La población mundial produce 2,010 millones de toneladas de desechos sólidos municipales al año y el 33% no son tratados, indica el informe “What a waste 2.0” del Banco Mundial. El organismo proyecta que la urbanización, el incremento de la población y el desarrollo económico provocaron que los desechos aumentan un 70% en un lapso de 30 años. En América Latina y el Caribe, cada habitante genera en promedio un kilo de basura al día, pero solo se recicla el 4.5% de los desechos regionales.
Para combatir este mal socioambiental se necesita implementar una cultura de reciclaje, que también contribuirá a crear empleos. Este modelo sostenible permite que 12 millones de personas en Brasil, China y Estados Unidos sean entes productivos y diversifiquen sus ingresos, según el Banco Mundial.
De acuerdo con el informe Economía Circular 2021, en República Dominicana aproximadamente 10,000 personas están registradas en el empleo informal del reciclaje, acción que disminuye que los artículos desechados terminen en vertederos.
Con una población de más de 10 millones de personas, por cada día, cada persona residente en zona urbana genera un kilogramo de residuos sólidos municipales. Esto significa que el país genera 88,000 toneladas de residuos sólidos, de los cuales solo 22,000 terminan en la cadena de reciclaje, es decir, un 25%. Las 66,000 toneladas restantes terminan en mares y ríos.
La relación entre una cultura de concientización sobre el cuidado de la naturaleza y la contaminación es un factor de inspiración para los directores de cine que proyectan la realidad medioambiental en la pantalla grande.
La industria cinematográfica se anima a recrear, principalmente en documentales, las consecuencias y efectos de un consumo desmedido de plásticos de un solo uso, el indebido manejo de los residuos sólidos y el posible futuro del ecosistema si no se toman acciones para transformar la manera de producción y consumo de estos productos.
Ante esta situación de concientización, los intérpretes Gilberto Morillo, Nashla Bogaert y David Maler expresan testimonios sobre la realidad social de los residuos sólidos en el largometraje “Isla del plástico” de 2019.
El audiovisual se inspira en la ola de plástico que afectó Santo Domingo en el 2018, donde aborda la problemática de la gestión de los residuos sólidos, específicamente los plásticos y su impacto ambiental en República Dominicana.
Mercado internacional
Además de los desechos sólidos, el consumo masivo de los productos sintéticos es un tema de preocupación para los ambientalistas, quienes expresan que solo se recicla el 9% del plástico que se produce. De esta cantidad, el 12% se incinera y el 79% se acumula en vertederos contaminando el medioambiente.
En cada 2.6 kilómetros cuadrados de océano se registran 46,000 piezas de plástico, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los datos estiman que el 80% del plástico que termina en el mar proviene de la tierra, ya sea de las aceras o vertederos de cielo abierto, que corren a través de los alcantarillados.
El director Craig Leeson recrea las consecuencias del plástico de un solo uso en el mar, con el documental “Un océano plástico” (2016). En el audiovisual se muestra la contaminación de este producto sintético que termina en los mares y océanos, destruyendo el ecosistema y matando a millones de animales marítimos.
Los expertos medioambientalistas estiman que para el 2050 el planeta registrará 12,000 millones de toneladas de desechos plásticos en el entorno natural, provocando la destrucción de ecosistemas, agravando la salud de la población cercana a los espacios de contaminación y el aceleramiento del cambio climático.
El documental “Planeta de plástico” de 2009 contextualiza al espectador sobre el uso del plástico en la vida cotidiana, ya que los investigadores afirman que este artículo tarda en degradarse un promedio de 500 años.
La multinacional Disney Company recrea el futuro del planeta Tierra si no se toma conciencia sobre la generación de basura. Con un presupuesto de US$180 millones, el animado “Wall-e” (2008) lleva a cabo la acción de reparar, reciclar y reusar del robot Wall-e, donde protege al árbol sobreviviente luego de la destrucción medioambiental de los seres humanos. Este filme captó ingresos de US$521.3 millones por ventas de taquilla.