En el contexto actual de la economía global, el teletrabajo es una necesidad que debe adoptarse de manera permanente. Varios organismos internacionales resaltan los resultados positivos de su adopción en países como Estados Unidos, España, Francia, Holanda, Italia, Argentina, Brasil, India y Japón. Incluso, recientemente el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, se refirió al tema.
A pesar de sus innumerables beneficios, la flexibilidad laboral en República Dominicana no había sido considerada como una solución efectiva a algunos de los retos que las empresas hoy enfrentan. Sin embargo, la crisis sanitaria evidenció la necesidad de implementar esta modalidad de trabajo y de incluirla en la propuesta de modificación del Código Laboral, para que cuente con instrumentos jurídicos adecuados para su implementación a gran escala.
Al estudiar los resultados de otros países, podemos observar que, con la implementación del teletrabajo, las empresas pueden tener un mayor ahorro en sus gastos de oficina, alquiler, seguridad física, conectividad, alimentos, entre otros para destinarlos a beneficios directos para sus empleados o sus clientes. Además, reduce el ausentismo laboral y la huella de carbono. Al mismo tiempo, las compañías pueden acceder a talentos desde cualquier parte del mundo y consiguen tener mejores prácticas sobre la atracción y retención de los empleados.
Sin embargo, es necesario destacar que implementar esta modalidad implica una serie de mejoras, dentro de los que se destacan los vinculados a la infraestructura y la tecnología, la privacidad del empleado, las firmas electrónicas, la supervisión del personal, la ciberseguridad, los delitos electrónicos y las terminaciones por causas justas.
Mientras, en el caso del empleado, este se beneficia con la conciliación de la vida personal y laboral, menor estrés, flexibilidad de horarios y una reducción considerable de sus gastos. Un estudio de la Universidad de Harvard sobre teletrabajo apunta a que esta práctica tiene importantes beneficios para las empresas, debido a que puede “incrementar la productividad y la moral”, mejorando el rendimiento laboral y aumentando la felicidad de los empleados. Al tiempo, lo recomienda como un modelo de organización laboral propio del siglo 21.
Al momento de regular el teletrabajo, es importante que tomemos en consideración el informe sobre “Cambios cruciales necesarios para proteger la salud de los trabajadores mientras teletrabajan”, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del trabajo (OIT), donde plantean que los empleadores deben establecer un horario regular y evitar contactar a sus empleados fuera de la jornada. No obstante, los cambios estructurales deben considerar la inclusión de una economía de servicios, cuya flexibilidad horaria es una diferenciación importante y un factor clave para la competitividad.
Con la Resolución 23/2020 emitida por el Ministerio de Trabajo, el país dio un paso importante para adoptar esta modalidad laboral. Hace falta darle continuidad al proyecto y convertirlo en una política pública a fin de fomentar el desarrollo de las empresas e incidir en generar bienestar a los trabajadores.
Lo cierto es que, para que el país continue avanzando, es necesario ir acorde a los nuevos tiempos y estar alineados a las nuevas tendencias globales, donde el teletrabajo representa una alternativa viable para tener más y mejores empleos, lo cual impacta de forma directa la competitividad empresarial y el desarrollo económico de la nación.