Evelyn Sosa nació en Santo Domingo, pero desde muy joven su familia se trasladó a Villa Altagracia, municipio de la provincia San Cristóbal, donde creció y se desarrolló como ser humano y ente social. Su emigración, según cuenta, se dio por amor, ya que se casó. Entre sus planes no estaba desarrollarse fuera de República Dominicana en términos profesionales.
Lo dice porque le iba muy bien en el país, tenía buenas posiciones en términos laborales y había escalado en su profesión. Al casarse, tuvo que tomar la determinación de mudarse a Estados Unidos. De todos modos, cuenta, tuvo que empezar de cero por tratarse de un nuevo escenario desde cualquier punto de vista.
Jamás olvida que su salida de República Dominicana se da en diciembre de 2011. Pudo haber salido antes del país, pero sus jefes le pidieron que se quedara un tiempo más para dejar todo en orden. Así lo hizo y pudo obtener, de paso, el premio a la mejor vendedora del año. Su carrera base es Marketing, pero se decidió por el área de las ventas.
En el país trabajó en importantes empresas nacionales e internacionales, entre las que están Laboratorio Lafier, donde fue gerente de Ventas; en Laboratorio Doctor Collado, en Cuentas Claves, especialmente en lo relativo a las tiendas por departamentos más grandes del país. También trabajo en Reid & Compañía, siendo la única mujer vendedora para Crysler, Jeep y Dodge durante su período.
Cuenta que entre sus retos, y aclara que desconoce si a todos les pasa, luego de tener una vida independiente en República Dominicana, tuvo que adaptarse a vivir una vida de casada, pero en Estados Unidos.
“Llegar a un país nuevo, un clima diferente, sin conocer a mucha gente porque jamás había venido a este país, fue un verdadero reto. Sólo había ido a Europa. Para mí fue un choque muy fuerte en los primeros meses. Fue un desafío encontrar el trabajo que me gustaría desarrollar y porque, además, estaba sola en un apartamento en un piso 34 cuando en mi país me la pasaba en movimiento de la iglesia a la universidad, del trabajo y a mi casa.
Siempre estaba en algo. Los primeros meses fueron realmente muy difíciles”, explica. Luego comenzó a tomarle el ritmo a los trenes y a estudiar inglés, pues resulta ser diferente al que se habla en Estados Unidos. Sus primeras tareas fueron dedicarse a ser la esposa que le tuviera todo listo al esposo cuando éste llegara del trabajo. “Al principio fue eso: estudiar inglés y atender mi casa”, refirió.
Trabajó en compras que, aunque no es directamente su área, sí le ayudó para obtener experiencia y relacionamiento. Una segunda experiencia la tuvo en una empresa que vendía recargas. Al segundo año de estar en Estados Unidos quedó embarazada y optó por cuidar de su hija durante los primeros años. Sin embargo, cuenta que fue durante el embarazo cuando decidió emprender.
Un gran salto
Sosa explica que al parecer la vida le tenía una posición especial para jugar un rol mucho más útil en la sociedad. Todo se relaciona con una tienda virtual de ropas y accesorios para mujer que inició de cero, prácticamente sin recursos, y que todavía en 2019 cerró el ejercicio fiscal con seis cifras. Aquí se inicia una nueva historia y etapa en su vida productiva. Ahora es mentora y coach de negocios, pues ayuda a otros a hacer crecer sus empresas o emprendimientos.
“Sigo con las ventas. A parte de que debo enseñar a otros a crear y hacer crecer sus negocios, a raíz de un emprendimiento que mantuve por ocho años, que fue una tienda virtual, de ropa para mujeres que inicié prácticamente sin dinero y de cero.
Mucha gente se sorprendía que un negocio que comenzó sin dinero, sin crédito en este país, pudiera alcanzar lo que logramos. Muchas personas se me acercaron a preguntarme cómo lo hice. Había tanta gente que preguntaba de cómo lo hice que en una ocasión fui invitada a hablar de mi experiencia”, narra.La charla a que hace referencia tuvo lugar en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu). Fueron poco más de 250 personas y a partir de ahí, de contar su historia, siguió creciendo el interés de más personas por saber cómo lo hizo.
