[dropcap]L[/dropcap]a medicina veterinaria está en auge en República Dominicana, permitiendo que los profesionales de esa carrera tengan notoriedad en distintos segmentos de la sociedad, que solicitan que sus animales de compañía tengan una atención especial con un experto.
De esa manera, el albéitar, como se le decía en la antigüedad a quienes curaban a los animales, se convierte en el mejor aliado de muchas personas que asumen la responsabilidad de integrar una mascota a su núcleo familiar.
Con ese compromiso, el veterinario se encarga de prevenir, diagnosticar y dar tratamientos a las enfermedades, trastornos y lesiones que pueda tener la mascota.
Todo eso ha incentivado que en los últimos años surjan en Santo Domingo clínicas veterinarias que se encargan de vigilar la salud de los animales de compañía, como son los perros y gatos, dando paso a que esa profesión gane adeptos dentro de la sociedad.
La Asociación Dominicana de Médicos Veterinarios de Animales Menores (Adomevam), entidad que agrupa desde 1990 a los especialistas de esta disciplina, tiene registrados 66 veterinarios. Ellos trabajan en 50 clínicas, la mayoría propiedad del profesional.
“Para tener una mascota en casa es necesario que se les realicen los chequeos médicos esenciales, porque los animales tienen enfermedades que podrían afectar a las personas”, dijo el doctor Tull Datt, propietario de la clínica que lleva su nombre.
Además, señala que medidas estatales, como la promulgación de la ley 248-12, de Protección Animal y Tenencia Responsable, han incentivado a que las personas les den un mejor trato a los animales.
Asimismo, la Unidad de Protección Animal de la Procuraduría General de la República (PGR) ha sometido a personas a la justicia por maltratar perros y caballos.
El presidente de Adomevam, Eduardo Pichardo, manifestó que los veterinarios que se forman en las universidades egresan preparados para atender a todo tipo de animales, desde perros, gatos, caballos, vacas y los denominados exóticos como son monos, tigres, leones y las variedades de aves.
Indicó que los miembros del gremio que dirige, trabajan con perro y gatos denominados animales de compañía y para ese servicio cuentan con estudiantes de la ciencia y auxiliares veterinarios.
No obstante, explicó que en la atención veterinaria, los perros representan el 90%, seguido de los gatos 9% y otras mascotas y animales exóticos el 1%.
Las academias que imparten la carrera de veterinaria en el país son las Universidades Autónoma de Santo Domingo (UASD), Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Central del Este (UCE), Tecnológica de Santiago (Utesa) y el Instituto Superior de Agricultura (ISA).
Los veterinarios trabajan en diferentes áreas que son atenciones a mascotas, cuidado de caballos que se utilizan en la hípica y en el sector ganadero que los emplea en la crianza de vacas y cerdos para producir carne.
La veterinaria en el país presenta avances, porque profesionales de esa ciencia se han preparado en cardiología, neurología, oftalmología, ortopedia y odontología permitiendo que la atención a los animales sea más especializada.
Regulación
La Dirección Nacional de Ganadería del Ministerio de Agricultura es la institución que se encarga de supervisar periódicamente a las veterinarias y controlar los medicamentos que utilizan.
Ganadería cuenta con el apoyo del Laboratorio Veterinario Central (Lavecen), encargado de apoyar las políticas de sanidad animal y detectar las enfermedades de estos en humanos.
En tanto que para instalar una clínica de atención animal, el Ministerio de Salud Pública interviene a través de la Dirección de Salud Ambiental, que exige que esos centros sean cerrados, tengan niveles de higiene adecuados para los animales y que no afecte a las personas que habiten cerca de la zona.
Además, los veterinarios están obligados a enviar al Centro Antirrábico Nacional (Can) cualquier animal que se le detecte rabia. Igualmente vacunar a los perros y gatos contra la rabia y otras enfermedades.
Precios
El servicio veterinario es criticado, porque algunas personas lo consideran más caro que el de los seres humanos. Por eso, Adomevam ha fijado los precios de las atenciones.
Las consultas cuestan, de acuerdo con la clínica, desde RD$800 a RD$1,500 La atención con un oftalmólogo es RD$2,500, con el cardiólogo RD$5, 000, tarifa que incluye pruebas de laboratorio.
Los partos naturales a perras y gatas cuestan alrededor de RD$3,890 y cesáreas RD$10,856. En tanto que las atenciones especiales como intervenciones quirúrgicas y extirpación de cáncer cuestan entre RD$12,000 y RD$14,000, pero dependiendo de la gravedad, medicamentos aplicados y días de internamiento la cuenta podría superar los RD$20,000.
Satisfacción del oficio
El director de Servican Pet Center, José Raúl Nova, afirmó que la carrera de veterinaria está llena de satisfacciones, porque se logra mejorar la calidad de vida de un paciente (mascota) y servir como consejero a su dueño.
“Todo eso ha permitido que las personas aprecien a los animales, y entiendan que ellos significan mucho y que se valore el trabajo que hacemos los veterinarios”, dijo el especialista.
Señaló que eso ha permitido que Servican Pet Center, que fundó en el 1983, crezca en la amplitud de los servicios, desde consulta hasta atenciones especiales. “Incluso, tenemos una escuela de obediencia y atenciones especiales para las mascotas”, agregó.
En su clínica tiene jaulas especiales que sirven como hoteles en las que los dueños de las mascotas pueden dejar sus animales, cuando se van de viajes. Cobran RD$400 por noche.
Terapia con animales
La veterinaria Servican Pet Center y el Centro Dominicano de Hipoterapia realizan terapia con perros y caballos para mejorar la salud de niños especiales, que padezcan retraso para hablar, síndrome de Down y autismo.
“Se realizan esos tratamientos, con perros y caballos para que los infantes se sientan estimulados a reaccionar y las terapias sean menos dolorosas”, manifestó Nova.
Aseguró que con esos tratamientos niños con dificultades para hablar logren mediante la terapia articular palabras. Indicó que esos tratamientos han ayudado a que niños con parálisis cerebral, al tener contacto con los caballos empiecen a mover partes de su cuerpo, dándoles una satisfacción a los padres que no tiene precio.