exportado y que ayuden a los productores a combatir las plagas que amenazan a las plantaciones.
El 2022 también es un año que augura un impulso para rubros agrícolas con potencial de exportación, como es el caso de la pitahaya. De acuerdo al presidente del Clúster Nacional para la Producción de Pitahayas (Clunapropi), Silverio Rafael Chávez Vargas, el país ha producido cerca de 1,500,000 libras para el mercado local durante este año y el gremio se prepara para la comercialización de la pulpa de la fruta en el mercado estadounidense, así como la certificación de este fruto como producto orgánico, para el próximo.
En términos generales, Chávez Vargas mostró preocupación por el exceso de oferta en el mercado local, una tendencia que pudiera continuar en 2022 por “la política de importación del Gobierno” y “la baja en el poder adquisitivo para la población” luego de la pandemia, “(una situación) que es desfavorable” para los productores agropecuarios.
2022, año de oportunidad para el sector acuícola

El 2022 podría representar un nuevo paso en el desarrollo del sector acuícola, con las tilapias como principal producto para abastecer el mercado local y diversificar la oferta hacia el principal socio comercial del país, Estados Unidos.
Así lo planteó el productor José Miguel De Peña, quien calificó como “extraordinaria” la decisión del Gobierno de aprobar un fideicomiso alimentario que, en la primera etapa, sustituirá 10 millones de tilapias importadas y que, en una segunda etapa, busca exportar 20 millones hacia el mercado estadounidense.
Consideró de suma importancia la ejecución de este proyecto, ya que “Estados Unidos demanda US$11,000 millones anuales en tilapias y República Dominicana no ha podido exportar un solo dólar” de este mercado. Además, lo ve como un paso dentro del plan que debería implementar el país, como miembro del DR-Cafta, para aumentar sus volúmenes de exportación.
Incertidumbre persiste en avicultores y porcicultores

Uno de los sectores que sufrió los efectos inmediatos de la pandemia y que ahora ha podido recuperar su producción ha sido el sector avícola. El presidente de la Asociación de Pollos (Aspollón), José López, explicó que las ventas durante el 2021 han tenido buen ritmo y que en granja se encuentran actualmente unos 23 millones de pollos, cantidad suficiente para satisfacer las demandas de los consumidores durante la temporada navideña.
Sin embargo, pese a estos resultados, los avicultores han tenido dificultades para compensar el costo de las materias primas con el precio al que se venden los productos, por lo que ha sido un año que dejó “grandes consecuencias” y espera que en 2022 “las aguas vuelvan a sus caudales y se normalice esta situación”. En esto coincide el avicultor Wilfredo Cabrera, quien lamentó la pérdida de capital de trabajo en el sector y abordó la necesidad de que los productores pequeños que quedaron vulnerables tras el alza de los commodities tengan acceso a gallinas ponedoras y polluelos.
Otro sector cuyo futuro seguirá siendo incierto para el próximo año es el porcino. Luego de la detección de la peste porcina africana en agosto, el consumo de la carne de cerdo se vio seriamente afectado. Para mitigar esta situación, las autoridades optaron por aplicar medidas biosanitarias para eliminar los focos periféricos y áreas adyacentes y han incrementado programas de alternativas de producción pecuaria, como es el caso del chivo, subrayó el productor Roque Risario.
Aunque considera que estas medidas han sido oportunas, estima que la porcicultura seguirá acarreando “muchos riesgos” para el 2022, por el peligro que representa Haití en la erradicación de la enfermedad y porque el ciclo de producción de los cerdos puede tomar hasta seis meses. Este es un proceso largo en comparación con otros rubros pecuarios de mayor rotación y salida, como el avícola, al que Risario ha optado por ampliar para sustituir la producción de 400 madres y 2,000 cerdos en granja que tenía antes de la llegara del virus. En las naves en las que antes estaban estos animales ahora se encuentran 170,000 pollos, totalizando una capacidad instalada de 270,000 en su granja.