El tema es que las mujeres se le acercaron para saber no sólo cómo crear el negocio, sino las vías para hacerlo crecer y desarrollarse. “Decidí grabar la charla para tenerla disponible para todos los que la quisieran. De esa charla se creó un grupo que se llama Emprendedoras de Éxito, que nació durante la pandemia. La charla fue creada en febrero, poco antes de que se iniciaran las restricciones por la pandemia”, explica.
La idea fue evolucionando si ese programa, a partir de ahí, se vendía por internet. Le ha tocado manejar cientos de mujeres desde que se inició la pandemia ayudándoles a crear y hacer crecer sus negocios. Desde luego, afirma, ha tenido que hacer otros estudios complementarios a su carrera base con el objetivo de fortalecer sus conocimientos para ponerlos a disposición de las emprendedoras. Sosa ha tenido que dedicarse por completo al coaching y mentoring porque la demanda que tiene es muy alta. De hecho, ha fundado una escuela virtual que ha llamado Gestora de Emprendimientos, donde con solo registrarse hay acceso a tres cursos gratis y a todos los demás con pago de una cuota.
Experiencia
En su trayectoria ha tenido diversos casos de mujeres que han logrado emprender y tener éxito, quienes, a su vez, han servido de motivación para otras. Entre sus experiencias se cuenta la de una joven en República Dominicana que no tenía trabajo en ese momento, que no tenía claro lo que quería hacer, y de ese grupo salió con un negocio de sanes.
Explica que a pesar de ser un negocio muy informal en el país, lo ha podido encauzar con niveles de formalidad, manejando más de seis cifras en pesos. Sosa refiere que este tipo de negocios le indica que puede contribuir con la economía dominicana incluso viviendo en Estados Unidos, ayudando a emprendedoras a hacer realidad su sueño.
Sobre si los dominicanos en Estados Unidos se sienten valorados por las autoridades respecto a su importancia para la economía, considera que quizá debería utilizarse el término “desconocido” porque hay una gran cantidad de compatriotas que hacen labores extraordinarias que sacan la cara por la buena imagen del país.
“Hay muchos talentos, pero no todos son talentos públicos, algunos quizá sólo les interese mantenerse en el anonimato o simplemente se conformen con las ganancias anuales. Lo digo por mí. Quizá en mis primeros ocho años de negocios no me interesaba que se conociera lo que hago, pero hoy siento que debo darme a conocer más allá de las dueñas de boutique a las que les vendía la ropa. Ahora, como estoy en el coaching, entiendo que más mujeres deben saber que estoy aquí para ayudarlas”, sostiene.
Afirma que a la mayoría de los dominicanos se les hace difícil acceder a los líderes de la comunidad y representantes del gobierno. Cuenta que en su caso ha podido conectar con facilidad con cónsules de otros países y ha estado en Washington con el congresista Adriano Espaillat, pero con las autoridades dominicanas les ha sido difícil.
Integración de la comunidad a la economía de EE.UU.
Evelyn Sosa considera que la comunidad dominicana está integrada a la economía de Estados Unidos haciendo importantes aportes. Admite que muchos no saben cómo hacerlo o dónde ir para darse a conocer.
A su entender, todo depende de lo que se haga en lo adelante, ya que en Nueva York hay diferentes asociaciones y entidades que reúnen a los dominicanos en diversos sectores de la economía y de otras áreas.
Sosa dice que en el caso de las oficinas y funcionarios dominicanos en Nueva York sólo hay que darle seguimiento a través de cualquier medio para darse cuenta dónde hay una actividad para integrarse.
“Si nos unimos podemos sumar. Si nos quedamos aislados, como yo estaba al principio, que solamente era mi trabajo y ya, no nos vamos ni a dar cuenta. Cuando estamos interesados en interactuar, vamos a encontrar a muchas personas de la diáspora que están haciendo muchas cosas y que realmente están unidas. Me he dado cuenta en los últimos dos años de esto que digo”, sostiene.
Afirma que tiene contacto permanente con el país y recientemente participó en un encuentro con mujeres emprendedoras. Trabaja con empresarias que emprendieron en Estados Unidos y con similares en República Dominicana, que es donde está el segundo grupo más grande. “Siempre estaré conectada con mi país”, asegura Sosa, mientras aprovecha para destacar la característica de ser una comunidad trabajadora en cualquier lugar donde se encuentre.