El inicio de un nuevo año siempre es motivo para que se creen expectativas con relación a la economía y a los acontecimientos políticos y sociales que se podrían presentar, pero también es tiempo, para determinados sectores, de especular y generar una corriente negativa, en muchos casos, sin ganancia de causa.
En ese mismo contexto, es materia común que se defina el comportamiento que tendrá un nuevo año en función de cómo haya terminado el anterior, dejando entrever, con esto, que si se terminó con números positivos en los diferentes órdenes, lo mismo ocurrirá durante los próximos doce meses, teniendo esto, también, una connotación en viceversa. Pero, lamentablemente, la historia reciente nos ha enseñado que no todo está escrito, y que pueden ocurrir eventos que desdigan de los pronósticos y premoniciones realizadas; por ejemplo, el covid-19 que cambió el mundo e hizo repensar todo lo que estaba establecido.
Independientemente de lo anterior, lo cierto es que la economía dominicana terminó con muy buenas notas el año 2021 en relación al 2020, pues tuvo una expansión sin precedentes, mostrando un crecimiento del producto interno bruto de un 10.7%, según los datos del Banco Central.
En esa misma tesitura, los datos oficiales indican que las remesas que envían los dominicanos en el exterior establecieron una cifra récord, al pasar de los US$10,400 millones en solo un año. Estas buenas noticias en el orden económico, se unen a las que dan cuenta del crecimiento de las exportaciones totales que se espera al finalizar el 2021; esto a partir de la expansión de un 21,7% interanual durante el período enero-noviembre del año recién pasado.
De la misma manera, el órgano ejecutor de la política monetaria del país, informa que las reservas internacionales de divisas llegarán a un nivel histórico al terminar el 2021, con una proyección de alrededor de 12,800 millones de dólares, lo que debe dejar tranquilos a los agentes económicos, en términos de la disponibilidad de esa moneda extranjera frente a posibles deslizamientos hacia arriba de la tasa de cambio.
No obstante, siempre es bueno estar vigilantes con relación a la tasa del dólar frente al peso dominicano, ya que, históricamente, a finales de enero y principios de febrero de cada año, se genera un aumento en la demanda de divisas basado, fundamentalmente, en la reposición de inventarios que realizan la mayoría de las grandes empresas que producen y comercializan productos de consumo masivo, muchos de estos importados.
Este panorama alentador sobre el comportamiento de la economía dominicana durante el 2021, se robustece más si se toma en consideración el rebote inusitado que ha tenido la actividad turística durante el 2021, destacándose el incremento en la llegada de turistas extranjeros y visitantes de origen dominicano. Se espera que este comportamiento del sector turístico continúe hasta abril o mayo, considerado el periodo de temporada alta.
Es obvio, finalmente, que este estado de cosas positivas de la economía dominicana pudiera revertirse de continuar el avance que ha tenido en el mundo y, particularmente, en República Dominicana, la propagación acelerada de la variante Ómicron del virus. Aunque se debe mantener el optimismo para el 2022, no es menos cierto que las autoridades dominicanas deben estar vigilantes, pues como hemos afirmado en múltiples ocasiones, el covid-19 aún sigue viviendo entre nosotros, y esto será por mucho tiempo.