Para el cálculo de la prima, nuestras aseguradoras, generalmente toman en cuenta el modelo y el año del vehículo. Otros mercados son mas requirentes para establecerla, debido a que son muchos los factores que intervienen en las frecuencias de los accidentes de tránsito, que serian conveniente tener en cuenta a la hora de obtener el costo de la cobertura, como el entorno, el perfil del conductor y asta el color del vehículo y su uso.
En toda acción o comportamiento humano, lo más conveniente, es la veracidad de los procesos. Que las normas y reglas vayan perfilando siempre transparencia, calidad y direccionalidad sobre el bien común. O sea, en el caso de los asegurados, lo que mas conviene al mercado, es que las primas vayan en paralelo con las condiciones y los comportamientos de los factores, que intervienen en el asegurado particular.
Pues bien, sabemos que los vehículos de color claro o blanco se accidentan menos, pero las personas mayores de 40 años y sobre todo las mujeres son más prudentes, tienen menos accidentes que los mas jóvenes. Así mismo, existen vías y sobre todo sectores con mayor frecuencia que de costumbre, También algunas profesiones, por el uso y la práctica, conllevan una mayor siniestralidad que otras actividades. Y algunas marcas y modelos son más robados.
Nuestro mercado tiene suficiente madurez, para tener una buena base de dato, que le sirva de modelación. Por un lado, tiene El Centro Asistencial (CAA) y CADOAR, que, juntos con La DIGESSET, obtendríamos la totalidad del sistema. Algo que intentamos mientras estuvimos en la presidencia del consejo del CAA para ponerla al servicio de las aseguradoras y los clientes.
Con todas estas informaciones, podemos ayudar a reducir las pérdidas, tanto de vida como de bienes, a la sociedad en primer lugar, pero también, cobrar la prima con mayor precisión, favoreciendo a los buenos conductores, a los que manejan con prudencia, a los que en tantos años no han tenido siniestro, a los que respetan nuestras leyes de tránsito, y castigar con primas mayores, a quienes conducen con temeridad, e imprudencia y aquellos que viven o conducen por entornos mas siniestrado.
Así como multar a los violadores, es conveniente para reducir los desafueros y el estrés, sería más justo, que la gente se beneficie por su buen comportamiento. Una sociedad debe siempre tener atenciones y motivaciones para quienes asumen el sacrificio de ser buenos ciudadanos, porque conducir en nuestras ciudades, es someternos cada vez más, a las imprudencias y los maltratos de los desaprensivos, vulgares y malvados conductores.