La inflación interanual en Alemania alcanzó en junio el 7.6%, principalmente por la energía, aunque la tendencia al alza de los precios se ralentizó ligeramente debido a medidas como el transporte público subvencionado y el descuento en los carburantes.
El índice de preciso al consumo (IPC) se mantiene así a un nivel elevado, muy por encima del 7% y después de que en mayo hubiera crecido hasta el 7.9%, subraya el comunicado que difunde hoy la Oficina Federal de Estadística con los datos definitivos de la inflación para junio.
“Las principales razones de la elevada inflación siguen siendo los aumentos de precio de los productos energéticos. El billete de 9 euros y el descuento en los carburantes tuvieron un ligero efecto amortiguador sobre la inflación general en junio”, según el presidente de Destatis, Georg Thiel.
En tanto, respecto a mayo, la tasa de inflación subió en junio un 0.1%; el mes pasado.
La introducción el 1 de junio del billete a 9 euros por mes, limitado a tres, tuvo un efecto en las tarifas del transporte público regional y local y la reducción del impuesto sobre los hidrocarburos, la llamada “rebaja de los carburantes”, frenó los precios de los combustibles.
De esta manera, la inflación en el sector del transporte se debilitó hasta el 8.3% interanual, después del 16.3% en mayo
La fluctuación de los precios del crudo no permiten cuantificar con precisión el efecto en la tasa de inflación del descuento en los carburantes.
La tasa de inflación sigue estando, sin embargo, considerablemente condicionada por el aumento de los precios de todos los productos energéticos por la situación de guerra y crisis.
A ello se suma la escasez en el abastecimiento por la interrupción de las cadenas de suministro, también como consecuencia de la pandemia del coronavirus, así como notables aumentos de precios en las fases económicas previas.
El IPC armonizado para Alemania, el que se calcula con criterios comunitarios, se elevó en junio un 8.2% en términos interanuales y se redujo un 0.1% respecto al mes anterior.