Los economistas Carlos Ramos, Richard Medina, Magdalena Lizardo y Harold Vásquez consideran que hay bajas posibilidades, sin que llegue a cero, de que la inflación alcance los dos dígitos en este año. Su optimismo está impregnado en sus palabras, pero ya los precios alcanzan el 9.47% en los últimos 12 meses. No ha llegado al 10%, pero está muy cerca. Sé, y así lo han dejado claro los bancos centrales en todo el mundo, que la inflación es el principal reto.
Estos cuatro profesionales de la economía, con una altísima valoración en la opinión pública, sustentan sus estimaciones en modelos estadísticos que indican (y casi les aseguran) que por más cerca que esté del 10% es “prácticamente” seguro que no llegue.
Por supuesto, sé que ellos conocen más que nadie que la incertidumbre del mercado global equivale a un terreno movedizo, es decir, no sabemos qué será de mañana (o dentro de un rato). ¿Cuál es el panorama económico mundial en estos momentos? Siendo honestos, es nada alentador.
Todos los pronósticos apuntan a que seguiremos con inflación alta por lo menos durante el resto de este año. ¿Por qué? Aún persisten los efectos de la pandemia, especialmente en cuanto al suministro de materias prima y costos de transporte; precios del petróleo por encima de US$100 el barril como consecuencia del choque generado por el conflicto en Ucrania tras la invasión rusa en febrero de este año.
Soy optimista, aunque no quizá en el nivel en que se expresan estos cuatro maestros de la economía. Nuestro país registra, en términos reales, la novena inflación más alta de América Latina y si exceptuamos a Argentina, que atraviesa por un ciclo económico convulso no necesariamente relacionado con el entorno global (y también tiene que ver), República Dominicana está en la octava posición, superando a Uruguay (9.29%), Perú (8.81%), México (7.99%), El Salvador (7.76%), Guatemala (7.55%), Panamá (5.2%), Ecuador (4.23%) y Bolivia (1.79%) que tiene la inflación más baja, aunque hay que señalar que esta nación, una de las únicas dos del continente sin salida al mar, también está entre las más pobres y su demanda interna no es tan dependiente del exterior. El gobierno de este país anunció en febrero el hallazgo de reservas de entre 300 a 350 billones de pies cúbicos de gas natural.
Sobre la inflación acumulada en lo que va de 2022, los datos del Banco Central establecen que está en un 4.96%, lo que podría ser el punto positivo si se toma en cuenta que las autoridades monetarias han decidido apostar a un reajuste en los tipos de interés para frenar la demanda interna. Es más, puedo apostar que es casi seguro que la institución emisora no está lejos de volver a hacer los ajustes que sean necesarios. Otro elemento positivo, en medio de la incertidumbre, es que la actividad económica doméstica mantiene el buen desempeño.
Creció un 5.6% durante enero-mayo de 2022. En el mercado laboral, el empleo se ha recuperado a niveles similares al registrado previo a la pandemia, aunque es de orden apuntar que la informalidad laboral ronda el 58%, lo que indica que hay pendientes importantes que superar. Además, todo indica que en el sector privado posiblemente será un poco más difícil recuperar el empleo, tomando en cuenta que muchas empresas han descubierto que podían operar con menos empleados.
¿Por qué está columna? Tuve el honor de moderar un conversatorio organizado entre el periódico elDinero e Intec en el que participaron estos cuatro profesionales de la economía y todos, sin excepción, se mostraron optimistas respecto a la inflación. ¡Enhorabuena!