Los emprendimientos nacen de una idea, y esta idea nace en la mente de una o varias personas clave, que luego deciden ejecutarla y hacerla realidad. Esta visión inicial se transforma, se madura y se convierte en la misión del emprendimiento que, con suerte y arduo trabajo, se convierte en una organización con todo una comunidad corporativa reunida bajo esta visión. Pero, ¿qué pasa cuando las personas claves de la organización ya no están?
En el contexto actual de inseguridad ciudadana, crisis sanitaria, incertidumbre e inestabilidad geopolítica, los lideres y personas clave de las organizaciones tienen un mayor riesgo de ser inhabilitados, sea por crimen, salud, secuestro y muchas otras posibles causas.
Cuando pensamos en seguridad ejecutiva, pensamos en carros blindados y guardaespaldas sombríos abriendo paso a un CEO de una empresa Fortune 100 o a un mandatario estatal, pero la realidad es mucho más compleja. Una estrategia de seguridad ejecutiva debe ser un proceso estructural y de bajo perfil para poder ser efectivo.
El lector se puede preguntar, si es el líder de una empresa mediana o pequeña, ¿por qué debe tener procesos de protección ejecutiva?
Justamente son las pymes y las empresas familiares que tienen el mayor riesgo de disrupción en el caso de la desaparición de la persona clave. Es posible que esta persona clave, quizás el patriarca de la familia o el socio fundador, sea el que retenga la visión inicial de la empresa y, con su desaparición, también se esfume la visión que mantenía unida a su comunidad corporativa.
La desaparición de una persona clave tiene también un componente de riesgo reputacional para la organización debido a que crea un contexto de inseguridad sobre el futuro de la organización y de las marcas con las que operan en el mercado. Es común que las empresas familiares, que componen la mayoría de las empresas en República Dominicana y Latinoamérica, no tengan planes de sucesión establecidos y caigan en conflictos internos sobre la repartición del patrimonio.
Entonces, ¿cómo desarrollar una estrategia de protección ejecutiva?
- Todo plan de protección ejecutiva comienza con un análisis de vulnerabilidades y riesgos que pudieran atentar contra la integridad de las personas clave. Es importante crear procesos de monitoreo constante de los riesgos locales, geopolíticos y virtuales a los que pueden estar expuestos. Recomendamos establecer sistemas de escucha inteligente para detectar riesgos de comunicación y reputacionales que puedan atentar contra la integridad moral de la organización, sus marcas y su liderazgo.
- Es necesario realizar un estudio de inteligencia de campo para sospesar los riesgos y amenazas a los que están expuestos las personas clave. En el contexto actual, los lideres de empresas deben viajar para fortalecer la cadena global de valor que sostiene sus emprendimientos, así como para el desarrollo de nuevos negocios. En casos de viajes, los servicios de protección ejecutiva necesitan considerar el nivel de seguridad nacional y local de las ubicaciones a ser visitadas, así como asegurar las rutas de transporte, en caso de escenarios de inseguridad que requieran evacuaciones forzadas o acciones protectivas.
- Establecer manuales de procedimiento que establezcan medidas de prevención, protección y respuesta ante posibles escenarios de seguridad. En el momento de un evento adverso, la confusión y la incertidumbre son los mayores enemigos de la efectividad. Es necesario tener previamente establecido la jerarquía de mando de seguridad, así como una cultura establecida de prevención y consciencia de riesgo en los involucrados.
- Para lograr estas metas, es necesaria la formación y capacitación de las persona clave, así como sus colaboradores cercanos, seres queridos y del personal de protección, de manera que puedan tomar las acciones preventivas que reduzcan los contextos de riesgo y dificultar a agentes nocivos a causar disrupciones.
Gran parte del sistema de protección es por medio de prevención y en su mayoría son acciones o hábitos de sentido común, que se requiere ejecutarlas una y otra vez. Con el solo hecho de establecer sanos hábitos preventivos en la protección ejecutiva se obtendrán múltiples beneficios: normas bien establecidas, protocolos estrictos, control de ambientes, seguimientos eficientes, mejor respuesta a crisis y personal altamente entrenado. Porque, sin importar el tamaño de la organización, todo cuerpo debe sostener y proteger su cabeza.
Peter Bäckman.